España llora la muerte de Miguel Delibes
Los vallisoletanos dicen adiós a Miguel Delibes
Por Antonio Corbillón
El Salón de Recepciones del Ayuntamiento se quedó pequeño ante la riada de vallisoletanos y personalidades de la cultura y la política que se acercaron a despedir a Miguel Delibes y presentar sus respetos ante su féretro. En algunos momentos, la Policía Municipal tuvo que hacer verdaderos esfuerzos para regular el ‘tráfico’ humano de una capilla ardiente que se abrió a las 12 del mediodía y apenas cerró veinte minutos a las 15.15 horas para ordenar un salón invadido por más de un centenar de ramos de flores.
En uno de ellos, situado junto a un cuadro con la imagen del fallecido situado a la cabecera de su féretro (escoltado por tres agentes de la Policía con traje de gala) podía leerse: «Gracias por enseñarnos a mirar». El remitente era Pacífico Pérez, un guiño de algún alma muy sensible al personaje que protagonizó ‘Las guerras de nuestros antepasados».
Las primeras horas de capilla ardiente fueron propiedad de los ciudadanos anónimos de una ciudad que ya hacía cola en la Plaza Mayor cuando llegó el féretro, que subieron por las escaleras del Consistorio seis de sus nietos. Gritos de «¡maestro!» y aplausos para uno de los momentos emotivos.
Por Antonio Corbillón
El Salón de Recepciones del Ayuntamiento se quedó pequeño ante la riada de vallisoletanos y personalidades de la cultura y la política que se acercaron a despedir a Miguel Delibes y presentar sus respetos ante su féretro. En algunos momentos, la Policía Municipal tuvo que hacer verdaderos esfuerzos para regular el ‘tráfico’ humano de una capilla ardiente que se abrió a las 12 del mediodía y apenas cerró veinte minutos a las 15.15 horas para ordenar un salón invadido por más de un centenar de ramos de flores.
En uno de ellos, situado junto a un cuadro con la imagen del fallecido situado a la cabecera de su féretro (escoltado por tres agentes de la Policía con traje de gala) podía leerse: «Gracias por enseñarnos a mirar». El remitente era Pacífico Pérez, un guiño de algún alma muy sensible al personaje que protagonizó ‘Las guerras de nuestros antepasados».
Las primeras horas de capilla ardiente fueron propiedad de los ciudadanos anónimos de una ciudad que ya hacía cola en la Plaza Mayor cuando llegó el féretro, que subieron por las escaleras del Consistorio seis de sus nietos. Gritos de «¡maestro!» y aplausos para uno de los momentos emotivos.
En el Salón de Recepciones del Ayuntamiento escoltaron la colación del ataúd la práctica totalidad de los concejales (apenas tres ausencias entre ellos), mientras sus siete hijos y 18 nietos se situaban a la izquierda de la capilla.
Algunas de las personas notables más madrugadoras fueron miembros de la cultura como el etnógrafo Joaquín Díaz, el cantautor Amancio Prada o la escritora Elena Santiago.
La llegada de personalidades públicas unida a la entrada libre de ciudadanos, provocó verdaderos embotellamientos en las escaleras de acceso al salón. A la hora de dar el pésame coincidieron y permanecieron durante muchos minutos junto a la familia el delegado del Gobierno, Miguel Alejo, el subdelegado, Cecilio Vadillo, el presidente de las Cortes regionales, José Manuel Fernández Santiago y, hacia las 13.30 horas, el presidente de la Junta de Castilla y León, Juan Vicente Herrera, acompañado de la consejera de Cultura, María José Salgueiro.
El líder del Gobierno regional resumió la pérdida con un «triple sentimiento». En primer lugar, Herrera habló de la «orfandad de un padre de la patria gracias a la difícil sencillez de su magisterio del castellano». Después, destacó el «orgullo y privilegio» de ser contemporáneo de Delibes. Por último, encontró el consuelo de «su inmortalidad de alguien que ha desaparecido pero que hay algo en él que trasciende».
Entre las 13.00 y las 14.00 horas se produjo la mayor concentración de rostros conocidos. En pocos minutos, y mientras los políticos permanecían junto a los familiares, llegaron las actrices vallisoletanas Lola Herrera y Concha Velasco. Herrera, muy emocionada, se presentó con una docena de rosas rojas de las que depositó una sobre el féretro de Delibes, el escritor que «me regaló la luz del personaje de Menchu Sotillo y que, para agredecérselo, tendría que vivir varias vidas».
Al igual que Herrera, Concha Velasco habló también de «la orfandad» que siente tras la pérdida, así como «la gran humanidad» del autor de ‘Los santos inocentes’, «su novela mejor adaptada al cine».
Hacia las 14.15 llegó la más alta representación del Estado, la ministra de Cultura, Ángeles González Sinde, que permaneció cerca de media hora charlando con los familiares tras darles el pésame del presidente del Gobierno. González Sinde lamentó la pérdida «del autor vivo más importante». También que «no haya recibido el Nobel», ante el que «demostró su disciplina ante los fastos y los honores».
Por último, destacó su labor como periodista que le permitió «ser un hombre muy apegado a la realidad y ser un autor contemporáneo que hace sus lectores se renueven cada año». Cuando la familia había abandonado por unos minutos la capilla ardiente y las autoridades municipales dieron orden de cerrarla para recomponer un poco su orden, llegó la directora del Instituto Cervantes, Carmen Caffarel. Pasó casi desapercibida pero le dio tiempo a remachar lo dicho por la ministra. «Hemos perdido a uno de los mejores defensores de lo que nosotros promocionamos y, además hemos perdido a un patrono del Instituto», lamentó.
Cuando Caffarel abandonaba el Ayuntamiento, las colas de ciudadanos volvían a esperar a sus puertas para esperar una nueva apertura. El río humano recuperaba a primera hora de la tarde, el gran cauce que tuvo desde el mediodía.
El número de personas, por miles, resulta difícil de contar. Más preciso fueron las coronas de flores, un centener a primera hora de la tarde, o los telegramas, que alcanzaron los sesenta.
El funeral
La capilla ardiente del escritor Miguel Delibes, instalada en el salón de recepciones de la Casa Consistorial, reabrirá al público de nuevo mañana sábado a partir de las 10.30 horas.
Con posterioridad, el cortejo fúnebre con la Corporación Municipal al frente partirá hacia la Catedral Metropolitana (11.30 horas, aproximadamente), donde está previsto que comience el funeral "corpore insepulto" a las 12.30 horas, oficiado por el administrador diocesano, Félix López Zarzuelo.
La incineración de sus restos tendrá lugar después, en la estricta intimidad familiar.
Fuente: EL Norte de Castilla 12/3/2010
Algunas de las personas notables más madrugadoras fueron miembros de la cultura como el etnógrafo Joaquín Díaz, el cantautor Amancio Prada o la escritora Elena Santiago.
La llegada de personalidades públicas unida a la entrada libre de ciudadanos, provocó verdaderos embotellamientos en las escaleras de acceso al salón. A la hora de dar el pésame coincidieron y permanecieron durante muchos minutos junto a la familia el delegado del Gobierno, Miguel Alejo, el subdelegado, Cecilio Vadillo, el presidente de las Cortes regionales, José Manuel Fernández Santiago y, hacia las 13.30 horas, el presidente de la Junta de Castilla y León, Juan Vicente Herrera, acompañado de la consejera de Cultura, María José Salgueiro.
El líder del Gobierno regional resumió la pérdida con un «triple sentimiento». En primer lugar, Herrera habló de la «orfandad de un padre de la patria gracias a la difícil sencillez de su magisterio del castellano». Después, destacó el «orgullo y privilegio» de ser contemporáneo de Delibes. Por último, encontró el consuelo de «su inmortalidad de alguien que ha desaparecido pero que hay algo en él que trasciende».
Entre las 13.00 y las 14.00 horas se produjo la mayor concentración de rostros conocidos. En pocos minutos, y mientras los políticos permanecían junto a los familiares, llegaron las actrices vallisoletanas Lola Herrera y Concha Velasco. Herrera, muy emocionada, se presentó con una docena de rosas rojas de las que depositó una sobre el féretro de Delibes, el escritor que «me regaló la luz del personaje de Menchu Sotillo y que, para agredecérselo, tendría que vivir varias vidas».
Al igual que Herrera, Concha Velasco habló también de «la orfandad» que siente tras la pérdida, así como «la gran humanidad» del autor de ‘Los santos inocentes’, «su novela mejor adaptada al cine».
Hacia las 14.15 llegó la más alta representación del Estado, la ministra de Cultura, Ángeles González Sinde, que permaneció cerca de media hora charlando con los familiares tras darles el pésame del presidente del Gobierno. González Sinde lamentó la pérdida «del autor vivo más importante». También que «no haya recibido el Nobel», ante el que «demostró su disciplina ante los fastos y los honores».
Por último, destacó su labor como periodista que le permitió «ser un hombre muy apegado a la realidad y ser un autor contemporáneo que hace sus lectores se renueven cada año». Cuando la familia había abandonado por unos minutos la capilla ardiente y las autoridades municipales dieron orden de cerrarla para recomponer un poco su orden, llegó la directora del Instituto Cervantes, Carmen Caffarel. Pasó casi desapercibida pero le dio tiempo a remachar lo dicho por la ministra. «Hemos perdido a uno de los mejores defensores de lo que nosotros promocionamos y, además hemos perdido a un patrono del Instituto», lamentó.
Cuando Caffarel abandonaba el Ayuntamiento, las colas de ciudadanos volvían a esperar a sus puertas para esperar una nueva apertura. El río humano recuperaba a primera hora de la tarde, el gran cauce que tuvo desde el mediodía.
El número de personas, por miles, resulta difícil de contar. Más preciso fueron las coronas de flores, un centener a primera hora de la tarde, o los telegramas, que alcanzaron los sesenta.
El funeral
La capilla ardiente del escritor Miguel Delibes, instalada en el salón de recepciones de la Casa Consistorial, reabrirá al público de nuevo mañana sábado a partir de las 10.30 horas.
Con posterioridad, el cortejo fúnebre con la Corporación Municipal al frente partirá hacia la Catedral Metropolitana (11.30 horas, aproximadamente), donde está previsto que comience el funeral "corpore insepulto" a las 12.30 horas, oficiado por el administrador diocesano, Félix López Zarzuelo.
La incineración de sus restos tendrá lugar después, en la estricta intimidad familiar.
Fuente: EL Norte de Castilla 12/3/2010
Comentarios
No comments :
Gracias por participar en SPMNEWS de Salvadoreños por el Mundo