7 meses en prisión por no pagar $68 de multa
Por *Lorena seijo
Desideria Ramírez, una guatemalteca que se gana la vida vendiendo telas y morrales en la frontera de Guatemala y El Salvador, fue condenada a cuatro años de prisión y a un pago de US$7 mil de multa por los tribunales de justicia salvadoreños, por haber ignorado que tenía que pagar US$68 de impuesto para cruzar la frontera con sus telas típicas. Quince días después de haber salido en libertad, alza la voz para evitar que otros compatriotas pasen por el mismo drama.
A Desideria se le vino el mundo encima cuando, el 28 de septiembre del 2007, escuchó al juez salvadoreño dictar sentencia: “Cuatro años de prisión por contrabando”.
Esta indígena de Totonicapán, de 42 años, fue tratada como una delincuente peligrosa solo por haber obviado pagar un impuesto aduanero.
Después de haber pasado siete meses en la cárcel de Ilopango y empeñarse con un préstamo de US$7 mil 105 para amortizar la multa por evasión fiscal, no se cansa de darle gracias al cónsul de Guatemala en ese país, Luis Ferraté, por haber conseguido que la liberaran.
Hace 15 días, Ramírez volvió a encontrarse con sus cinco hijos y su padre en la puerta de la prisión, luego de que fue revocada la condena en un procedimiento de casación. Este trámite suele prolongarse durante dos años, pero el cónsul presionó para que se cerrara en siete meses.
Por la misma penuria pasaron en el 2007 otros 25 guatemaltecos, de los cuales seis aún siguen tras las rejas.
Al crédito que su familia tuvo que solicitar para pagar la multa se sumaron el gasto de los viajes continuos a El Salvador y el pago del abogado.
Honestidad
Desideria tuvo oportunidad de escaparse, debido a que después de haber sido detenida en un retén policial en el municipio de Metapán, se le dejó en libertad condicional para que acudiera al Ministerio de Finanzas a pagar la multa por evasión fiscal.
En la detención de esta mujer tuvieron mucho que ver, por negligencia, los trabajadores de las aduanas, tanto guatemaltecas como salvadoreñas.
Desideria ingresó en El Salvador por la frontera de San Cristóbal, el 27 de mayo del 2007. Allí los empleados de aduanas guatemaltecos le dijeron que podía pasar con sus telas y morrales, porque eran productos típicos que no tenían que pagar impuestos.
Cuando cruzó el puesto aduanero salvadoreño nadie le preguntó nada, a pesar de que los productos estaban a la vista.
Mientras los agentes la emprenden contra personas como Desideria, en la mayoría de casos víctimas de la desinformación, los contrabandistas que trasladan armas, dinero, medicinas, alcohol, tabaco y personas por toda Centroamérica, con el beneplácito de las autoridades aduaneras, siguen en libertad.
Desideria aseguró que no volverá a pisar territorio salvadoreño, ahora que está junto a sus hijos después de pasar 7 meses injustamente en las bartolinas salvadoreñas.
Desideria Ramírez, una guatemalteca que se gana la vida vendiendo telas y morrales en la frontera de Guatemala y El Salvador, fue condenada a cuatro años de prisión y a un pago de US$7 mil de multa por los tribunales de justicia salvadoreños, por haber ignorado que tenía que pagar US$68 de impuesto para cruzar la frontera con sus telas típicas. Quince días después de haber salido en libertad, alza la voz para evitar que otros compatriotas pasen por el mismo drama.
A Desideria se le vino el mundo encima cuando, el 28 de septiembre del 2007, escuchó al juez salvadoreño dictar sentencia: “Cuatro años de prisión por contrabando”.
Esta indígena de Totonicapán, de 42 años, fue tratada como una delincuente peligrosa solo por haber obviado pagar un impuesto aduanero.
Después de haber pasado siete meses en la cárcel de Ilopango y empeñarse con un préstamo de US$7 mil 105 para amortizar la multa por evasión fiscal, no se cansa de darle gracias al cónsul de Guatemala en ese país, Luis Ferraté, por haber conseguido que la liberaran.
Hace 15 días, Ramírez volvió a encontrarse con sus cinco hijos y su padre en la puerta de la prisión, luego de que fue revocada la condena en un procedimiento de casación. Este trámite suele prolongarse durante dos años, pero el cónsul presionó para que se cerrara en siete meses.
Por la misma penuria pasaron en el 2007 otros 25 guatemaltecos, de los cuales seis aún siguen tras las rejas.
Al crédito que su familia tuvo que solicitar para pagar la multa se sumaron el gasto de los viajes continuos a El Salvador y el pago del abogado.
Honestidad
Desideria tuvo oportunidad de escaparse, debido a que después de haber sido detenida en un retén policial en el municipio de Metapán, se le dejó en libertad condicional para que acudiera al Ministerio de Finanzas a pagar la multa por evasión fiscal.
En la detención de esta mujer tuvieron mucho que ver, por negligencia, los trabajadores de las aduanas, tanto guatemaltecas como salvadoreñas.
Desideria ingresó en El Salvador por la frontera de San Cristóbal, el 27 de mayo del 2007. Allí los empleados de aduanas guatemaltecos le dijeron que podía pasar con sus telas y morrales, porque eran productos típicos que no tenían que pagar impuestos.
Cuando cruzó el puesto aduanero salvadoreño nadie le preguntó nada, a pesar de que los productos estaban a la vista.
Mientras los agentes la emprenden contra personas como Desideria, en la mayoría de casos víctimas de la desinformación, los contrabandistas que trasladan armas, dinero, medicinas, alcohol, tabaco y personas por toda Centroamérica, con el beneplácito de las autoridades aduaneras, siguen en libertad.
Desideria aseguró que no volverá a pisar territorio salvadoreño, ahora que está junto a sus hijos después de pasar 7 meses injustamente en las bartolinas salvadoreñas.
*Periodista que labora en Prensa Libre (Guatemala)
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Justicia
Ojala hiciera la Policia igual manera en la investigacion de pagos de impuestos hacia los grandes Importadores veremos si asi actuan con tanta rigidez como lo hiciero con esta digna trabajadora.
ReplyDeleteLamento este hecho,
Jose Matatias delgado Y Del Hambre.
QUE VAMOS HACER CON EL SISTEMA JUDICIAL SALVADORENO CORRUCTO, EN VEZ DE PENALIZAR A PANDILLEROS ASESINOS, CONDENAN A GENTE UMILDE Y TRABAJADORAS
ReplyDeleteDONDE ESTA LA CONCIECIA DE ESTE JUEZ QUE SENTIRIA SI FUERA SU MADRE LA QUE HUBIERA ESTA EN ESA POSICION INJUSTA,
TENES JUECES INCAPACES EN EL PAIS