Álvaro Rivera Larios lanza una losa a los ex guerrilleros ahora convertidos en analistas políticos

Predicciones simplistas
Por Álvaro Rivera Larios*

Resulta curioso descubrir en la mente de los nuevos anticomunistas el rastro de su pasado. Dejaron sus viejas ideas, pero conservan ese estilo de pensar que concibe una realidad social gobernada por leyes mecánicas. En su lenguaje no hay espacio para la probabilidad, para la praxis.

Su apocalíptico estilo de predicción los acerca al viejo y fanático anticomunismo criollo. Su determinismo simplista nos recuerda que todavía son hijos del marxismo vulgar.

Conservan lo peor de unos y de otros, cuando los errores de unos y de otros deberían de darles un poquito más de lucidez y responsabilidad.

A propósito de un artículo de Joaquín Villalobos, expuse cómo el razonamiento determinista de algunos escritores simplifica la realidad.

Se apoyan en textos programáticos o en otras experiencias y nos dicen que tal cosa sucederá porque esa es la oculta intención de algunos o que tal cosa pasará dado que ya sucedió en otros lugares. Por un lado, abstraen del contexto político las intenciones de los partidos, como si los partidos fuesen un dios omnipotente y por otro, comparan experiencias sin señalar la particularidad de la nuestra.

Cualquier analista sabe que el propósito de imponer una decisión a un amplio y complejo grupo de individuos dependerá de dos factores: a) de que se tengan los suficientes recursos para lograr el objetivo y b) de que no existan resistencias sólidas que lo impidan.

A pesar de que somos una sociedad jerarquizada y verticalista, en nuestro sistema político el poder es de naturaleza compleja y se haya distribuido entre varios agentes: tienen influencia los medios de comunicación, tiene influencia la Iglesia Católica, tiene influencia el Ejército, tiene influencia el Poder Judicial, tienen influencia las organizaciones empresariales, tienen influencia algunas embajadas y etcétera. Las decisiones de cualquier gobierno se dan dentro de esa trama de fuerzas.

Lo que haría el FMLN, de conseguir el poder, no depende sólo de su voluntad; dependería también de las reacciones positivas o negativas que le salgan al encuentro desde otros lugares de nuestro sistema político.

A simple vuelo de pájaro, a corto y mediano plazo, y dada la forma en que el poder se halla distribuido en nuestra sociedad, a lo más que podría aspirar un FMLN en el gobierno es a desarrollar una política socialdemócrata. Ese es el horizonte fáctico de sus posibilidades. No afirmo que eso sea lo que haría, en caso de ganar las elecciones, sólo sugiero el margen de acción que las otras fuerzas quizás le concedan. Es bastante probable que incluso una política socialdemócrata sea objeto de una gran oposición.

Quien quiera hacer predicciones que las haga construyendo un modelo teórico donde se hallen presentes los objetivos, los recursos y el grado de influencia de las distintas fuerzas que interactúan dentro de nuestro sistema político.

En ese modelo de variables complejas debería de introducirse la experiencia y la capacidad de aprendizaje y maniobra que los distintos agentes del sistema pueden desarrollar a lo largo de sus interacciones dialécticas. Cualquier hipótesis sobre comportamientos futuros tendría que formularse en un lenguaje probabilístico y condicional.

Aunque un artículo de prensa no se rija por los criterios de una ciencia social, está obligado a no simplificar de forma maniquea la complejidad de una coyuntura política y sus posibles alternativas de acción. Salvo que en dicho artículo de forma premeditada se oculte la complejidad con fines propagandísticos. En tal caso ya no estaríamos ante un trabajo periodístico responsable sino que ante un panfleto.

II

Resulta curioso que el simplismo determinista se pregunte cuál va a ser la reacción del FMLN en caso de perder en las próximas elecciones presidenciales. El simplismo cita frases y textos para aventurar intenciones, pero cierra los ojos ante las experiencias que no encajan en su tesis. El FMLN ha perdido en varias elecciones presidenciales y acaba de perder la alcaldía de San Salvador.

Todos sabemos cómo ha reaccionado: mal que bien, aceptó las derrotas. Si los antecedentes permiten hacer hipótesis factibles sobre el futuro, podemos decir que es bastante probable que el FMLN acepte un nuevo fracaso. La pérdida de la alcaldía de San Salvador ha rebajado su confianza eufórica en un triunfo que le traerían de forma inevitable las tendencias de voto disfrazadas de leyes sociológicas. Tales tendencias, como ya se ve, no garantizan nada, pueden contrarrestarse.

Lo que no sabemos, porque se carece de datos apropiados y más recientes, es cómo reaccionará la derecha si triunfa el FMLN. La vieja historia nos dice que en otros casos, ante los triunfos generales de plataformas de izquierda, la derecha recurrió al fraude electoral. Pero esos antecedentes no tienen por qué llevarnos a hacer predicciones simplistas.

Columnistas de El Faro.net - Publicado el 2/3/2009

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