Es Hora de Exigir Más a los Políticos

Por Manuel García

Más allá del color de la camisa o los calzoncillos, es hora que los votantes exijan que sus representantes resuelvan los problemas

Es posible que Hugo Barrera, ex Presidente de CEPA, y aspirante a ser candidato presidencial por ARENA, se haya sometido al proceso interno de dicho partido sabiendo que los partidos políticos salvadoreños están llenos de pícaros, que actúan casi como una mafia organizada, tomando decisiones a puertas cerradas.

El señor Barrera, un distinguido empresario salvadoreño, y con una larga trayectoria pública, dejó el importante puesto de Presidente de CEPA para buscar algo más importante, la Presidencia de El Salvador a través del partido que él ayudó a fundar. Confiando en su experiencia empresarial y su gestión pública, pensó que eso era suficiente para ser pre-candidato presidencial. Sin embargo, en menos de una semana, el señor Barrera se ha quedado fuera del Gobierno. Los militantes del partido ARENA no han tenido la oportunidad de escuchar al señor Barrera sobre sus planes para hacer de El Salvador un país más seguro, más próspero, en fin, escuchar su plataforma presidencial.

Siendo que un salvadoreño solamente puede optar a ser Presidente de El Salvador a través de un partido político, el señor Barrera, a sus 67 años de edad, le puede decir adiós a sus sueños de ser presidente. La cúpula de ARENA, ha cortado la lista a cinco pre-candidatos.

De igual forma, la cúpula del FMLN escogió a sus candidatos, Mauricio Funes y Salvador Sánchez Cerén. No hubo necesidad de celebrar primarias. El liderazgo político del FMLN ha aprendido que celebrar primarias entre sus militantes es abrir la caja de Pandora. Dejar que las bases eligieran a los candidatos es exponerse demasiado a perder el control, especialmente si se quiere llevar como candidato a una persona como Salvador Sánchez Cerén, persona que todavía está viviendo en la Guerra Fría, y no reconoce que el futuro de El Salvador está intrínsicamente ligado a Estados Unidos, especialmente porque casi 3 millones salvadoreños viven en ese país.

Ciertamente, el liderazgo de ARENA y el FMLN actúa de igual forma: a puertas cerradas. La diferencia es que en ARENA existen varios grupos tratando de posicionarse, mientras que en el FMLN los más radicales han logrado imponerse.

El electorado salvadoreño tendrá que madurar rápidamente si en verdad quiere lograr que el país salga adelante. El votante salvadoreño debería dejar de fijarse solamente si el candidato lleva camisa roja o calzoncillos tricolor.

Es hora que los candidatos presidenciales, en todos los partidos, expliquen claramente a los salvadoreños qué políticas implementarán para que El Salvador deje de ser un país con uno de los niveles más alto de violencia (El Salvador está por delante de Haití, Colombia, Guatemala, etc., en nivel de violencia: por cada 100,000 personas, mueren violentamente 55 personas). Además, el país sigue exportando sus ciudadanos. El joven salvadoreño no encuentra ningún futuro en el país.

Es hora de que los salvadoreños exijamos que los candidatos nos digan, sin desvaríos mentales, cuánto dinero se invertirá en educación, en salud, en infraestructura, en fin, qué nos digan cuántos trabajos se crearan en el primer año de gobierno.

Si en verdad queremos que El Salvador salga adelante, entonces, más allá del color de la camisa o los calzoncillos, es hora que los votantes escojan bien a sus representantes exigiendo que resuelvan los problemas.

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