De Vendedor de Autos Usados a Comprador de Diputados Usados.

Por Elmer Palma

Hubo una vez, en un rinconcito mágico del mundo, dos primos muy audaces que soñaban con ser ricos y poderosos. El primero, al medio crecer se fue a una ciudad lejana y por años se dedicó a al buen negocio de la venta y compra de autos usados; con el tiempo aprendió bien el oficio de vender al mejor postor.

El otro primo, se quedó a luchar en el rinconcito que le vio nacer y con dificultades logró terminar el bachillerato. Con su audacia y su cartoncito bajo el brazo, pronto encontró un trabajito de locutor en la capital. Allá por mil novecientos entonces, el primo locutor, también comenzó a dedicarse a la narración de partidos de football por televisión. Así, compró su primera radio y se convirtió en empresario. Poco a poco se fue haciendo popular y fue penetrando las esferas políticas y de gente poderosa que le generaban más negocios a sus, ya para entonces, varias radios.
El primo vendedor de autos no le quitaba el ojo a su primo locutor desde la distancia, veía en él un gran futuro y le insistía que se metiera mas en política, que buscara la presidencia, que tenia muchos chances con los contactos que había alcanzado.

- Primo, metéte hombre, que no ves que ahí’sta el pisto, además, vos sabes que somos turcos, ¿que te pasa?, nosotros siempre hemos dominado ese rinconcito del mundo y vos podes seguir la tradición, para eso llegaron nuestros abuelos, para mandar y manejar negocios fuertes.

- Hay primo, pero es que yo tengo mucho sentido humano y como que esa guayaba no se ve fácil.

- Ves, con eso podes vender, lo mismito hago yo con los carros viejos, le doy paja a la gente y se la creen, a veces ni cuenta se dan que son carros chocados.

Se lo decía por cartas, por que aun no habían emails, y el primo locutor comenzó agarrar carreta del primo vendedor, y lo que mas le gustaba era lo de mandar y hacer negocios grandes, ya en eso de las radios había mucha competencia haciendo lo mismo.
Ya con la carreta en el hombro aquel primo locutor comenzó a empujar como cualquier buey sudado cuesta arriba. Casi de la nada y sin experiencia en política, llegó a la presidencia de aquel rinconcito del mundo y celebró en grande con su primo el vendedor de autos usados.

Pero lograr la presidencia para aquellos primos era solo la primera parada del autobús, una ves dentro, el primo le insistía nuevamente desde la distancia que asegurara los negocios venideros que la política genera.

- Primo, vos podes seleccionar gente que te haga caso una ves dejes la presidencia, dales paja, ofrecéles pisto o puestos pero asegúrate que te vean como un dios, para que después los podamos poner a trabajar para nosotros y así mantener el poder. Que no ves que ese periodo de presidente es muy cortito, una ves te salgás, podes hasta dominar al próximo que llegue si dejas la calle bien hecha, olvidáte de las polvosas y pavimenta tu propia calle.

- ¿Y como le hago primo si esta mara aquí esta bien adiestrada por los viejitos?.

- Mirá, vos trata de poner a alguien que te sustituya pero que te haga caso, que no te echen gol los viejos, pone a uno de los tuyos.

- ¿Pero y si perdemos la próxima elección con mi partido?

- -Ahhhh eso dejámelo a mi, hay que tener un plan B, yo soy experto en compra de autos viejos y con esa experiencia papito podemos comprar a esos diputados viejos para hacer negocios con el otro si es que gana, pero vos tenés que dejar el caminito hecho con ellos, trata que sean varios.

- ¿Crees que la hacemos con 12 ?

- Al mas no haber, pi’or es nada, la onda es balancear para que ahuevo nos busquen.

- Va pues, te pones buxo por que si no a mi me pueden hacer chicharrón cuando se encachimben.

- Vos solo hacéme caso viejo.

Echaron andar ambos planes, escogió al candidato para sustituirlo en la presidencia dentro de su partido para el plan A. También, ágilmente metió gente a las diputaciones de su partido que después le obedecieran en caso su partido no continuara en el poder y así tener el plan B listo debajo de la manga. Ganara quien ganara las elecciones, podrían manejar al gobierno y la oposición al mismo tiempo.

Las elecciones presidenciales las perdió su partido, y con eso se desbarató el plan A.

Ahora a poner en marcha el plan B. Meses después el primo vino cargado de rollos con los que lograba venderle a la gente carros viejos a precios de casi nuevos para implementar el plan, pero estas ves con diputados viejos.

Aun no se sabe a ciencia cierta cuantos diputados viejos lograron comprar aquel par de primos ambiciosos ni con ayuda de quien. Lo cierto es que ahora cobran al mejor postor cualquier favorcito que les vengan a pedir. Gobierno u oposición, tienen que venir a ellos y ofrecer la cantidad que ellos imponen para dar votos necesarios si quieren pasar algo por el poder legislativo del rinconcito mágico, de lo contrario, ni gobierno ni oposición pueden moverse ni a la izquierda ni a la derecha.
Ahora los primos se ríen por que dicen que no es lo mismo ser gobierno de un rincón mágico a gobernar un rincón de (i)majes.

Y colorín colorado, este cuento aun NO ha terminado.
Aclaración: Cualquier parecido con la realidad es pura coincidencia.

Elmer Palma el Autor del Cuento.

Newer Post Older Post