El Salvador, ‘Estado Marero’
Por José Manuel Ortiz Benítez
A este ritmo, pronto no quedará nadie vivo en El Salvador a quien asesinar, salvo aquellos que puedan permitirse el lujo de pagar por su propia seguridad. El número de asesinatos que absorbemos en carne y hueso cada día ha pasado de once a dieciséis, cinco masacrados más que en 2009. Es decir, en el 2010, la escandalosa maquinaria asesina en nuestro país ha aumentado su capacidad productiva en un 30% a pesar de la intervención de la Fuerza Armada. Con esta capacidad para matar, instalada de lleno en la juventud de nuestra sociedad, hemos condenado a la tragedia a toda una generación y tomado el liderato indiscutible entre los países más violentos del mundo especializados en la destrucción masiva de vidas humanas. México, uno de los estados más violentos de América Latina, se nos queda enano, realmente enano, en la curva comparativa. Nuestro pulgarcito de América es realmente un gigante en el arte de matar.
El Salvador reportó 76.6 homicidios por cada 100,000 habitantes durante el año 2009, únicamente superado por el temido Irak, que alcanzó los 83 asesinatos, según La Declaración de Ginebra sobre Violencia Armada y Desarrollo.
Pero ahora en el 2010, los asesinatos en El Salvador han pasado a otro nivel, a matanzas generalizadas en espacios abiertos en zonas que generalmente estaban libres de la infección de violencia que sacude a todo el país.
A este ritmo, pronto no quedará nadie vivo en El Salvador a quien asesinar, salvo aquellos que puedan permitirse el lujo de pagar por su propia seguridad. El número de asesinatos que absorbemos en carne y hueso cada día ha pasado de once a dieciséis, cinco masacrados más que en 2009. Es decir, en el 2010, la escandalosa maquinaria asesina en nuestro país ha aumentado su capacidad productiva en un 30% a pesar de la intervención de la Fuerza Armada. Con esta capacidad para matar, instalada de lleno en la juventud de nuestra sociedad, hemos condenado a la tragedia a toda una generación y tomado el liderato indiscutible entre los países más violentos del mundo especializados en la destrucción masiva de vidas humanas. México, uno de los estados más violentos de América Latina, se nos queda enano, realmente enano, en la curva comparativa. Nuestro pulgarcito de América es realmente un gigante en el arte de matar.
El Salvador reportó 76.6 homicidios por cada 100,000 habitantes durante el año 2009, únicamente superado por el temido Irak, que alcanzó los 83 asesinatos, según La Declaración de Ginebra sobre Violencia Armada y Desarrollo.
Pero ahora en el 2010, los asesinatos en El Salvador han pasado a otro nivel, a matanzas generalizadas en espacios abiertos en zonas que generalmente estaban libres de la infección de violencia que sacude a todo el país.
Esta nueva forma de matar –irrumpir en la cena de un restaurante y acribillar indiscriminadamente a los comensales, por poner el último ejemplo– está asustando y descolocando psicológicamente a todos, incluido el Gabinete de Seguridad del Presidente Mauricio Funes, quien, visto lo último, se ha apresurado a reunirse con miembros de la empresa privada ANEP, FUSADES y medios de comunicación para recabar insumos y apoyos y poner en marcha un nuevo Plan de Seguridad.
El Plan de Seguridad del Presidente Funes consiste en 3 ejes fundamentales:
Sólo la parte de Represión, Control y Prevención del Crimen podría requerir unos $60 millones según la propia Policía Nacional Civil, quien sería la encargada de llevar a cabo una serie de renovaciones, que incluye un nuevo modelo del servicio de emergencias al 911, un nuevo sistema de comunicación y transporte y el refuerzo de nuevas unidades de investigación y reacción policial.
Se desconoce, también, cuál sería el coste y las líneas de actuación del programa de Atención a las Víctimas y las Reformas Institucionales del nuevo Plan. Según el Ministro de Hacienda, el Sr. Carlos Cáceres, de momento se cuenta únicamente con un total de $50 millones –$20 millones que aporta CEL, $15 del BCIE y otros $15 del Fideicomiso de Seguridad heredado de la Administración del ex presidente Saca– para implementar todo el nuevo Plan antiviolencia.
Así es, al día de hoy, sólo hay sobre la mesa $50 millones para combatir un problema complejo que afecta prácticamente todos los aspectos fundamentales de la estabilidad nacional: la seguridad, la productividad, la inversión, el transporte, el desarrollo social, el turismo y, lo más esencial de todos, la vida, una vida salvadoreña es abatida cada 90 minutos.
De cara a la disminución de los asesinatos y homicidios, lo más destacable del Plan quizás sea la Reforma del Sistema Penitenciario. Hay que recordar que, según un informe del FBI –con sede en El Salvador desde hace algún tiempo– el 80% de los asesinatos en todo el país es teledirigido por mareros encarcelados en la red de centros penitenciarios.
Los cabecillas encarcelados utilizan las ventajas de lo último en tecnología celular para dar instrucciones precisas a sus colaboradores de calle para matar y extorsionar a la población, dice el informe.
El informe del FBI también denuncia que la actividad delictiva de las maras, en las cárceles salvadoreñas e igualmente fuera de ellas, opera conjuntamente con el narcotráfico, el crimen organizado y la delincuencia común y que, en muchos casos, se cuenta con la pasividad, el permiso o la colaboración de las fuerzas de seguridad del estado.
Si el 80% de la atrocidad, el asesinato y la extorsión del país se diseña desde el interior de una celda y se cuenta, de antemano, con el permiso de las autoridades encargadas de la seguridad para llevarlas a cabo, sería correcto, por consiguiente, destinar buena parte del esfuerzo del nuevo Plan de Seguridad en lo inmediato, en lo urgente, en salvar vidas humanas, es decir, en neutralizar, por un lado, la actividad asesina y delictiva de los jefes de las maras recluidos en los centros penitenciarios y en implementar, por el otro, un programa especial anti-corrupción al interior de los cuerpos de seguridad para despojar miembros corruptos, centrándose en los $50 millones disponibles hoy mismo y en tres o cuatro puntos concretos:
El Salvador es esencialmente un país chiquito, trabajador y humilde, que actualmente está siendo masacrado por una banda de mareros concentrados al interior de una celda, con el permiso implícito o explícito de las autoridades.
Resulta difícil ver y aceptar que todo el sistema penitenciario, lejos de servir como un brazo articulado a favor de la justicia, se ha convertido en una red de oficinas de planificación de homicidios, extorsiones y de acciones delictivas que amenaza con tumbar al suelo los pocos buenos cimientos que quedan del Estado, construidos con tanta sangre y sufriendo a lo largo de nuestra historia.
Mi estimable amigo Chicho, ese ciudadano de clase media en San Salvador, resume sin pavor, “Los que están al mando de nuestro destino en El Salvador ahora son las maras, te perdonan la vida o te matan.”
“Estoy considerando seriamente ingresar a una clica para retomar nuevamente el control de mi propio destino” dice don Chicho. Si no fuera porque sé que está arriba de los 60 años, no sabría decirles que estuviera ironizando.
Actualmente se estima que en El Salvador existen unos 70,000 mareros –más de 10,000 en la cárcel– 600,000 armas de fuego en manos de civiles, 2.5 millones de ciudadanos que viven con menos de 5 dólares al día, unas 300,000 familias desestructuradas por la pobreza y otras 100,000 por la emigración, más de 24,000 deportados en el 2009, muchos con antecedentes criminales, una economía floja y artificial y una tasa de homicidios por encima de 10 al día desde el año 2005.
En los primeros 40 días de 2010, el ritmo de asesinatos se ha disparado bruscamente, rompiendo su propio récord, algo que ha venido ocurriendo año tras año en la última década.
La situación se ha vuelto insostenible. De seguir así, El Salvador se convertirá pronto en el país más violento del planeta, con una tasa de homicidios por encima de los 80 mutilados, acribillados o masacrados por cada 100,000 habitantes, una escalofriante cifra que nos puede hundir en la terrible condición de ‘estado marero’, sin el más mínimo respeto hacia el aspecto más básico y elemental de la dignificación de la especie humana: la vida.
Otros artículos de este autor AQUÍ - José Manuel Ortiz Benítez es Editor de Salvadoreños en el Mundo
El Plan de Seguridad del Presidente Funes consiste en 3 ejes fundamentales:
- Represión, Control y Prevención del Crimen
- Reingeniería del Modelo Penitenciario
- Atención a las Víctimas y Reformas Institucionales
Sólo la parte de Represión, Control y Prevención del Crimen podría requerir unos $60 millones según la propia Policía Nacional Civil, quien sería la encargada de llevar a cabo una serie de renovaciones, que incluye un nuevo modelo del servicio de emergencias al 911, un nuevo sistema de comunicación y transporte y el refuerzo de nuevas unidades de investigación y reacción policial.
Se desconoce, también, cuál sería el coste y las líneas de actuación del programa de Atención a las Víctimas y las Reformas Institucionales del nuevo Plan. Según el Ministro de Hacienda, el Sr. Carlos Cáceres, de momento se cuenta únicamente con un total de $50 millones –$20 millones que aporta CEL, $15 del BCIE y otros $15 del Fideicomiso de Seguridad heredado de la Administración del ex presidente Saca– para implementar todo el nuevo Plan antiviolencia.
Así es, al día de hoy, sólo hay sobre la mesa $50 millones para combatir un problema complejo que afecta prácticamente todos los aspectos fundamentales de la estabilidad nacional: la seguridad, la productividad, la inversión, el transporte, el desarrollo social, el turismo y, lo más esencial de todos, la vida, una vida salvadoreña es abatida cada 90 minutos.
De cara a la disminución de los asesinatos y homicidios, lo más destacable del Plan quizás sea la Reforma del Sistema Penitenciario. Hay que recordar que, según un informe del FBI –con sede en El Salvador desde hace algún tiempo– el 80% de los asesinatos en todo el país es teledirigido por mareros encarcelados en la red de centros penitenciarios.
Los cabecillas encarcelados utilizan las ventajas de lo último en tecnología celular para dar instrucciones precisas a sus colaboradores de calle para matar y extorsionar a la población, dice el informe.
El informe del FBI también denuncia que la actividad delictiva de las maras, en las cárceles salvadoreñas e igualmente fuera de ellas, opera conjuntamente con el narcotráfico, el crimen organizado y la delincuencia común y que, en muchos casos, se cuenta con la pasividad, el permiso o la colaboración de las fuerzas de seguridad del estado.
Si el 80% de la atrocidad, el asesinato y la extorsión del país se diseña desde el interior de una celda y se cuenta, de antemano, con el permiso de las autoridades encargadas de la seguridad para llevarlas a cabo, sería correcto, por consiguiente, destinar buena parte del esfuerzo del nuevo Plan de Seguridad en lo inmediato, en lo urgente, en salvar vidas humanas, es decir, en neutralizar, por un lado, la actividad asesina y delictiva de los jefes de las maras recluidos en los centros penitenciarios y en implementar, por el otro, un programa especial anti-corrupción al interior de los cuerpos de seguridad para despojar miembros corruptos, centrándose en los $50 millones disponibles hoy mismo y en tres o cuatro puntos concretos:
- Reciclar, reclutar y entrenar de manera acelerada a una nueva generación de carcelarios para relevar y renovar toda la administración actual, dirección y mandos medios, de los centros penitenciarios
- Bloquear y/o monitorear toda comunicación celular, analógica o de cualquier índole que entre o salga de las cárceles nacionales con un sistema de vigilancia sofisticado, que incluya cámaras ocultas, tecnología de intervención celular y monitoreo de comunicación analógica como ocurre en las cárceles de la India y China, dos países pioneros en el desarrollo e implementación de esta tecnología. (Se llama “Accurate Cell Phone Jamming Technology for Prisons” –Tecnología de Interferencia de Comunicaciones Celulares de Alta Precisión, diseñada para prisiones, que bloquea y/o monitorea la señal celular de una celda, de un corredor de celdas o del perímetro de un centro penitenciario completo.
- Diseñar y lanzar un plan robusto anti-corrupción al interior de la Policía Nacional Civil con los mejores ejemplares humanos disponibles, dotados de medios tecnológicos avanzados.
- Incentivar al personal de la administración carcelaria y los agentes encargados de velar por la seguridad del país con mejores sueldos y salarios para mejorar su capacidad inmunológica frente al soborno, el chantaje y el peligro de la red criminal y mafiosa encarcelada y no encarcelada
- Legislar restricciones de tenencia y posesión de armas de fuego (algo que sencillamente es de cajón, estamos ante una emergencia nacional, el derecho a tenencia de armas, al no ser un derecho fundamental, puede esperar.)
- Restringir las visitas a los reos de todas aquellas personas que tenga antecedentes penales para evitar que estos reemplacen los teléfonos celulares y se conviertan en mensajeros de la muerte y la extorsión
El Salvador es esencialmente un país chiquito, trabajador y humilde, que actualmente está siendo masacrado por una banda de mareros concentrados al interior de una celda, con el permiso implícito o explícito de las autoridades.
Resulta difícil ver y aceptar que todo el sistema penitenciario, lejos de servir como un brazo articulado a favor de la justicia, se ha convertido en una red de oficinas de planificación de homicidios, extorsiones y de acciones delictivas que amenaza con tumbar al suelo los pocos buenos cimientos que quedan del Estado, construidos con tanta sangre y sufriendo a lo largo de nuestra historia.
Mi estimable amigo Chicho, ese ciudadano de clase media en San Salvador, resume sin pavor, “Los que están al mando de nuestro destino en El Salvador ahora son las maras, te perdonan la vida o te matan.”
“Estoy considerando seriamente ingresar a una clica para retomar nuevamente el control de mi propio destino” dice don Chicho. Si no fuera porque sé que está arriba de los 60 años, no sabría decirles que estuviera ironizando.
Actualmente se estima que en El Salvador existen unos 70,000 mareros –más de 10,000 en la cárcel– 600,000 armas de fuego en manos de civiles, 2.5 millones de ciudadanos que viven con menos de 5 dólares al día, unas 300,000 familias desestructuradas por la pobreza y otras 100,000 por la emigración, más de 24,000 deportados en el 2009, muchos con antecedentes criminales, una economía floja y artificial y una tasa de homicidios por encima de 10 al día desde el año 2005.
En los primeros 40 días de 2010, el ritmo de asesinatos se ha disparado bruscamente, rompiendo su propio récord, algo que ha venido ocurriendo año tras año en la última década.
La situación se ha vuelto insostenible. De seguir así, El Salvador se convertirá pronto en el país más violento del planeta, con una tasa de homicidios por encima de los 80 mutilados, acribillados o masacrados por cada 100,000 habitantes, una escalofriante cifra que nos puede hundir en la terrible condición de ‘estado marero’, sin el más mínimo respeto hacia el aspecto más básico y elemental de la dignificación de la especie humana: la vida.
Otros artículos de este autor AQUÍ - José Manuel Ortiz Benítez es Editor de Salvadoreños en el Mundo
Nuestro pais va a desaparecer, vamos a morir todos por culpa de estos matones y nuestros politicos que no son eficientes en la resolucion de los problemas.
ReplyDeleteEn nuestro pais la vida ya no vale nada.
ReplyDeleteTe matan por 5 pesos y ahi queda tu vida, tu familia y tu cadaver.
En el salvador la delincuencia es un gran negocio.si FUNES PRADA tubiera buenas intenciones pasaria una ley donde se prohiba la portacion de armas,se sustituyeria a los jueces mafiosos y ligados a la delincuencia,pero; el PROBLEMA, LOS DUENOS DE LAS TIENDAS DE ARMAS Y LOS DE SEGURIDAD PRIVADA son LOS MISMOS AMIGOS DE FUNES,y sin delincuencia se les acaba el negocio.
ReplyDeleteLAS CATORCE FAMILIAS ESTAN USANDO LA MISMA TACTICA! ASESINAR ASESINAR Y ASESINAR!
ReplyDeleteLA TANDONA ,LOS ZETAS,LAS MARAS,LOS AGENTES POLICIALES CORRUPTOS,LAS AGENCIAS DE SEGURIDAD,ETC,ETC,..LA LISTA ES INTERMINABLE DE LOS HEREDADO POR MOOS 4 GOBIERNOS ARENEROS!!
DESDE LOS GOBIERNOS CRISTIANI SACA FLORES AL SOL HAN JUGADO UN PAPEL EN CREAR UNA SOCIEDAD SOFISTICADA CORRUPTA,QUE HOY SERA DIFICIL DE EXTIRPAR!!
GRACIAS ARENA GRACIAS ARENEROS POR LA HERENCIA QUE NOS HAN DEJADO GRACIAS ARENEROS HAN SIDO SIEMPRE LOS MEJORES! GRACIAS NO ME CANSARE DE AGRADECERLES ARENEROS !
MALDITOS HIJOS DE PUTA!!
Con respecto al comentario anterior, la verdad es total, ya la vida no vale nada en El Salvador y es mas, YA NO SE PRONUNCIE "NUESTRO PAIS" pues es aparentemente de las maras!
ReplyDeleteASI DE YUCA ESTAMOS PAISANOS!
Me alegra que el Presidente de la Republica ha tomado a bien regularizar la entrada de los deportados en Migracion El Salvador, como lo hemos señalado aca en esta cartelera de opiniones.
La cooperacion Internacional con los sofisticados sistemas de tecnologia son de ALTA NECESIDAD PARA LA SEGURIDAD CIUDADANA!
PORQUE?
Los mareros deportados con agravantes criminales activos(o sea que cometieron crimenes violentos)saben Ingles, son graduados de algunas escuelas Tecnicas, conocen la tecnologia moderna y se convierten rapidamente en los "lideres" de las clicas, las cuales en los barrios a su llegada se articula, preparan, instruyen y delinquen.
ES NECESARIO SALIRLE ADELANTE A LA MARAS ANTES QUE ELLOS NOS ENCAJONEN A LA CIUDADANIA SALVADOREÑA HONESTA Y TRABAJADORA.
Si observamos con atencion alrededor de los paises de America Latina, USA y Europa a la presencia de individuos mareros salvadoreños pone de manifiesto que nuestra cultura Precolombina-Hispana fue altamente dañada por la guerra la cual no es excusa pero si DE MANERA FUNDAMENTAL ES IMPERANTE CAMBIAR LOS VALORES ETICOS HUMANOS DE NUESTROS NIÑOS, JOVENES Y ADULTOS.
YA NO MAS VIDEOS DE JUEGOS VIOLENTOS DE MATAR POR CANTIDADES PARA SER EL CAMPEON EN ESOS JUEGOS!
YA NO MAS ASESINATOS DE NUESTROS PAISANOS EN EL PAIS!
Por ultimo, deseo afirmar que EL ESTADO, LA REPUBLICA, LA NACION, EL PUEBLO MISMO SALVADOREÑO NO DEBE SER SUBYUGADO POR ACCIONES DE INEPTITUD SOCIAL, PSICOTICA QUE ESTOS INDIVIDUOS TRAEN DEL EXTERIOR AL PAIS Y QUE LA NORMATIVA DE CIVILIDAD VIVA EN NUESTRO MEDIO PARA RESPETO Y CARIÑO AL INDIVIDUO, SU FAMILIA Y SU TRABAJO.
Jose Matatias Delgado Y Del Hambre.
Soy guanaco y morire guanaco, pero eso no me quita el derecho a opinar sobre mi propio pais. Creo que mi pais es hoy un un lugar macabro que expresa su verdaera condicion enraizada en su historia. El Salvador se forjo sobre la base de la violencia y brutalidad, y los salvadoreños llevamos eso en lo mas propundo de nuestro ser. Somos asesinos innatos pero lo ocultamos con adornos que hace creer al que no nos conoce, que somos diferentes.
ReplyDeleteLa verdad es que somos salvajes. Lo actual va a continuar y nadie sabe cual sera el resultado final de tan triste realidad. Yo por mi parte, nunca mas regresare a mi pais.
El gobierno salvadoreno necesita, como prioridad de nuestro futuro, terminar de un solo con las maras. Las maras no deberian de ser divididas un grupo en una prision y el otro grupo en otra. Ellos se tienen que terminar solos.
ReplyDeleteHay muchos salvadorenos en el extranjero que nos encantara volver a nuestro pais con la experiencia industrial y ayudar al pais crecer, dar trabajo a nuestros hermanos con pago justo y condiciones humanas, pero el problema de las maras no previene de volver a el salvador.
Las maras es algo que necesita atencion immediato, mucho tiempo se les pasa brindando el gusto de tener derechos humanos cuando ellos felizmente destrozan los derechos de todos los salvadorenos inocentes.
En relacion al comentario del 9 de febrero a las 13 15, hay que decir que afortunadamente la mayoria de salvadorenos no compartimos esa opiniòn. Esas palabras solo reflejan un espiritu torturado que hace comentarios que no son apropiados. Porque la historia de El Salvador no es esa.
ReplyDeleteSomos un pueblo valiente y digno que atravieza un impase y que es capaz de salir adelante.
Redacción Diario Co Latino
ReplyDeleteEl manejo mediático de los hechos violentos que ocurren diariamente en el país, es mayor que el que se da a las respuestas de las autoridades ante estos, afirmó el Presidente de la República, Mauricio Funes.
Aunque Funes reconoció que los niveles de criminalidad se han incrementado en las últimas semanas, en especial los homicidios, consideró que de acuerdo al tratamiento que los medios hacen de las noticias, así será la percepción de la población.
En los medios se dio prioridad al homicidio, pero no a la reacción policial que permitió la captura de una banda, en la que hubo algunos hondureños involucrados. “Tiene que ser tratado por lo medios, pero también consideramos que tiene que haber un balance y debe estar a la par la respuesta de las autoridades”, manifestó.
En este contexto, consideró que pese a los altos índices de violencia, esto no significa que haya grupos de exterminio operando; aunque en el caso de las dos masacres hay coincidencias, como el calibre utilizado y la forma de la ejecución, estos no son elementos suficientes, para afirmar que haya existencia de estos.
“Tenemos que fiarnos en una investigación o en unas pesquisas objetivas, científicas, como las que lleva a cabo la Policía y el ministerio público”. El Estado puede responder de forma contundente, sin embargo, para lograrlo es necesario que la sociedad salvadoreña trabaje en forma conjunta.
Para el gobernante, uno de los mayores problemas en el combate a la delincuencia es la falta de fondos para dotar a la Policía Nacional Civil (PNC) y a otras instancias relacionadas, con los recursos suficientes para trabajar de manera idónea. Algunos países, como España, Brasil y Estados Unidos han mostrado su disposición para colaborar en la adquisición de tecnología para los centros penales.
En la presentación, Funes externó que puede aprovecharse la experiencia de las iglesias en el trabajo preventivo para que los esfuerzos no sean aislados, pues el éxito depende de la voluntad de todas y todas para trabajar en contrarrestar la violencia.
El jesuita José María Tojeira, rector de la Universidad Centroamericana “José Simeón Cañas” (UCA), expresó su anuencia con la iniciativa presidencial, no obstante, no estar de acuerdo con la participación de la Fuerza Armada para apoyar a la PNC.
De igual manera opinó, Ima Guirola, del Instituto de Estudios de la Mujer “Norma Virginia Guirola de Herrera” (CEMUJER); que no aprueba la participación del ejército para tareas de seguridad. Según indicó, el plan es una propuesta importante, pero señaló que adolece de un enfoque de género, pues la inclusión de las mujeres en la vida política no sólo se reduce a decir “ellas y ellos”.
El Obispo Auxiliar de San Salvador, Monseñor Gregorio Rosa Chávez, consideró que el plan debe tener una visión integral “en el que todos tenemos una parte importante que aportar” . El religioso señaló que las medidas que se usaron en el pasado demostraron no ser efectivas, pero que las propuestas actuales pueden ser efectivas.
El pastor, Carlos Rivas, del Tabernáculo de Avivamiento Internacional (TAI), señaló tres aspectos: el primero que el gobierno está escuchando los puntos de vista de la gente, lo que es importante para tener un acuerdo de nación; el segundo, este no es un problema del Gobierno de Funes, este es “un problema heredado” que de no enfrentarse ahora, se irá postergando y tercero, que la sociedad salvadoreña se opone al mandamiento de Dios al promover una sub- cultura que tiene que ver con la muerte.
El plan estratégico es un primer paso, “es la luz al final del túnel”, manifestó William Huezo, dirigentes de la Asociación General de Empleados Públicos y Municipales (AGEPYM). La violencia, dijo, es un problema de todo el país. “Necesitamos que esta sociedad tenga una nueva visión de lo que puede ser una sociedad con paz y con justicia social”, agregó.
que lastima la situacion en nuestro pais por tanta corruccion, si la leyes las pudiesen cambiar seria un pais lindo es tan pequenito ke no lo saven gobernar se nesesitaria aprobar nuevas estrategias aser mas carceles en grillarlos encadenarlos de lospiesy con esos reos aser proyectos con lospresos aser carreteras siendo vijilados por la fuerza armada aser todo un pais mejor y todo ese dinero ke se ahorraria se invertiera en mas fuentes de trabajo y mejor trato alos salvadorenos.
ReplyDeletepor favor ya con la mano dura las conpatriotas estan sufriendo un crisis ke no vale la pena...... aprueven la ley de pena de nuerte dise la biblia arbol ke no da fruto cortalo de raiz
ReplyDeleteEs una lástima todo lo que está pasando en El Salvador, las pandillas están diezmando a toda la sociedad salvadoreña, por culpa de los señores Jueces y de los señores fiscales que no tienen los suficientes huevos para condenar a tantos pandilleros que a diarios comenten impunemente homicidios, secuestros, extorsiones...etc.
ReplyDeleteEl Estado debiera de depurar a todo Juez corrupto asimismo con los fiscales y policías que se les comprueben sus actos ilícitos.
Para comenzar el gobierno de la República y la Honorable Asamblea Legislativa debieran de aprobar Urgentemente la PENA DE MUERTE contra las pandillas.
La sociedad Salvadoreña exige justicia ya, Alto a la impunidad y pasividad de las altas autoridades, al no combatir decididamente el Crimen Organizad y las Pandillas se vuelven cómplices.
No queremos un Estado Marero, queremos un Estado de justicia verdadera, un Estado Democrático. Donde está la Asamblea Legislativa que no hace nada para LEGISLAR ACERTADAMENTE y combatir decididamente las pandillas criminales.
A bueno, ahora la culpa es de Funes y de los jueces!!!
ReplyDeleteLos culpables son La Tandona y compañia que despues de la guerra se han dedicado al negocio del crimen organizado y desorganizado. Vendiendo 'seguridad' al mejor estilo de Al Capone. Vendiendo armas en esta nueva guerra como los gringos vendian armas tanto a Irak como a Iran durante su guerra.
Ya todos leimos en El Faro como de la misma casa en la Escalon de donde salio el carro para el asesinato de Romero, era donde se distribuia cocaina en aquel entonces.
Pero parece que se les acabo la fiesta porque estan siendo juzgados en España y no hay nada que puedan hacer mas que mentir 1000 veces en los medios de comunicacion salvatruchas. A si, y hecharle la culpa de todo a los jueces y a Funes!
yo vote por este gobierno pero me da trizteza ver morir a mis hermanos salvadoreños a nuestras familias a padres hermanos hijos y la gente por la cual votamos en vehiculos de lujo, los que estuvieron en las montañas dis que peleando por los derechos del pueblo, hasta cuando señor presidente nos ayudara a frenar esta ola de asesinatos que atormentan a la que tambien es su tierra salvadorña o es que no tiene conciencia razon y corazon de ver lo que sucede en este pais donde la impunidad y el irrespeto reynan.
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