El sobrepeso de la familia Cáceres en el gobierno de Funes
CáceresyFunes.gob.sv
El presidente Funes tiene tres personas de una misma familia en su círculo privilegiado: nada importante sucede en el gobierno sin el aval de los Cáceres. Ellos tienen en sus manos el manejo del dinero del gobierno y de la Presidencia de la República, y uno de ellos, Gerardo, es casi un ministro sin cartera y, posiblemente, el más influyente.
Por Sergio Arauz y Daniel Valencia
Gerardo es el menos público de los tres Cáceres, pero dentro del gabinete y en el partido FMLN tiene fama de ser el más influyente de quienes entran sin restricciones a Casa Presidencial. Un ministro asegura que habla a los funcionarios en nombre del presidente. Es decir, le presta su voz a Funes y es de las pocas personas que puede hacer eso en un gabinete atemorizado por las correcciones o las descalificaciones públicas del presidente. Y eso que no tiene nombramiento oficial.
Los Cáceres fueron, para el público promedio, poco más que una sombra misteriosa durante la campaña electoral por la Presidencia de la República, cuando como parte del movimiento Amigos de Mauricio patrocinaron la campaña de Funes y matizaron el rojo del FMLN para darle unos tonos más moderados.
Luego de que Funes ganara las elecciones de marzo de 2009, abriendo paso a la especulación de cómo iba estar conformado el gabinete, Gerardo aclaraba con sentido del humor sobre sus pretensiones de ocupar un cargo público: “Yo le he pedido al presidente el ministerio de asuntos sin importancia”. 10 meses después, para muchos queda claro que no necesita ministerio alguno para tomar decisiones de gobierno.
Antes de convertirse en uno de los hombres más poderosos que rodean a Funes, Gerardo Cáceres era conocido por el trabajo de su empresa, una compañía de cobros (o recuperación de moras) llamada Puntual S.A. de C.V. en la que también tiene acciones su sobrino, Francisco, amigo del presidente.
El presidente Funes tiene tres personas de una misma familia en su círculo privilegiado: nada importante sucede en el gobierno sin el aval de los Cáceres. Ellos tienen en sus manos el manejo del dinero del gobierno y de la Presidencia de la República, y uno de ellos, Gerardo, es casi un ministro sin cartera y, posiblemente, el más influyente.
Por Sergio Arauz y Daniel Valencia
Gerardo es el menos público de los tres Cáceres, pero dentro del gabinete y en el partido FMLN tiene fama de ser el más influyente de quienes entran sin restricciones a Casa Presidencial. Un ministro asegura que habla a los funcionarios en nombre del presidente. Es decir, le presta su voz a Funes y es de las pocas personas que puede hacer eso en un gabinete atemorizado por las correcciones o las descalificaciones públicas del presidente. Y eso que no tiene nombramiento oficial.
Los Cáceres fueron, para el público promedio, poco más que una sombra misteriosa durante la campaña electoral por la Presidencia de la República, cuando como parte del movimiento Amigos de Mauricio patrocinaron la campaña de Funes y matizaron el rojo del FMLN para darle unos tonos más moderados.
Luego de que Funes ganara las elecciones de marzo de 2009, abriendo paso a la especulación de cómo iba estar conformado el gabinete, Gerardo aclaraba con sentido del humor sobre sus pretensiones de ocupar un cargo público: “Yo le he pedido al presidente el ministerio de asuntos sin importancia”. 10 meses después, para muchos queda claro que no necesita ministerio alguno para tomar decisiones de gobierno.
Antes de convertirse en uno de los hombres más poderosos que rodean a Funes, Gerardo Cáceres era conocido por el trabajo de su empresa, una compañía de cobros (o recuperación de moras) llamada Puntual S.A. de C.V. en la que también tiene acciones su sobrino, Francisco, amigo del presidente.
Cuando el presidente sale del país, es Gerardo quien le llama por teléfono a su sobrino para pasarle información al mandatario. Si pasa algo importante en el país cuando el presidente no está, Gerardo le traslada la información que cree puede servir al presidente. Un dirigente del FMLN que conoce de los enlaces telefónicos entre Francisco y Gerardo asegura que la comunicación es permanente, diaria, y prueba de la capacidad de influencia de Gerardo, incluso en la definición de las actividades del presidente. “Si Gerardo cree que puede ayudar al presidente tener una reunión con un grupo de empresarios, pues él le dice a su sobrino que lo incluya en agenda... claro que el presidente es el que tiene la última palabra”, dice el efemelenista.
Hasta noviembre de 2009, Gerardo Cáceres mantenía con vida otra casa, en la colonia San Francisco, en la cual se organizó durante más de un año el Movimiento Amigos de Mauricio. A esa le decían “La casona”, y era el centro de operaciones de los mandos medios del movimiento: profesionales convencidos de que el cambio de cultura política era sinónimo de Funes. Hoy, buena parte de esos profesionales se sienten defraudados por Gerardo Cáceres, a quien desde el anonimato lo acusan de querer acabar con el movimiento para retenerlo quien sabe con qué objetivo.
Estos amigos, hoy aglutinados en un nuevo movimiento que todavía no nace en la luz pública (Amigos por el cambio) dicen, además, que Gerardo Cáceres se encargó de repartir a diestra y siniestra puestos en el Ejecutivo: aquellos que no quedaron en el FMLN ni en Cambio Democrático ni en los pagos de favores políticos como el caso de Tomás Chévez, presidente del Fondo Social para la Vivienda. Los despechados, esos que no lograron cargos públicos tras la llegada al poder, son los que ahora amenazan con la creación de otro movimiento.
Estos, a los que no les repartieron puestos, son los mismos que conocen el poder de Gerardo Cáceres. Estos aseguran que antes del anuncio oficial de las primeras destituciones, Gerardo ya tenía una bolsa de posibles sustitutos. En esto coinciden con la dirección del FMLN, cuyos miembros ven en estos parientes a un grupo que influye en el presidente y lo blinda. La decisión presidencial de destituir a cuatro funcionarios el 4 de enero recién pasado fue posible, según los ojos de parte importante de la cúpula del FMLN, en gran parte por la influencia que tiene esa familia sobre el presidente. “Todos los nuevos nombramientos son de gente cercana y ligada a Gerardo Cáceres o a su sobrino o a su hermano”, dice una de las fuentes consultadas por El Faro.
El 4 de enero de este año, Funes destituyó al Superintendente de Electricidad y Telecomunicaciones, Tomás Campos Villafuerte; a la presidenta del ISTA, Carla Albanés; al presidente de ANDA, Francisco Gómez, y al presidente de la Lotería, Juan Pablo Durán. A la SIGET llegó Luis Méndez Menéndez, a la ANDA Marco Antonio Fortín, y a la Lotería José Ernesto Mancía.
Campos Villafuerte había llegado al gabinete propuesto por Álex Segovia, secretario técnico de la Presidencia. Francisco Gómez, a quien calificaban como “el hombre que más sabía de agua en el país”, fue despedido por su comportamiento y personalidad. “Estaba realmente loco, dicen que hizo una fiesta chavista, hacía bromas pesadas, maltrataba gente, megalómano”, explica un ministro, que asegura que Carla Albanés y Juan Pablo Durán fueron destituidos por razones políticas razonables. “Mire, fue un error eso de invitar a una actividad del gobierno del vicepresidente, eso es error, error”, comenta, en referencia a la salida de Albanés, pocas semanas después de que el ISTA invitara a una ceremonia de entrega de tierras, diciendo que quien invitaba era "el gobierno del vicepresidente Salvador Sánchez Cerén". En esos días, Funes estaba fuera del país, en la Cumbre Iberoamericana.
Junto a estos nuevos funcionarios, hay todo un grupo de jefes de instituciones que según las fuentes consultadas del ex Movimiento Amigos de Mauricio, y funcionarios del gabinete actual, responden a una sola línea: los Cáceres.
La red de funcionarios en la que tiene una fuerte influencia los Cáceres empieza por el secretario jurídico, Dionisio Machuca, ex colaborador cercano de Gerardo y muy bien valorado por el ministro de Hacienda, Carlos Cáceres. En el INPEP está Andrés Rodríguez Celis, abogado cercano a Gerardo y parte del núcleo del movimiento Amigos de Mauricio durante la campaña.
Mancía, nuevo presidente de la Lotería, llegó por recomendación del ministro de Hacienda, quien lo nombró como miembro de la Junta Directiva de la Lotería cuando asumió la dirección Juan Pablo Durán.
Otro importante colaborador de Gerardo es Marlon Granados, director de Ccorreos de El Salvador, que estuvo en el movimiento Amigos muy de la mano de los fundadores. “Le decían Caravanero”, dice un ex miembro del grupo, pues era supervisor delegado de Gerardo para todas las caravanas al interior del país.
Al sustituto de Albanés en el ISTA, Pablo Ochoa, le decían “Martero”, pues era el representante de Gerardo en la reuniones de los martes durante la campaña. Los martes, en la Casona, circulaban todos los que ahora están descontentos por no haber logrado cargos en el gobierno como los que ahora están en alguna institución.
En el Movimiento Amigos de Mauricio, aparte de Gerardo Cáceres, hubo otra de las principales cabezas –y considerado el cerebro de la organización- que se quedó sin puesto en el gabinete de gobierno. Este hombre es el ex líder político del PCN Luis Lagos. Lagos se alejó del movimiento semanas antes de que Gerardo Cáceres clausurara la Casona de la colonia San Francisco, a finales de noviembre de 2009, matando los sueños de decenas de profesionales que se quedaron preguntando y ahora qué va a pasar. Tras el triunfo electoral, esa casa quedó bajo la batuta de Lagos y se convirtió en un buzón de currículos, quejas y peticiones.
Hoy, Lagos dice no estar con los Cáceres ni con sus ex compañeros de aventura política, aunque asegura que todavía guarda la amistad de todos. Él, ni niega ni descarta si son ciertos los rumores de que todos los nuevos funcionarios que no responden al FMLN ni a CD ni a otro partido sí responden a los Cáceres. “Eran gente muy involucrada en el movimiento y muy amigos todos”, dice.
Hay otro del grupo original de los Amigos que se llevó la cereza del pastel en los cambios de enero. Luis Méndez Menéndez, el nuevo Superintendente de Electricidad y Telecomunicaciones, guarda una profunda amistad no solo con Lagos, sino con el mismo Gerardo Cáceres.
Las llamadas telefónicas
La SIGET es de las pocas instituciones del gobierno que tiene que lidiar con un mercado que mueve tanto dinero como el de las operadoras de electricidad y las de telefonía. De las decisiones que ahí se toman –favorables o no para las operadoras- surgen pleitos que en la tradición salvadoreña, siempre se han ido a evacuar o a resolver a Casa Presidencial, con el presidente de turno. Un ex ministro de la administración pasada asegura que la figura de la SIGET siempre ha sido irrespetada. “Todos los que tienen un teléfono con línea directa a Casa Presidencial, de esos que pueden comunicarse con los presidentes, van al grano, no usan intermediarios”, dice el ex funcionario del gobierno de Antonio Saca.
Campos Villafuerte, ahora asesor del FMLN en la Asamblea y recomendado por Álex Segovia para dirigir la SIGET cuando Funes estaba escogiendo su gabinete, teme llamar por su nombre a Gerardo Cáceres. Sin embargo, guardó con alguna precisión los detalles de las llamadas que recibió del amigo del presidente cuando aún dirigía la Superintendencia.
Lea el resto del artículo en El Faro.net
Hasta noviembre de 2009, Gerardo Cáceres mantenía con vida otra casa, en la colonia San Francisco, en la cual se organizó durante más de un año el Movimiento Amigos de Mauricio. A esa le decían “La casona”, y era el centro de operaciones de los mandos medios del movimiento: profesionales convencidos de que el cambio de cultura política era sinónimo de Funes. Hoy, buena parte de esos profesionales se sienten defraudados por Gerardo Cáceres, a quien desde el anonimato lo acusan de querer acabar con el movimiento para retenerlo quien sabe con qué objetivo.
Estos amigos, hoy aglutinados en un nuevo movimiento que todavía no nace en la luz pública (Amigos por el cambio) dicen, además, que Gerardo Cáceres se encargó de repartir a diestra y siniestra puestos en el Ejecutivo: aquellos que no quedaron en el FMLN ni en Cambio Democrático ni en los pagos de favores políticos como el caso de Tomás Chévez, presidente del Fondo Social para la Vivienda. Los despechados, esos que no lograron cargos públicos tras la llegada al poder, son los que ahora amenazan con la creación de otro movimiento.
Estos, a los que no les repartieron puestos, son los mismos que conocen el poder de Gerardo Cáceres. Estos aseguran que antes del anuncio oficial de las primeras destituciones, Gerardo ya tenía una bolsa de posibles sustitutos. En esto coinciden con la dirección del FMLN, cuyos miembros ven en estos parientes a un grupo que influye en el presidente y lo blinda. La decisión presidencial de destituir a cuatro funcionarios el 4 de enero recién pasado fue posible, según los ojos de parte importante de la cúpula del FMLN, en gran parte por la influencia que tiene esa familia sobre el presidente. “Todos los nuevos nombramientos son de gente cercana y ligada a Gerardo Cáceres o a su sobrino o a su hermano”, dice una de las fuentes consultadas por El Faro.
El 4 de enero de este año, Funes destituyó al Superintendente de Electricidad y Telecomunicaciones, Tomás Campos Villafuerte; a la presidenta del ISTA, Carla Albanés; al presidente de ANDA, Francisco Gómez, y al presidente de la Lotería, Juan Pablo Durán. A la SIGET llegó Luis Méndez Menéndez, a la ANDA Marco Antonio Fortín, y a la Lotería José Ernesto Mancía.
Campos Villafuerte había llegado al gabinete propuesto por Álex Segovia, secretario técnico de la Presidencia. Francisco Gómez, a quien calificaban como “el hombre que más sabía de agua en el país”, fue despedido por su comportamiento y personalidad. “Estaba realmente loco, dicen que hizo una fiesta chavista, hacía bromas pesadas, maltrataba gente, megalómano”, explica un ministro, que asegura que Carla Albanés y Juan Pablo Durán fueron destituidos por razones políticas razonables. “Mire, fue un error eso de invitar a una actividad del gobierno del vicepresidente, eso es error, error”, comenta, en referencia a la salida de Albanés, pocas semanas después de que el ISTA invitara a una ceremonia de entrega de tierras, diciendo que quien invitaba era "el gobierno del vicepresidente Salvador Sánchez Cerén". En esos días, Funes estaba fuera del país, en la Cumbre Iberoamericana.
Junto a estos nuevos funcionarios, hay todo un grupo de jefes de instituciones que según las fuentes consultadas del ex Movimiento Amigos de Mauricio, y funcionarios del gabinete actual, responden a una sola línea: los Cáceres.
La red de funcionarios en la que tiene una fuerte influencia los Cáceres empieza por el secretario jurídico, Dionisio Machuca, ex colaborador cercano de Gerardo y muy bien valorado por el ministro de Hacienda, Carlos Cáceres. En el INPEP está Andrés Rodríguez Celis, abogado cercano a Gerardo y parte del núcleo del movimiento Amigos de Mauricio durante la campaña.
Mancía, nuevo presidente de la Lotería, llegó por recomendación del ministro de Hacienda, quien lo nombró como miembro de la Junta Directiva de la Lotería cuando asumió la dirección Juan Pablo Durán.
Otro importante colaborador de Gerardo es Marlon Granados, director de Ccorreos de El Salvador, que estuvo en el movimiento Amigos muy de la mano de los fundadores. “Le decían Caravanero”, dice un ex miembro del grupo, pues era supervisor delegado de Gerardo para todas las caravanas al interior del país.
Al sustituto de Albanés en el ISTA, Pablo Ochoa, le decían “Martero”, pues era el representante de Gerardo en la reuniones de los martes durante la campaña. Los martes, en la Casona, circulaban todos los que ahora están descontentos por no haber logrado cargos en el gobierno como los que ahora están en alguna institución.
En el Movimiento Amigos de Mauricio, aparte de Gerardo Cáceres, hubo otra de las principales cabezas –y considerado el cerebro de la organización- que se quedó sin puesto en el gabinete de gobierno. Este hombre es el ex líder político del PCN Luis Lagos. Lagos se alejó del movimiento semanas antes de que Gerardo Cáceres clausurara la Casona de la colonia San Francisco, a finales de noviembre de 2009, matando los sueños de decenas de profesionales que se quedaron preguntando y ahora qué va a pasar. Tras el triunfo electoral, esa casa quedó bajo la batuta de Lagos y se convirtió en un buzón de currículos, quejas y peticiones.
Hoy, Lagos dice no estar con los Cáceres ni con sus ex compañeros de aventura política, aunque asegura que todavía guarda la amistad de todos. Él, ni niega ni descarta si son ciertos los rumores de que todos los nuevos funcionarios que no responden al FMLN ni a CD ni a otro partido sí responden a los Cáceres. “Eran gente muy involucrada en el movimiento y muy amigos todos”, dice.
Hay otro del grupo original de los Amigos que se llevó la cereza del pastel en los cambios de enero. Luis Méndez Menéndez, el nuevo Superintendente de Electricidad y Telecomunicaciones, guarda una profunda amistad no solo con Lagos, sino con el mismo Gerardo Cáceres.
Las llamadas telefónicas
La SIGET es de las pocas instituciones del gobierno que tiene que lidiar con un mercado que mueve tanto dinero como el de las operadoras de electricidad y las de telefonía. De las decisiones que ahí se toman –favorables o no para las operadoras- surgen pleitos que en la tradición salvadoreña, siempre se han ido a evacuar o a resolver a Casa Presidencial, con el presidente de turno. Un ex ministro de la administración pasada asegura que la figura de la SIGET siempre ha sido irrespetada. “Todos los que tienen un teléfono con línea directa a Casa Presidencial, de esos que pueden comunicarse con los presidentes, van al grano, no usan intermediarios”, dice el ex funcionario del gobierno de Antonio Saca.
Campos Villafuerte, ahora asesor del FMLN en la Asamblea y recomendado por Álex Segovia para dirigir la SIGET cuando Funes estaba escogiendo su gabinete, teme llamar por su nombre a Gerardo Cáceres. Sin embargo, guardó con alguna precisión los detalles de las llamadas que recibió del amigo del presidente cuando aún dirigía la Superintendencia.
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Gobierno de Funes
Estos caceres ya estaban gordos, ahora van a salir mas gordos que antes.
ReplyDeleteLa gordura es lo de menos ya que el perfil no lo hace la sotana del monje.
ReplyDeleteLo que si es de poner atencion es las posiciones que no estan contempladas en la configuracion del Ejecutivo que sin duda alguna, tienen espacios a criterio del Presidente.
Sin embargo creo que estos hermanos han dado una vision distinta de lo que teniamos DEMASIADO con los arenitas.
Ojala que descubramos tambien que en el Ejecutivo NO EXISTE NINGUNA RECOMENDACIONE DE REGIMENES DE DIETA, asi es que no importa cuanto pesan ni cuantas kilos registra la bascula.
LO QUE IMPORTA ES SU COMPROMISO CON LA NACION.
Jose Matatias Delgado Y Del Hambre.
quienes son y de donde vienen estos CACERES que tienen tanto poder. acaso son judios?
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