Micheletti destituye a los ministros y se aferra al poder
Por Pablo Ordaz
Golpe tras golpe, el golpista sigue ganando. El golpe a la razón que Roberto Micheletti propinó anoche (madrugada del viernes en España) fue anunciar que sus ministros habían dimitido en pleno para dar paso a un Gobierno de unidad nacional... presidido por él mismo. A efectos prácticos, esto quiere decir que el presidente legítimo, Manuel Zelaya, seguirá encerrado y desesperado en la Embajada de Brasil y que Micheletti, que llegó al poder el pasado 28 de junio gracias al golpe militar, seguirá manejando los hilos de este culebrón surrealista. Zelaya respondió dando por muertas las negociaciones y asegurando que no reconocerá el resultado de las elecciones.
La historia es como sigue. Según uno de los puntos del acuerdo alcanzado la pasada semana por los negociadores de Zelaya y Micheletti, el jueves día 5 tendría que estar conformado un Gobierno de unidad y reconciliación. El acuerdo, que todo el mundo celebró como el fin de la crisis pero que encerraba innumerables lagunas, no decía quién tenía que presidir ese Gobierno de unidad. Los partidarios del presidente depuesto, que saben con quién se la están jugando, se apresuraron a advertir: "No participaremos en un Gobierno de unidad que no sea presidido por Zelaya". Así que Micheletti se frotó las manos.
El miércoles recibió en la Casa Presidencial a los dos altos dignatarios internacionales cuya misión era verificar el cumplimiento del acuerdo, el ex presidente chileno Ricardo Lagos y la secretaria de Trabajo del gobierno de Obama, Hilda Solís. Les garantizó que estaba dispuesto a renunciar a su cargo si con ello facilitaba el camino hacia la paz. Lo lleva diciendo desde hace meses, pero Lagos se lo quiso creer, ofreció una rueda de prensa en la que halagó la actitud "del señor Micheletti" y se marchó de Honduras a toda prisa, apenas 24 horas después de haber llegado. Con el campo libre, Micheletti volvió a hacer de las suyas.
Según él mismo contó la noche del jueves en un comunicado, a principios de semana había solicitado "a los principales partidos políticos y a sus candidatos a la presidencia, además de al señor Manuel Zelaya, una lista de diez personas que podrían integrar el nuevo Gobierno de unidad y reconciliación". La nota dice que recibió una lista de nombres y que los partidos dejaron a su libre albedrío la confección del nuevo Gobierno, pero no dice que Zelaya -al que jamás llama presidente- no se prestó a la farsa. Pero Micheletti siguió con ella. Tal como admite en su comunicado, el jueves por la tarde llamó a sus ministros a la Casa Presidencia y les pidió que dimitieran.
Lo mejor es el último párrafo: "En la reunión del Consejo de Ministros, todos depusieron sus cargos, a fin de apoyar el cumplimiento del acuerdo Tegucigalpa-San José, que según su cronología este día [jueves 5 de noviembre] debe conformarse un nuevo gobierno a la cabeza del presidente Micheletti". A tenor de la sintaxis, queda claro que los golpistas tampoco tienen quién les escriba, pero lo curioso no es eso. Sino que unos minutos después de que los funcionarios de la Casa Presidencial distribuyeran el comunicado entre los periodistas, llegó otro, igualito, salvo en la última línea, que ya no hablaba ni de cabezas ni de Micheletti. ¿Se habría arrepentido? Nada que ver. Unos minutos después, su ministro de la Presidencia, Rafael Pineda Ponce, inició su etapa de "ex ministro" haciendo las siguientes declaraciones: "Siendo Micheletti el presidente constitucional de la República, le corresponde liderar el nuevo Gabinete".
Al tiempo que esto sucedía, dos lujosos vehículos todoterreno salieron de la Casa Presidencial y se dirigieron a toda prisa hasta el vecino hotel Intercontinental, cuyo aparcamiento había sido tomado por numerosos soldados con sus fusiles en bandolera. Se trataba de la escolta de la esposa de Micheletti, que llegaba tarde a un desfile de moda.
Fuente: El País 6/11/2009
Golpe tras golpe, el golpista sigue ganando. El golpe a la razón que Roberto Micheletti propinó anoche (madrugada del viernes en España) fue anunciar que sus ministros habían dimitido en pleno para dar paso a un Gobierno de unidad nacional... presidido por él mismo. A efectos prácticos, esto quiere decir que el presidente legítimo, Manuel Zelaya, seguirá encerrado y desesperado en la Embajada de Brasil y que Micheletti, que llegó al poder el pasado 28 de junio gracias al golpe militar, seguirá manejando los hilos de este culebrón surrealista. Zelaya respondió dando por muertas las negociaciones y asegurando que no reconocerá el resultado de las elecciones.
La historia es como sigue. Según uno de los puntos del acuerdo alcanzado la pasada semana por los negociadores de Zelaya y Micheletti, el jueves día 5 tendría que estar conformado un Gobierno de unidad y reconciliación. El acuerdo, que todo el mundo celebró como el fin de la crisis pero que encerraba innumerables lagunas, no decía quién tenía que presidir ese Gobierno de unidad. Los partidarios del presidente depuesto, que saben con quién se la están jugando, se apresuraron a advertir: "No participaremos en un Gobierno de unidad que no sea presidido por Zelaya". Así que Micheletti se frotó las manos.
El miércoles recibió en la Casa Presidencial a los dos altos dignatarios internacionales cuya misión era verificar el cumplimiento del acuerdo, el ex presidente chileno Ricardo Lagos y la secretaria de Trabajo del gobierno de Obama, Hilda Solís. Les garantizó que estaba dispuesto a renunciar a su cargo si con ello facilitaba el camino hacia la paz. Lo lleva diciendo desde hace meses, pero Lagos se lo quiso creer, ofreció una rueda de prensa en la que halagó la actitud "del señor Micheletti" y se marchó de Honduras a toda prisa, apenas 24 horas después de haber llegado. Con el campo libre, Micheletti volvió a hacer de las suyas.
Según él mismo contó la noche del jueves en un comunicado, a principios de semana había solicitado "a los principales partidos políticos y a sus candidatos a la presidencia, además de al señor Manuel Zelaya, una lista de diez personas que podrían integrar el nuevo Gobierno de unidad y reconciliación". La nota dice que recibió una lista de nombres y que los partidos dejaron a su libre albedrío la confección del nuevo Gobierno, pero no dice que Zelaya -al que jamás llama presidente- no se prestó a la farsa. Pero Micheletti siguió con ella. Tal como admite en su comunicado, el jueves por la tarde llamó a sus ministros a la Casa Presidencia y les pidió que dimitieran.
Lo mejor es el último párrafo: "En la reunión del Consejo de Ministros, todos depusieron sus cargos, a fin de apoyar el cumplimiento del acuerdo Tegucigalpa-San José, que según su cronología este día [jueves 5 de noviembre] debe conformarse un nuevo gobierno a la cabeza del presidente Micheletti". A tenor de la sintaxis, queda claro que los golpistas tampoco tienen quién les escriba, pero lo curioso no es eso. Sino que unos minutos después de que los funcionarios de la Casa Presidencial distribuyeran el comunicado entre los periodistas, llegó otro, igualito, salvo en la última línea, que ya no hablaba ni de cabezas ni de Micheletti. ¿Se habría arrepentido? Nada que ver. Unos minutos después, su ministro de la Presidencia, Rafael Pineda Ponce, inició su etapa de "ex ministro" haciendo las siguientes declaraciones: "Siendo Micheletti el presidente constitucional de la República, le corresponde liderar el nuevo Gabinete".
Al tiempo que esto sucedía, dos lujosos vehículos todoterreno salieron de la Casa Presidencial y se dirigieron a toda prisa hasta el vecino hotel Intercontinental, cuyo aparcamiento había sido tomado por numerosos soldados con sus fusiles en bandolera. Se trataba de la escolta de la esposa de Micheletti, que llegaba tarde a un desfile de moda.
Fuente: El País 6/11/2009
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Crisis Honduras
YA BASTA DE TANTA PAJA CON ESTE CHANGONETTI, INSTRUMENTO DE LOS FINACISTAS DE ULTRANZA DIABOLICA, ENFERMOS DEL PODER EN CENTROAMERICA Y ALLI MUCHOS SALVADOREÑOS INCLUIDOS !
ReplyDeleteYA BASTA !
HASTA DONDE LLEGARA ESTE NECIO Y COBARDE PERSONAJE... HASTA DONDE LE PERMITIREMOS LLEGAR !
YA BASTA !
Jose Matatias DElgado Y Del Hambre.
A la legua se nota que el plan del departamento de estado (Hillary) y la CIA funciono a la perfeccion, el cual estaba diseñado como una trampa para entretener y embaucar a Zelaya, Mel creyo que lo hacian de buena voluntad, buena fe
ReplyDeletey por la engañoza lealtad y confiabilidad que le mostro el siniestro Shannon en su ultima visita a Honduras y no entendio que era para complotar contra el; arreglando la conspiracion, dejandole las ordenes y la estratejia que tenia seguir Goriletti para seguir perpetuado en el poder. !!1 CON AMIGOS ASI PARA QUE TENER ENEMIGOS!!!
Pobre Zelaya, pero desafortunadamente se dejo atrapar como un niño no como un avezado politico que pretende ser y que desgracia para las democracias en Latinoamerica que la ultraderecha hondureña ya casi logro su objetivo, dejando un precedente tan negativo en el Hemisferio, que ya los otros oligarcas de la region lo puedan utilizar si ya les dio un excelente resultado el nefasto golpe hondureño.
Sirva como ejemplo el Presidente Lugo del Paraguay, donde ya hace meses se venia gestando un golpe de estado maquinado por la ultraderecha y los militares, acertadamente, se les adelanto y corto de raiz los jefes militares que estaban involucrados en las siniestras actividades del golpe.