Seminario del 13 al 17 de Junio en El Salvador "Los salvadoreños en el exterior y las elecciones de 2009"

La reivindicación del derecho a voto de los salvadoreños en el exterior ya empieza a ser una historia vieja, es como si a las instituciones políticas les diera peor tener que lidiar con otro problema adicional: dar cobertura política a los cerca de 3 millones de salvadoreños en el exterior, que componen ese eslabón perdido de votantes entre el Censo Nacional y el padrón electoral, que ya hemos denunciado antes aquí.

En la última conversación formal mantenida, el Presidente Elías Antonio Saca volvió a repetir lo que ha repetido siempre: “en el futuro quedará allanado el camino” para que los salvadoreños en el exterior podamos tener derecho a participar en las elecciones de nuestro país. Su capacidad para prometer cosas al pueblo sigue siendo extraordinaria, pero su facultad para implementarlas es cada vez menos creíble, así lo demuestran las últimas encuestas. Por consiguiente, para nosotros esa frase se ha quedado sin sentido, sin valor, se ha muerto en el obsoletismo por sobreuso y por el fracaso de una promesa que nunca llegó dentro de un intervalo de tiempo que inevitablemente llega a su fin.

Los argumentos son muchos y el derecho está bien justificado –aunque algunos se empeñan en negarlo– desde todos los puntos de vista posibles: el jurídico, el democrático, el económico, el moral, el político, el comparativo, etc. El hecho de ser hijos innegables de la patria que nos parió, hecho que nos une casi por la fuerza a nuestras comunidades, a nuestras familias, a nuestra tierra, a nuestro pasado, a ese triste y melancólico “es de ahí de donde somos realmente” también nos otorga el derecho natural a co-decidir con nuestros hermanos nacionales las representaciones políticas que van a dirigir el futuro del país. Este principio es un hecho y es sencillamente irrefutable.

El otro hecho irrebatible es que la implementación del voto exterior no disminuye, no entorpece, ni colisiona con otros espacios de derecho de los que disfrutan el resto de ciudadanos, el derecho pues no quita un privilegio a unos para cederlo a otros sino que incluye a un colectivo adicional para hacerlo partícipe con el consiguiente aporte al fortalecimiento de nuestra joven Democracia.

Nadie hasta ahora se atreve a poner en tela de juicio con argumentos de peso las justificaciones del derecho –por lo menos en público- pues al final somos en realidad hijos auténticos de esa pequeña patria centroamericana tan problemática, tan violenta, tan polarizada, tan bonita y tan “despacitamente” echada de menos. Sin embargo, nadie hace nada en serio para arreglar el problema de la inclusión política de los salvadoreños en el exterior. Nadie en la clase política salvadoreña realmente le apuesta al proyecto con la seriedad que se merece.

La gran mayoría de salvadoreños no podemos votar en los países de destino y en este caso tampoco en el de origen. Somos pues trágicamente hijos políticamente bastardos, por doble partida: nos dejamos el lomo en los centros productivos del país de destino y enviamos parte de los frutos a nuestro país de origen y ninguno nos toma en cuenta a la hora de elegir los representantes públicos para defender nuestros intereses. En ambos casos es una tragedia para la Democracia.

El voto exterior es un derecho que al final habrá que pelearlo y defenderlo al igual que lo hicieron otros colectivos: batallando y guerreando con los tomadores de decisiones en los partidos políticos y en las instituciones públicas. Ante la nula voluntad de los políticos de turno, no queda más remedio que seguir la lucha legal.

En los pasillos de los altos funcionarios del gobierno se dice en voz baja “es que ellos no saben como pedir las cosas”, como si el reclamar un derecho básico y constitucional tuviera algún protocolo en el que se deba emplear un tono de voz especial de cara a los tomadores de decisión en la materia.

La gran realidad es que el país, concretamente los padres políticos de la patria, se han olvidado políticamente de sus hijos en el exterior, pero económicamente los han aprovechado al máximo. Parece una opinión, pero los datos están ahí, más de $34,500 millones solo en “remesas oficiales”. Las no oficiales, esas nadie las conoce, podrían sumar otro tanto. El hecho es que la banca, las telecomunicaciones, el sector aéreo y más recientemente el “turismo” son algunos de los sectores que se han visto favorecidos en nuestro país por el esfuerzo económico de los salvadoreños en el exterior.

A pesar de la contundencia de los datos, desgraciadamente la cobertura política sigue sin llegar.

¿El TPS? Ese debate lo dejamos para otro día, sin antes decir que ahí sí que el gobierno hace un gran esfuerzo, pero ese no parece ser un esfuerzo encaminado a incluir políticamente a los salvadoreños en las decisiones públicas del país, como sería la implementacion del voto exterior.

Estamos claros, los proyectos necesitan dotarse de recursos: económicos, humanos y técnicos. La implementación del voto de los salvadoreños en el exterior, según la comparativa con los casos de Ecuador y la República Dominicana, le podría costar al gobierno salvadoreño una media de 8 millones de dólares, desde la redacción de la pieza de legislación hasta la dotación de las infraestructuras técnicas y humanas, y, después, cada celebración de elecciones un poco más del doble que lo que le cuesta cada voto nacional.

¿La pregunta obligada es tiene el estado salvadoreño los recursos necesarios para implementar la cobertura política de sus ciudadanos en el exterior? Podremos debatir sobre si tiene o no los recursos humanos y técnicos, pero no si tiene o no los recursos económicos, pues están ahí, bastaría con transferir una parte del presupuesto del gasto en la publicidad institucional del gobierno que puede estar entre $7,5 millones, según El Faro y Hacienda Pública y más de $100 millones anuales, según el Diario Colatino. Vale la pena mencionar que el resto de los medios salvadoreños con este asunto no se meten y el Gobierno trata el detalle de esta cifra con un "reservismo" extremo.

Lo cierto es que todo parece indicar que el recurso principal, el económico, con el que se soluciona todo lo demás, sí está ahí, lo que no está es la voluntad política.

Por esta razón Salvadoreños en el Mundo junto al IDHUCA, la Universidad Gerardo Barrios y la Universidad Multidisciplinaria de Occidente en Santa Ana, les invitamos a participar en las jornadas tituladas “Los salvadoreños en el exterior y las elecciones de 2009” en las que se abordará el cómo integrar políticamente a los hermanos salvadoreños en el exterior, como colectivo y como hermanos, en la toma de decisiones públicas en El Salvador.

©Salvadoreños en el Mundo

Participación de la Diáspora Salvadoreña en el proceso democrático interno de El Salvador
Del 13 al 17 de junio 2008

El Instituto de Derechos Humanos de la Universidad Centroamericana “José Simeón Cañas”, la Organización de Salvadoreños en El Mundo y la Universidad Gerardo Barrios, Sede Central San Miguel tienen el honor de invitarles a tres conferencias para reflexionar sobre el papel de los salvadoreños en el exterior y en las políticas internas de su país de origen del 13 al 17 junio o de 2008:

Los salvadoreños en el exterior y las elecciones de 2009
EN SAN MIGUEL
Fecha: Viernes 13 de junio de 2008
Hora: 10:30 a.m. a 12:00 m.
Lugar: Salón Azul, Universidad Gerardo Barrios, San Miguel
Mayor información: 2210- 6677/ 2210- 6600 ext. 435 y 436 IDHUCA.

SANTA ANA
Fecha: Martes 16 de junio
Hora: 4:00 p.m. a 6:00 p.m.
Lugar: Academia Marta Pérez Cervantes de la Facultad Multi-disciplinaria de Occidente en San Ana
Mayor información: 2210- 6677/ 2210- 6600 ext. 435 y 436 IDHUCA.

EN SAN SALVADOR
Fecha: Martes 17 de junio de 2008
Hora: 5:00 p.m.
Lugar: Auditorio del edificio “D”, contiguo a Biblioteca de la UCA.
Mayor información: 2210- 6677/ 2210- 6600 ext. 435 y 436 IDHUCA.

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