El inalcanzable Mangoré
Por Edgardo Quintanilla *
Los Angeles, California. El renombrado Luthier Federico Sheppard de Wisconsin me hizo llegar este verano una copia del fenomenal libro “El Inalcanzable: Agustín Barrios Mangoré”.
Publicado en Asunción, Paraguay, en noviembre de 2007, el texto escrito en inglés y español es una muestra histórica de solidaridad cultural de varias personas é instituciones a nivel mundial en apoyo a la memoria de un músico y compositor paraguayo llamado por el famoso compositor y músico brasileño Heitor Villa-Lobos como “El Inalcanzable”.
El libro destella, no por sus fotografías, reproducción de partituras originales, y datos inéditos, sino por la admirable colaboración que fue indispensable de parte de individuos é instituciones con agendas diferentes para crear una memoria sobre la vida de Agustín Pío Barrios Mangoré (1885-1944), uno de los máximos compositores y músicos de guitarra clásica de todos los tiempos, cuyos restos están en el Cementerio de Los Ilustres de San Salvador. La universalidad de Mangoré crece año con año.
Si hay una obra cultural por la cual el pueblo paraguayo tiene que sentirse orgulloso es por la publicación de “El Inalcanzable”.
Hay que felicitar a todas las personas é instituciones que jugaron un papel positivo por varios años en la idea, investigación, escritura, diseño, publicación, y patrocinio de este valioso libro de 290 páginas. Hay obras culturales que van mucho más allá de la politiquería, elitismo, e ideología de un país llamado por el escritor paraguayo Augusto Roa Bastos como una isla rodeada de tierra.
Para este singular volumen hay que destacar la labor del Congreso paraguayo, la Asociación Cultural Comuneros, Margarita Morselli, Carlos Salcedo, Centro Cultural de la República El Cabildo, Sudameris Bank, Entidad Nacional Yacyreta, Universidad del Norte, Personal, FONDEC, la Embajada de los Estados Unidos en el Paraguay, Centro Cultural Paraguayo Americano, REDIEX, Richard Stover, Serafín Francia Campos, Dr. Carlos Rodríguez Payés, Dr. Roberto Bracamonte, Federico Sheppard, y César Amaro.
El libro tiene sus errores en la descripción, cronología, y mala traducción que de seguro se podrían corregir en una futura edición que refleje nuevas investigaciones académicas sobre la vida de Mangoré y su familia. Por ejemplo, el libro insiste en perpetuar la leyenda que la guitarra Morant en el Museo “David J. Guzmán” de San Salvador fue un regalo de la reina española Victoria Eugenia para Mangoré. Para cuando Barrios y su esposa visitaron Madrid de diciembre 1935 a Febrero 1936, dicha reina tenía 4 años de haber estado ausente de España por el establecimiento de la Segunda República.
La pregunta que me hice al hojear las bellas páginas de “El Inalcanzable” fue por qué no se ha publicado un libro similar en El Salvador que trate sobre la vida de Barrios Mangoré sobre sus visitas a El Salvador en 1933 y 1939, y su residencia en San Salvador de 1940 a 1944 cuando vivió indocumentado en el país pero como maestro de guitarra en la planilla del Ministerio de Instrucción Pública como resultado del apoyo del Presidente Maximiliano Hernández Martínez. El General Martínez es visto como un dictador por la izquierda salvadoreña y cómo un adalid anti-comunista por la derecha.
De mi pregunta surgieron otras. ¿Acaso no existen personas con dinero, educación, contactos, ó visión en el “Pulgarcito de América”?
Lamentablemente nadie dentro de la élite cultural salvadoreña desde 1944 al presente ha trabajado para la grabación y lanzamiento de un disco con la música de guitarra clásica de Barrios Mangoré grabado por un guitarrista salvadoreño. Por otro lado el gobierno salvadoreño ha invertido más en balas y armas que en comprar la música del eximio guitarrista paraguayo para repartirlo a estudiantes y maestros como ejemplo de la perseverancia por el arte como valor universal.
No me sorprende que a la élite cultural salvadoreña en El Salvador no le haya importado la necesidad de mantener viva una tradición para crear un libro similar a “El Inalcanzable” que sea publicado en El Salvador.
La explicación que El Salvador es país con mucha pobreza no es ninguna excusa para la ignorancia cultural de los muchos salvadoreños (personas y negocios) que poseen el dinero y educación para hacer la diferencia y que no la han hecho por Barrios Mangoré. El Salvador tiene millonarios que todavía no practican la filantropía.
Cuando Mangoré murió el 7 de agosto de 1944 la cátedra de guitarra que había enseñado desapareció de la Escuela de Música y Declamación “Rafael Olmedo”. El nombre de “Rafael Olmedo”, un famoso músico salvadoreño, dejó de estar asociado con dicha escuela de música en 1951. Desde su fallecimiento no se ha instituido en ninguna universidad, conservatorio, ó escuela de música en El Salvador la cátedra de guitarra “Mangoré” ni la escuela de música “Mangoré”. La venta de guitarras “Mangoré” auspiciada por USAID en El Salvador es hecha para mercadeo.
En mayo de 2006 viajé de Los Ángeles para ver los verdaderos objetos de Mangoré que están en custodia del Museo “David J. Guzmán” en San Salvador. Me llevé un gran desencanto cuando en el museo me dijeron que estaban almacenados fuera de la luz del público.
El libro que he reseñado por este medio va encabezado con una cita anónima que dice, “Sólo la cultura cambia realmente a un pueblo”. El hecho que la tumba de Barrios Mangoré sea un monumento nacional no significa nada porque la actual cultura del poder en El Salvador lo ha hecho inalcanzable para su gente.
*Derechos reservados del autor. Edgardo Quintanilla, miembro de la Barra de Abogados de California, eqlaw@pacbell.net.
Los Angeles, California. El renombrado Luthier Federico Sheppard de Wisconsin me hizo llegar este verano una copia del fenomenal libro “El Inalcanzable: Agustín Barrios Mangoré”.
Publicado en Asunción, Paraguay, en noviembre de 2007, el texto escrito en inglés y español es una muestra histórica de solidaridad cultural de varias personas é instituciones a nivel mundial en apoyo a la memoria de un músico y compositor paraguayo llamado por el famoso compositor y músico brasileño Heitor Villa-Lobos como “El Inalcanzable”.
El libro destella, no por sus fotografías, reproducción de partituras originales, y datos inéditos, sino por la admirable colaboración que fue indispensable de parte de individuos é instituciones con agendas diferentes para crear una memoria sobre la vida de Agustín Pío Barrios Mangoré (1885-1944), uno de los máximos compositores y músicos de guitarra clásica de todos los tiempos, cuyos restos están en el Cementerio de Los Ilustres de San Salvador. La universalidad de Mangoré crece año con año.
Si hay una obra cultural por la cual el pueblo paraguayo tiene que sentirse orgulloso es por la publicación de “El Inalcanzable”.
Hay que felicitar a todas las personas é instituciones que jugaron un papel positivo por varios años en la idea, investigación, escritura, diseño, publicación, y patrocinio de este valioso libro de 290 páginas. Hay obras culturales que van mucho más allá de la politiquería, elitismo, e ideología de un país llamado por el escritor paraguayo Augusto Roa Bastos como una isla rodeada de tierra.
Para este singular volumen hay que destacar la labor del Congreso paraguayo, la Asociación Cultural Comuneros, Margarita Morselli, Carlos Salcedo, Centro Cultural de la República El Cabildo, Sudameris Bank, Entidad Nacional Yacyreta, Universidad del Norte, Personal, FONDEC, la Embajada de los Estados Unidos en el Paraguay, Centro Cultural Paraguayo Americano, REDIEX, Richard Stover, Serafín Francia Campos, Dr. Carlos Rodríguez Payés, Dr. Roberto Bracamonte, Federico Sheppard, y César Amaro.
El libro tiene sus errores en la descripción, cronología, y mala traducción que de seguro se podrían corregir en una futura edición que refleje nuevas investigaciones académicas sobre la vida de Mangoré y su familia. Por ejemplo, el libro insiste en perpetuar la leyenda que la guitarra Morant en el Museo “David J. Guzmán” de San Salvador fue un regalo de la reina española Victoria Eugenia para Mangoré. Para cuando Barrios y su esposa visitaron Madrid de diciembre 1935 a Febrero 1936, dicha reina tenía 4 años de haber estado ausente de España por el establecimiento de la Segunda República.
La pregunta que me hice al hojear las bellas páginas de “El Inalcanzable” fue por qué no se ha publicado un libro similar en El Salvador que trate sobre la vida de Barrios Mangoré sobre sus visitas a El Salvador en 1933 y 1939, y su residencia en San Salvador de 1940 a 1944 cuando vivió indocumentado en el país pero como maestro de guitarra en la planilla del Ministerio de Instrucción Pública como resultado del apoyo del Presidente Maximiliano Hernández Martínez. El General Martínez es visto como un dictador por la izquierda salvadoreña y cómo un adalid anti-comunista por la derecha.
De mi pregunta surgieron otras. ¿Acaso no existen personas con dinero, educación, contactos, ó visión en el “Pulgarcito de América”?
Lamentablemente nadie dentro de la élite cultural salvadoreña desde 1944 al presente ha trabajado para la grabación y lanzamiento de un disco con la música de guitarra clásica de Barrios Mangoré grabado por un guitarrista salvadoreño. Por otro lado el gobierno salvadoreño ha invertido más en balas y armas que en comprar la música del eximio guitarrista paraguayo para repartirlo a estudiantes y maestros como ejemplo de la perseverancia por el arte como valor universal.
No me sorprende que a la élite cultural salvadoreña en El Salvador no le haya importado la necesidad de mantener viva una tradición para crear un libro similar a “El Inalcanzable” que sea publicado en El Salvador.
La explicación que El Salvador es país con mucha pobreza no es ninguna excusa para la ignorancia cultural de los muchos salvadoreños (personas y negocios) que poseen el dinero y educación para hacer la diferencia y que no la han hecho por Barrios Mangoré. El Salvador tiene millonarios que todavía no practican la filantropía.
Cuando Mangoré murió el 7 de agosto de 1944 la cátedra de guitarra que había enseñado desapareció de la Escuela de Música y Declamación “Rafael Olmedo”. El nombre de “Rafael Olmedo”, un famoso músico salvadoreño, dejó de estar asociado con dicha escuela de música en 1951. Desde su fallecimiento no se ha instituido en ninguna universidad, conservatorio, ó escuela de música en El Salvador la cátedra de guitarra “Mangoré” ni la escuela de música “Mangoré”. La venta de guitarras “Mangoré” auspiciada por USAID en El Salvador es hecha para mercadeo.
En mayo de 2006 viajé de Los Ángeles para ver los verdaderos objetos de Mangoré que están en custodia del Museo “David J. Guzmán” en San Salvador. Me llevé un gran desencanto cuando en el museo me dijeron que estaban almacenados fuera de la luz del público.
El libro que he reseñado por este medio va encabezado con una cita anónima que dice, “Sólo la cultura cambia realmente a un pueblo”. El hecho que la tumba de Barrios Mangoré sea un monumento nacional no significa nada porque la actual cultura del poder en El Salvador lo ha hecho inalcanzable para su gente.
*Derechos reservados del autor. Edgardo Quintanilla, miembro de la Barra de Abogados de California, eqlaw@pacbell.net.
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Cultura
estimado Lic. Quintania, gracias por hablarnos de este interesante libro, opino igual que ud. por que el gobierno no se interesa rrealmente por la cultura, la memoria historica de El Salvador, al pareser solo quieren que esta patria, siga siendo, ignorantes, ausentes de todo lo que nos debe de hacer sentir orgullozos de ser Salvadorenos, nada menos en la convencion pasada del SEEM se dio un panel si no el mas importante diria yo, como lo fue El Descubrimiento de California, no quisieron rretomar esta investigacion, solo lo quisieron utilizar como politiqueria barata, otra muestra mas fu ( dolarisar el pais, matar a el Colon ) ese en mi umilde opinion es el mal mas grande que nos an regalado los actuales gobernantes, y si no les interesa la Filantropian a esos mal llamados rricos, solo invertir, en sus negocios, y colaborar en tener el pais, con gente de bajos niveles de educacion sin aspiraciones, que triste que no promuevan la cultura, arte, deporte, raises, en fin asi, como ven de chiquito esta tierra ahi en ella al fondo de sus entranas hay mucha historia y valores, por su gente laboriosa que nadie rreconose.
ReplyDeletetrajo un buen tema a compartir a este espacio.
saludos Andrea, California.