Adam Smith va a la Asamblea Legislativa y muere degollado
Adam Smith visita Asamblea y muere
Por Enrique Borgo Bustamante*
El jueves 12 se presentó en la Asamblea Legislativa, sin que nadie lo escribiera, una pieza de correspondencia sin firmas, que tenía por objeto hacer una vergonzosa movida, copia de otras anteriores, modificar una disposición legal para burlar una sentencia inminente de la Sala de lo Constitucional de la CSJ; menos mal que la mano invisible nunca apareció, los partidos en su totalidad decidieron no conocer del tema por ese detalle formal y el supuesto autor del adefesio negó su paternidad (Imagen: Adam Smith).
Después de leer la propuesta reforma del artículo 45 de la Ley de Organización de la Administración Financiera del Estado (AFI), seguramente Adam Smith consultó con algún estudiante de primer o segundo año de derecho, quien le indicó que lo que pretendía la Asamblea era delegar en el Órgano Ejecutivo, Ramo de Hacienda, su atribución exclusiva de reformar el Presupuesto de la Nación, violando así el artículo 86 de la Constitución, sin siquiera considerar, además, que la Asamblea solo puede reformar el presupuesto cuando el Consejo de Ministros (integrado por el presidente de la República, vicepresidente y ministros) haya aprobado la propuesta de reformas (artículo 167 3º CP), preparada por el ministro de Hacienda y dicho Consejo lo haya enviado a la Asamblea para darle la Iniciativa de ley.
Por Enrique Borgo Bustamante*
El jueves 12 se presentó en la Asamblea Legislativa, sin que nadie lo escribiera, una pieza de correspondencia sin firmas, que tenía por objeto hacer una vergonzosa movida, copia de otras anteriores, modificar una disposición legal para burlar una sentencia inminente de la Sala de lo Constitucional de la CSJ; menos mal que la mano invisible nunca apareció, los partidos en su totalidad decidieron no conocer del tema por ese detalle formal y el supuesto autor del adefesio negó su paternidad (Imagen: Adam Smith).
Después de leer la propuesta reforma del artículo 45 de la Ley de Organización de la Administración Financiera del Estado (AFI), seguramente Adam Smith consultó con algún estudiante de primer o segundo año de derecho, quien le indicó que lo que pretendía la Asamblea era delegar en el Órgano Ejecutivo, Ramo de Hacienda, su atribución exclusiva de reformar el Presupuesto de la Nación, violando así el artículo 86 de la Constitución, sin siquiera considerar, además, que la Asamblea solo puede reformar el presupuesto cuando el Consejo de Ministros (integrado por el presidente de la República, vicepresidente y ministros) haya aprobado la propuesta de reformas (artículo 167 3º CP), preparada por el ministro de Hacienda y dicho Consejo lo haya enviado a la Asamblea para darle la Iniciativa de ley.
Sin Iniciativa de ley, de la cual carecen los diputados para reformar el Presupuesto, no puede haber modificación del Presupuesto, mucho menos algo prohibido por la Constitución como delegar funciones en otro órgano del Estado.
A Smith no le quedó más recurso que regresar a ultratumba, ya que si ahora la ciencia hace dudar sobre el pasaje bíblico de la escritura en la pared en Babilonia y muchos critican su mano invisible que arregla los problemas económicos, esta tercera escritura poco sagrada no fue soportable.
Creo que el presidente de la República debe de estar agradecido por el resultado contra ese intento de fraude legal, pues menudo problema hubiera tenido de haberse acordado tal modificación, pensada seguramente por algunos de sus amigos, se hubiera visto obligado a decidir si aprobar o vetar el decreto legislativo que la contuviera; si lo aprobaba y publicada como Ley de la República tendría que enfrentar un nuevo proceso de inconstitucionalidad, y esta vez él estaría involucrado; y si lo encontraba violatorio de las disposiciones constitucionales lo hubiera tenido que devolver a la Asamblea para que lo ratificara o no, y, si esta lo ratificaba, dirigirse a la Corte Suprema de Justicia para que determinara si era o no constitucional, lo cual serviría prácticamente de visto bueno a la Sala de lo Constitucional para que declare inconstitucional el actual artículo 45 de la Ley AFI, que establece lo mismo, con diferente redacción.
Indudablemente es más engorroso hacer transferencias entre partidas de distintos ramos de la Administración Pública por la Asamblea que in-house; pero no se puede aceptar la flexibilidad como argumento, ampliando indiscriminadamente las emergencias nacionales señaladas en el artículo 29 CP “guerra, invasión... rebelión, sedición, catástrofe, epidemia u otra calamidad general o de graves perturbaciones del orden público”.
La Asamblea ha demostrado una celeridad increíble, si puede reformar la Constitución en dos horas ¿cómo no va a poder en una emergencia nacional aprobar con prontitud las transferencias entre partidas a propuesta del Consejo de Ministros?
Enrique Borgo Bustamante es ex presidente de El Salvador
A Smith no le quedó más recurso que regresar a ultratumba, ya que si ahora la ciencia hace dudar sobre el pasaje bíblico de la escritura en la pared en Babilonia y muchos critican su mano invisible que arregla los problemas económicos, esta tercera escritura poco sagrada no fue soportable.
Creo que el presidente de la República debe de estar agradecido por el resultado contra ese intento de fraude legal, pues menudo problema hubiera tenido de haberse acordado tal modificación, pensada seguramente por algunos de sus amigos, se hubiera visto obligado a decidir si aprobar o vetar el decreto legislativo que la contuviera; si lo aprobaba y publicada como Ley de la República tendría que enfrentar un nuevo proceso de inconstitucionalidad, y esta vez él estaría involucrado; y si lo encontraba violatorio de las disposiciones constitucionales lo hubiera tenido que devolver a la Asamblea para que lo ratificara o no, y, si esta lo ratificaba, dirigirse a la Corte Suprema de Justicia para que determinara si era o no constitucional, lo cual serviría prácticamente de visto bueno a la Sala de lo Constitucional para que declare inconstitucional el actual artículo 45 de la Ley AFI, que establece lo mismo, con diferente redacción.
Indudablemente es más engorroso hacer transferencias entre partidas de distintos ramos de la Administración Pública por la Asamblea que in-house; pero no se puede aceptar la flexibilidad como argumento, ampliando indiscriminadamente las emergencias nacionales señaladas en el artículo 29 CP “guerra, invasión... rebelión, sedición, catástrofe, epidemia u otra calamidad general o de graves perturbaciones del orden público”.
La Asamblea ha demostrado una celeridad increíble, si puede reformar la Constitución en dos horas ¿cómo no va a poder en una emergencia nacional aprobar con prontitud las transferencias entre partidas a propuesta del Consejo de Ministros?
Enrique Borgo Bustamante es ex presidente de El Salvador
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Tribuna de escritores
Don Bustmante,
ReplyDeleteHabla usted como si nunca hubiera sido miembro del partido arena.
Se le recuerda sigilosamente que usted fue un beneficiario directo de la manera corrupta de hacer politica en nuestro pais.
No por respeto, sino por coherencia aunque sea siniestra, a ese pasado lleno de anomalias en su mandato ex presidencial, se le ruega un poco de seriedad.