Removiendo el lodo después de la tempestad

Salvadoreños remueven toneladas de escombros para buscar desaparecidos

Por Oscar Batres y Carlos Mario Márquez

VERAPAZ, El Salvador — Los equipos de socorro y numerosos voluntarios removían este lunes toneladas de lodo y escombros en busca de decenas de desaparecidos por las fuertes lluvias causadas por una presión baja y el huracán Ida y que dejaron 130 muertos y más de 10.000 evacuados.

Las principales labores se centraban en el departamento de San Vicente, en el este, donde se enclava el municipio de Verapaz, a unos 50 km. de la capital, el más afectado por la catástrofe, y donde los cuerpos de socorro buscaban a 72 personas dadas por desaparecidas, por lo que el balance de muertos puede crecer todavía.

El presidente Mauricio Funes, que la noche del domingo decretó estado de emergencia nacional, se acercó a Verapaz y pudo constatar el estrago de las aguas que borraron del mapa los barrios de Las Mercedes y San Antonio.

"Esta vez el gobierno no va a dejar sola a la población", declaró Funes antes de anunciar que dedicará 150 millones de dólares para hacer frente a esta catástrofe, una de las peores que ha conocido el país en los últimos años, aunque para ello necesita la luz verde del Congreso.

"Tenemos que superar la tragedia", agregó, "yo sé que la pérdida de una vida dificilmente se puede reponer (...) no podemos pedirle más a sus familiares que Dios les acompañe y les dé fortaleza para salir adelante", dijo.

Luego, el presidente recorrió en helicóptero la zona devastada.

"El problema aquí para localizar los cadáveres es remover este caudal de piedras y árboles", declaró a la AFP Carlos Ernesto Arce, de 27 años, un habitante de Verapaz, otrora un pueblo pintoresco de unos 6.800 habitantes y hoy inundado de lodo.

"La correntada se llevó la gente de las casas y revolcó cultivos", dice Javier Martínez, un campesino que observa la destrucción.

"En ese valle había casas, plataneras (plantaciones de banano) y ahora es una desgracia", relata Martínez.

En los próximos días, con ayuda de técnicos de la Comisión Económica para América Latina (CEPAL) y de Naciones Unidas se efectuará un estudio sobre los daños y el costo de los mismos, dijo el presidente.

Para Funes, las pérdidas humanas y daños causados por las lluvias son "la expresión" de la "vulnerabilidad" del territorio salvadoreño ante fenómenos naturales.

Según el balance del director de Protección Civil, Jorge Meléndez, el ciclón dejó 130 muertos y 10.348 personas evacuadas, en albergues de todo el país.

En un conteo preliminar de los daños materiales que dejaron las lluvias se contabilizaban 1.570 casas dañadas, 168 viviendas destruidas y 1.400 viviendas en condiciones de alto riesgo.

Las autoridades trataban asimismo de restablecer el tránsito de vehículos en los cinco departamentos donde fue declarada la emergencia nacional: San Vicente, Cuscatlán, La Libertad, San Salvador y La Paz, todos en el centro del país.

El gobierno de Guatemala fue uno de los primeros en enviar ayuda a los salvadoreños. Además de un equipo de rescate integrado por miembros de Bomberos Voluntarios y Municipales, Cruz Roja Guatemalteca, la unidad humanitaria y de rescate del Ejército, también envió comida fría y agua embotellada para los damnificados.

Otros países como Cuba, Japón, Panamá, Venezuela y Guatemala, además de la Unión Europea y Naciones Unidas, han ofrecido también ayuda.

"Los salvadoreños no estamos solos, hemos tenido la voz solidaria de varios países del mundo y del sistema multilateral y esa ayuda se empezará a canalizar inmediatamente pues comenzarán a llegar (este lunes) los primeros cargamentos de ayuda", afirmó el canciller salvadoreño, Hugo Martínez.

En el ministerio de Gobernación también se ha establecido un centro de acopio en la capital, en donde se recibe y despacha la ayuda de los salvadoreños para los afectados.

El ministro de Gobernación, Humberto Centeno, hizo un llamado a sus compatriotas para que donen "alimentos, agua, ropa y colchonetas".

Ida, debilitado ya a tormenta tropical, avanzaba por el Golfo de México con vientos máximos de 110 km/h y estaba acercándose a la costa estadounidense.

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