Pateando San Salvador
Me estoy comiendo unas riguas que compre por el mercado sagrado corazón, comprada a una joven de 23 o 25 años, junto con su hija que cargaba un termo grande con atol de elote.
Luego en la ruta 30, otra joven como de 22 con el niño pegado a los senos, bajando a la carrera con dos bultos de papel higiénico, la seguía una niña como de 7 con otro bulto, en la parada de maternidad.
Nuestra ciudad capital no debería llamarse San Salvador sino la ciudad “plancha de pupusas”, las hay por todos lados, igualando a las ventas de dvd’s, luego las vendedoras de mango, verde, sazón, twist, bolsas de naranjas, sandia cortada, papas fritas, churros, lentes, pilas, lámparas y todo lo inimaginable.
Admiro el arranque, el deseo de salir adelante, de vencer el hambre del día a día, se les sale por los poros, la pobreza, desnutrición, falta de educación, etc.etc. Por eso no me explico el fenómeno de las maras cuando se le atribuye su génesis a la marginación y problemática social.
Allí están también las muchachas por san miguelito, la plaza barrios, la 29, con sus travestís (un verdadero ejercito). Las casas con focos rojos. Aquí el amor es algo que nadie se puede permitir, puede salir demasiado caro para las profesionales que ejercen este terrible oficio.
Pero también me llama a la atención todos los contadores y profesionales expertos en impuestos en las mesitas ambulantes algunos, otros un poco más equipados, alrededor de las tres torres. Caramba que valentía, que coraje, con tal de ganarse el pan de cada día y no ir a robar, qué verdadero ejemplo de tesón.
También pasé por un local venido a menos, destruido, con un rótulo que pone “se alquila”, el local está en la col. Esperanza donde quedaba EL YUGO. Me vino a la memoria, ese sabor exquisito del lomo de aguja, el vinagre tan especial. Luego pasó por mi mente, La Carreta, La Diligencia y los tiempos de 1.25 de colón en el mercado Emporium, allí no se valían los cubiertos pues el tasajo era tan duro que doblaba hasta los tenedores, allí a pata, la sopa de patas de la turca, los panes con pavo san Rafael, los Silvia, las pupusas de la 10 avenida y 5 de nov., el Migueleño. Bueno tantos recuerdos…
Entonces cuando leo en los blogs esa obstinada apología del actual sistema de cosas, y como se ocultan las realidades tan crudas y crueles de la mayoría de nuestros hermanos y se trata de forzar al lector en formas verdaderamente inmorales, ofensivas, anti-ética, vuelvo a mí y digo de verdad NECESITAMOS UN CAMBIO!!!!
Publicado en http://cuchumbo.blogspot.com/
Luego en la ruta 30, otra joven como de 22 con el niño pegado a los senos, bajando a la carrera con dos bultos de papel higiénico, la seguía una niña como de 7 con otro bulto, en la parada de maternidad.
Nuestra ciudad capital no debería llamarse San Salvador sino la ciudad “plancha de pupusas”, las hay por todos lados, igualando a las ventas de dvd’s, luego las vendedoras de mango, verde, sazón, twist, bolsas de naranjas, sandia cortada, papas fritas, churros, lentes, pilas, lámparas y todo lo inimaginable.
Admiro el arranque, el deseo de salir adelante, de vencer el hambre del día a día, se les sale por los poros, la pobreza, desnutrición, falta de educación, etc.etc. Por eso no me explico el fenómeno de las maras cuando se le atribuye su génesis a la marginación y problemática social.
Allí están también las muchachas por san miguelito, la plaza barrios, la 29, con sus travestís (un verdadero ejercito). Las casas con focos rojos. Aquí el amor es algo que nadie se puede permitir, puede salir demasiado caro para las profesionales que ejercen este terrible oficio.
Pero también me llama a la atención todos los contadores y profesionales expertos en impuestos en las mesitas ambulantes algunos, otros un poco más equipados, alrededor de las tres torres. Caramba que valentía, que coraje, con tal de ganarse el pan de cada día y no ir a robar, qué verdadero ejemplo de tesón.
También pasé por un local venido a menos, destruido, con un rótulo que pone “se alquila”, el local está en la col. Esperanza donde quedaba EL YUGO. Me vino a la memoria, ese sabor exquisito del lomo de aguja, el vinagre tan especial. Luego pasó por mi mente, La Carreta, La Diligencia y los tiempos de 1.25 de colón en el mercado Emporium, allí no se valían los cubiertos pues el tasajo era tan duro que doblaba hasta los tenedores, allí a pata, la sopa de patas de la turca, los panes con pavo san Rafael, los Silvia, las pupusas de la 10 avenida y 5 de nov., el Migueleño. Bueno tantos recuerdos…
Entonces cuando leo en los blogs esa obstinada apología del actual sistema de cosas, y como se ocultan las realidades tan crudas y crueles de la mayoría de nuestros hermanos y se trata de forzar al lector en formas verdaderamente inmorales, ofensivas, anti-ética, vuelvo a mí y digo de verdad NECESITAMOS UN CAMBIO!!!!
Publicado en http://cuchumbo.blogspot.com/
Labels
Literatura
Con solo una palabra tan sencilla usted, mi paisano lo universaliza tan solo escribir la palabra;
ReplyDeleteCAMBIO
Gracias por su articulo lleno de veracidad.
Saludos,
Jose Matatias Delgado Y Del Hambre.
Bopnitas las chicas, chicas que estan en lafoto.
ReplyDeleteexcelente analisis de la cruel realidad salvadoreña de como nuestro pais esta y de la verdad como los salvadoreños salen adelante con lo que pueden y como nuestra capital va de mal en peor....buen articulo
ReplyDelete