Victoria histórica de Obama sobre salud pública en Estados Unidos
Una vez más, Obama ha hecho historia. La Cámara de Representantes de Estados Unidos ha dado luz verde a la ambiciosa reforma sanitaria impulsada por el presidente. Se trata de un hecho sin precedentes, un empeño que no había logrado ningún otro dirigente estadounidense, el proyecto legislativo prioritario de la presidencia de Obama, cuyo mandato toma así un nuevo impulso, y un cambio que beneficiará a 30 millones de personas que actualmente no cuentan con seguro médico. "Es una victoria para el pueblo americano", ha dicho el presidente en una comparecencia tras la votación, "es una victoria de sentido común".
La aprobación de la reforma, por 219 a favor y 212 en contra, responde, según el presidente, "a los sueños de muchos". "No ha sido una votación fácil, pero ha sido la correcta", ha agregado Obama durante su aparición en la Casa Blanca acompañado por el vicepresidente, Joe Biden, en la que no ha admitido preguntas. Antes había llamado a la presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, cuyo papel ha sido decisivo en la aprobación de la reforma, para felicitarla. "No rehuimos nuestras responsabilidades, las abrazamos. No nos acobardamos ante el futuro, le hemos dado forma", ha recalcado casi al final de su discurso.
Los demócratas necesitaban 216 votos para sacar adelante la ley. La jornada, a la que se había llegado tras un largo año de arduas negociaciones, se vivió con emoción tanto en el Congreso como en la calle. Aprobado ya en la Cámara baja, el texto se traslada ahora al Senado, que según lo negociado entre los demócratas, lo apoyará sin cambios y de inmediato a lo largo de esta semana. Los republicanos pueden aún retrasar el apoyo en esa cámara, pero no impedir que se aplique la ley, que sólo queda pendiente de la firma de Obama.
"Esta no es una reforma radical, aunque es una reforma de gran envergadura. Esta nueva ley no será capaz de depurar todos los defectos de nuestro sistema sanitario, pero gracias a ella nos movemos en la buena dirección. Así es el verdadero rostro del cambio", ha asegurado Obama, quien ha añadido que el proyecto aglutina propuestas tanto del Partido Demócrata como del Republicano. Además, ha indicado, dirigiéndose a los estadounidenses, que "empezaréis a percibir los beneficios de aquello por los que habéis pagado".
El pacto del triunfo
La victoria se apuntaba ya horas antes de la votación definitiva. Tras rechazar una serie de enmiendas de procedimiento de la oposición republicana, un proceso que llevó cerca de cinco horas, los demócratas se apuntaron un primer triunfo al aprobar un voto de procedimiento por 224 votos a favor frente a 206 en contra. Pero para llegar a eso, la histórica reforma tuvo que superar in extremis uno de sus principales escollos, que había creado una gran incertidumbre en los últimos días: las resistencias del grupo de congresistas católicos de su propio partido que temían que los fondos federales destinados a sufragar la reforma fueran utilizados para financiar abortos. El pacto entre el Gobierno y este grupo se dio a conocer cuando en la Cámara de Representantes se estaba ya desarrollando el debate, que comenzó poco después de las seis de la tarde (hora peninsular española). Sin estos votos, sacar adelante el proyecto habría sido muy difícil.
Bart Stupak, el líder del grupo de demócratas católicos que se oponía a la reforma, confirmó poco después de las nueve de la noche el pacto, al obtener garantías del presidente estadounidense de que los fondos comprometidos no irían destinados a financiar abortos. "Hemos llegado a un acuerdo y hemos sobrepasado ya los 216 votos", declaró el congresista en una rueda de prensa", avanzó Stupak. La victoria empezaba vislumbrarse.
Según Stupak, el acuerdo "garantiza la santidad de la vida". En un comunicado, el director de Comunicaciones de la Casa Blanca, Dan Pfeiffer, ha indicado que Obama "emitirá una orden ejecutiva, tras la aprobación de la ley de reforma sanitaria, que reafirmará su coherencia con las restricciones ya existentes al uso de fondos federales para la práctica de abortos".
En el empeño de poner en marcha un cambio en el sistema sanitario de EE UU, donde no existe un mecanismo de asistencia médica universal como, por ejemplo, el español, habían fracasado desde Harry Truman a Bill Clinton. Obama se había empleado a fondo esta última semana (suspendiendo incluso otros compromisos importantes) para intentar convencer a algunos congresistas de su propio partido de las bondades de la iniciativa, que dará cobertura médica a unos 30 millones de habitantes.
Fuente: AFP 22/3/2010
Los demócratas necesitaban 216 votos para sacar adelante la ley. La jornada, a la que se había llegado tras un largo año de arduas negociaciones, se vivió con emoción tanto en el Congreso como en la calle. Aprobado ya en la Cámara baja, el texto se traslada ahora al Senado, que según lo negociado entre los demócratas, lo apoyará sin cambios y de inmediato a lo largo de esta semana. Los republicanos pueden aún retrasar el apoyo en esa cámara, pero no impedir que se aplique la ley, que sólo queda pendiente de la firma de Obama.
"Esta no es una reforma radical, aunque es una reforma de gran envergadura. Esta nueva ley no será capaz de depurar todos los defectos de nuestro sistema sanitario, pero gracias a ella nos movemos en la buena dirección. Así es el verdadero rostro del cambio", ha asegurado Obama, quien ha añadido que el proyecto aglutina propuestas tanto del Partido Demócrata como del Republicano. Además, ha indicado, dirigiéndose a los estadounidenses, que "empezaréis a percibir los beneficios de aquello por los que habéis pagado".
El pacto del triunfo
La victoria se apuntaba ya horas antes de la votación definitiva. Tras rechazar una serie de enmiendas de procedimiento de la oposición republicana, un proceso que llevó cerca de cinco horas, los demócratas se apuntaron un primer triunfo al aprobar un voto de procedimiento por 224 votos a favor frente a 206 en contra. Pero para llegar a eso, la histórica reforma tuvo que superar in extremis uno de sus principales escollos, que había creado una gran incertidumbre en los últimos días: las resistencias del grupo de congresistas católicos de su propio partido que temían que los fondos federales destinados a sufragar la reforma fueran utilizados para financiar abortos. El pacto entre el Gobierno y este grupo se dio a conocer cuando en la Cámara de Representantes se estaba ya desarrollando el debate, que comenzó poco después de las seis de la tarde (hora peninsular española). Sin estos votos, sacar adelante el proyecto habría sido muy difícil.
Bart Stupak, el líder del grupo de demócratas católicos que se oponía a la reforma, confirmó poco después de las nueve de la noche el pacto, al obtener garantías del presidente estadounidense de que los fondos comprometidos no irían destinados a financiar abortos. "Hemos llegado a un acuerdo y hemos sobrepasado ya los 216 votos", declaró el congresista en una rueda de prensa", avanzó Stupak. La victoria empezaba vislumbrarse.
Según Stupak, el acuerdo "garantiza la santidad de la vida". En un comunicado, el director de Comunicaciones de la Casa Blanca, Dan Pfeiffer, ha indicado que Obama "emitirá una orden ejecutiva, tras la aprobación de la ley de reforma sanitaria, que reafirmará su coherencia con las restricciones ya existentes al uso de fondos federales para la práctica de abortos".
En el empeño de poner en marcha un cambio en el sistema sanitario de EE UU, donde no existe un mecanismo de asistencia médica universal como, por ejemplo, el español, habían fracasado desde Harry Truman a Bill Clinton. Obama se había empleado a fondo esta última semana (suspendiendo incluso otros compromisos importantes) para intentar convencer a algunos congresistas de su propio partido de las bondades de la iniciativa, que dará cobertura médica a unos 30 millones de habitantes.
Fuente: AFP 22/3/2010
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