EMOTIVO ENCUENTRO ENTRE PADRE E HIJO

El hombrecito se llama Andrés Mejía, toca el saxofón con una facilidad y un desparpajo propios de los grandes maestros de la Segunda Escuela de Viena en Austria.

Con apenas 13, este muchachito, uno de los miembros mas jóvenes de la Banda Nuestros Ángeles de la Paz, desgrana de su saxofón las notas de la 9ª sinfonía de Beethoven sin despeinarse. Y cuando toca las de su pueblo, Adentro Cojutepeque, lo hace a ciegas, sin ver las notas en el papel. Se pone en pie, cierra los ojos y de su artefacto musical sale un ruido tibio y articulado que acaricia el tímpano de todo oído que lo eschucha.

La gran dificultad es que tiene que sujetar todo el peso del saxofón que mide casi el tamaño de su cuerpo.

Su otra gran dificultad es haber nacido en una humilde familia de inmigrantes en El Salvador.

Por cuestiones, en las hoy no queremos entrar, su padre, Andrés Trigueros, tuvo que salir del país hace mas de trece años cuando Andrecito todavía no había nacido.

Un día antes de terminar el año 2007, el destino quiso unirles en una cita que nunca jamás olvidaran. Salvadoreños en el Mundo ayudó a que el encuentro fuera posible.

Don Andrés, a diferencia de su hijo, no tiene ni la destreza ni la pasión por la música que tiene Andrecito. Él se limita a timonear un trailer de 25 toneladas todos los días menos el domingo para ganarse el sustento cotidiano en la ciudad de Los Ángeles.

Cuando su madre, Socorro Mejía, le dijo a Andrecito que no podía ir a EE.UU. por que el viaje se tenía que hacer por tierra, no por avión como estaba previsto, Andrecito dijo que él era un hombrecito y que no tenía miedo ni a las aventuras ni a las improvisaciones de última hora.

Andrecito, sabía que tenía que llegar a Los Ángeles de una forma o de otra, ahí lo esperaba su padre, a quien nunca en su vida había visto, ni siquiera en fotos.

El recuento que les ofrecemos a continuación es de Omar Rodríguez, miembro activo de Salvadoreños en el Mundo, quien estuvo presente en un emotivo encuentro entre un padre y un hijo que nunca se habían visto las caras, un ejemplo de ruptura familiar en la que muchos emigrantes salvadoreños se ven envueltos cuando deciden abandonar su país.

Por Omar Rodríguez:

El día Domingo 30 de Diciembre, a las siete de la noche en un hotel de la ciudad de Inglewood, en una de las habitaciones, se dio el encuentro más emotivo que jamás haya visto.

Entre las miradas intensas de dos extraños que nunca se habían visto el pelo, pero que comparten el mismo ADN, las palabras resultaban pasmosas, casi sin sentido. Se fundieron en un abrazo que ambos recordaran toda su vida.

El progenitor inundado de gestos de incredulidad y nerviosismo, abrió sus brazos y con los ojos rojizos y aceitosos, le dijo al niño que era su papa.

El niño, sin tiempo para reaccionar con palabras, se zambulló en el pecho de su padre, y así se quedaron abrazados como un solo ser, mientras a mí me empezaron a rodar sendos lagrimones por las mejillas sin que yo pudiera hacer nada para evitarlo.

Después de la emoción, vino un poco de calma y pudimos hacer una corta entrevista al padre y al hijo:

Don Andrés Trigueros ¿cómo se siente por este momento?

Padre:
Agradezco a la vida por darme la oportunidad de encontrarnos de nuevo, de conocer personalmente a mi hijo, gracias a que el pertenece a esta banda, y pudo llegar a Los Ángeles. En cuanto me di cuenta que él era uno de los que venía, por medio de la madre que vive en la ciudad de Cojutepeque, ella es Socorro Mejia, me dije tengo que estar ahí no se como, pues las visitas a los muchachos están muy restringidas y estrictas pero nada ni nadie me detendrían para verle por fin. Le dije a mi madre vamos tiene que ver a su nieto es un hombre bello y talentoso y me muero de ganas de sentir a mi hijo en brazos, y decirle que me perdone pero desde ahora nunca mas nos separaremos, y estaremos en una comunicación muy cercana.

Tu, Andrecito ¿cómo te sientes?

Hijo:
Para mí era algo increíble el saber que vendría a un país muy importante, al desfile, y que por fin sabría quien era mi padre de quien mi madre me dijo que vivía en esta ciudad de Los Ángeles, me daba muchas cosquillas en el estómago, y ahora que lo veo me siento mejor, de saber que está aquí conmigo, y se lo diré todo a mi mama, y espero poco a poco asimilar este momento y guardarlo en mi mente.

¿Que opina del trato que han recibido de parte de la comunidad para la banda?

Padre:
Bueno ha sido muy buena. Agradecidos por colaborar con ellos que lo merecen tanto.

¿Que opina de ASOSAL y de la forma en que han realizado el viaje de estos jóvenes?

Padre:
Bueno ellos han tratado de hacer un esfuerzo, lástima que no lograron recaudar todos los fondos para que ellos no vinieran por tierra, como padre me preocupé mucho pues ese recorrido por tierra era muy arriesgado, yo lo viví y a nadie se lo recomiendo, pero lo importante es que ya están aquí sanos y salvos.

¿Que opina del apoyo del gobierno a los muchachos?

Padre.
Bueno como Salvadoreño tengo que decirlo que es lamentable el poco apoyo que se dio de parte de nuestros gobernantes, y que en futuras eventos apoyen mas a la juventud Salvadoreña que son los verdaderos ciudadanos del mañana, y le digo Sr. Presidente, y a su gabinete, con todo respeto que se merecen, como autoridades, yo solo soy un ciudadano pero por favor apoyen a estos jóvenes, que pongan mas interés en la niñez y la juventud.

¿Y tú que dices Andrecito?

Hijo:
Bueno espero que en mi país nos tomen mas en cuenta, y que nos vean positivamente, y nos apoyen y espero hacer un buen papel al lado de mis compañeros e instructores, y gracias a ASOSAL, y a la comunidad que nos han apoyado, y me gustaría poder regresar en avión pues fue muy cansado, tener que venir en auto bus por cinco días consecutivos,
Comentario:

No quisimos alargar más la entrevista, por razones obvias.

Dejamos al padre y al hijo en la intimidad para que platicaran a solas durante el poco tiempo que los agentes de seguridad de la banda les dejaron para estar juntos.

® www.salvadorenosenelmundo.org

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