La muerte de la lengua castellana
Por Meraxis Guevara de Campos*
Los jóvenes en las universidades están siendo influenciados por la aparición de las redes sociales que sirven para comunicarse (Las Redes son formas de interacción social, definida como un intercambio dinámico entre personas, grupos e instituciones en contextos de complejidad. Un sistema abierto y en construcción permanente que involucra a conjuntos que se identifican en las mismas necesidades y problemáticas y que se organizan para potenciar sus recursos). Es decir que sirven para conocer nuevas personas como también para comunicarnos con los seres queridos. Se trata de. Las comunidades on line y los sitios colaborativos, donde los usuarios dejaron de ser meras audiencias o consumidores, para transformarse en protagonistas y emisores de sus propios contenidos (fotos, videos, textos y posts)". (Imgenen Miguel de Cervantes)
Los jóvenes en las universidades están siendo influenciados por la aparición de las redes sociales que sirven para comunicarse (Las Redes son formas de interacción social, definida como un intercambio dinámico entre personas, grupos e instituciones en contextos de complejidad. Un sistema abierto y en construcción permanente que involucra a conjuntos que se identifican en las mismas necesidades y problemáticas y que se organizan para potenciar sus recursos). Es decir que sirven para conocer nuevas personas como también para comunicarnos con los seres queridos. Se trata de. Las comunidades on line y los sitios colaborativos, donde los usuarios dejaron de ser meras audiencias o consumidores, para transformarse en protagonistas y emisores de sus propios contenidos (fotos, videos, textos y posts)". (Imgenen Miguel de Cervantes)
En esencia, una red social es una comunidad virtual donde los usuarios interactúan con personas de todo el mundo con gustos o intereses en común. Es una herramienta que funciona como una plataforma para conectar a personas que se conocen o desean conocerse, centralizar y compartir su información: fotos, videos, música, contenidos y juegos, entre otros.
Pero el problema no radica en usarlas sino en la forma que las usan; ya que para redactar o escribir algo lo hacen de una forma que solo ellos o ellas se entienden.
Sin embargo, durante los últimos años se está detectando que las faltas de ortografía entre quienes el conocimiento de la ortografía y el de internet han discurrido en paralelo, crecen a pasos agigantados, un problema que afecta tanto en el nivel de Secundaria como en el universitario. Esta sensación generalizada, es percibida especialmente entre los profesores tanto de secundaria como universitarios, hasta el punto que en algunas facultades han tenido que bajar el listón en lo que a cuestiones ortográficas se refiere. Seguramente una medida de gracia para no hacer grandes correcciones entre los y las estudiantes.
Internet es un medio en el que por regla general se descuida sistemáticamente la herramienta más básica de comunicación, nuestro lenguaje. La trascripción fonética apocopada o sintética (excusa sólo válida para los SMS o chats), que se basa en la ley de la economía y la fluidez, tan arbitraria como creativa, es muy peligrosa para jóvenes que se están formando. Si tomamos un muestreo de anuncios, notas, intervenciones en foros,…etc. donde se pueda analizar la lengua que espontáneamente se usa en internet observaremos faltas ortográficas unidas a abreviaturas del lenguaje usado en los mensajes del móvil y en conjunción con faltas de concordancia y la total ausencia de signos de puntuación. Todo esto hace que la comprensión de muchos textos escritos sea un auténtico ejercicio de interpretación.
En general, los estudiantes obvian, ya por sistema, las tildes o acentos, pero también se ve un aumento preocupante de confusiones entre “b” y “v”, “j” y “g” lo que unido al cambio de ”k” por “q”, “y” por “ll” y a la omisión de la “h” o su colocación en lugares inadecuados, hacen que la situación sea de tener consideración, sobre todo si pensamos que incluso hay alumnos que hacen uso de su lenguaje SMS en los exámenes.
Para saber escribir bien, sin faltas de ortografía, no hace falta haberse sacado el doctorado, ni tan siquiera haber ido a la universidad. Es algo muy básico al alcance de cualquier persona que haya ido al colegio, independientemente de su nivel cultural, porque es allí donde nos enseñan a leer y a escribir correctamente -o al menos debiera ser así-.
Aunque la realidad aparentemente es otra y pudiera deducirse que entre los y las estudiantes de Secundaria se están produciendo “analfabetos funcionales” con grave déficit de redacción y expresión, y sin haber aprendido los conceptos necesarios para comunicarse en su propia lengua. De todos estos problemas no se puede culpar a los gobiernos autonómicos con otra lengua reconocida además del castellano, que han ido quitando preocupantemente horas lectivas de castellano en los colegios y haciendo bandera de su diferenciación lingüística como prácticamente la única base para otro tipo de reivindicaciones.
El problema de la ortografía como el del habla no es un problema solo de la escuela, es un problema social en el que interviene además la escuela, la familia y la sociedad en general y eso se ha descuidado mucho, hasta el extremo que ya donde quiera hay una falta de ortografía escrita. Es, por tanto, un problema de todos.
Es una mala práctica el hecho de utilizar voluntaria o involuntariamente un lenguaje para ahorrar caracteres en lugares donde el límite de caracteres no existe, puesto que ello agudiza más el problema. Hagamos un pequeño esfuerzo e intentemos utilizar correctamente nuestra lengua, por nuestros destinatarios, por el bien del lenguaje y por nuestra imagen, en especial cuando redactemos nuestras intervenciones, textos,…etc., en internet, para que el texto no degenere en una sucesión de errores ortográficos, ya que los jóvenes aprenden cada vez más a través de la Red.
Los docentes en las universidades tienen que corregir toda falta ortográfica en los escritos como una forma de motivar a los estudiantes para que se sensibilicen en la correcta expresión escrita. Este es un grito de auxilio del idioma castellano que no quiere dejar de ser bien utilizado.
Meraxis Guevara de Campos es Catedrática de la Universidad Evangélica de El Salvador y de la Universidad Modular Abierta
Pero el problema no radica en usarlas sino en la forma que las usan; ya que para redactar o escribir algo lo hacen de una forma que solo ellos o ellas se entienden.
Sin embargo, durante los últimos años se está detectando que las faltas de ortografía entre quienes el conocimiento de la ortografía y el de internet han discurrido en paralelo, crecen a pasos agigantados, un problema que afecta tanto en el nivel de Secundaria como en el universitario. Esta sensación generalizada, es percibida especialmente entre los profesores tanto de secundaria como universitarios, hasta el punto que en algunas facultades han tenido que bajar el listón en lo que a cuestiones ortográficas se refiere. Seguramente una medida de gracia para no hacer grandes correcciones entre los y las estudiantes.
Internet es un medio en el que por regla general se descuida sistemáticamente la herramienta más básica de comunicación, nuestro lenguaje. La trascripción fonética apocopada o sintética (excusa sólo válida para los SMS o chats), que se basa en la ley de la economía y la fluidez, tan arbitraria como creativa, es muy peligrosa para jóvenes que se están formando. Si tomamos un muestreo de anuncios, notas, intervenciones en foros,…etc. donde se pueda analizar la lengua que espontáneamente se usa en internet observaremos faltas ortográficas unidas a abreviaturas del lenguaje usado en los mensajes del móvil y en conjunción con faltas de concordancia y la total ausencia de signos de puntuación. Todo esto hace que la comprensión de muchos textos escritos sea un auténtico ejercicio de interpretación.
En general, los estudiantes obvian, ya por sistema, las tildes o acentos, pero también se ve un aumento preocupante de confusiones entre “b” y “v”, “j” y “g” lo que unido al cambio de ”k” por “q”, “y” por “ll” y a la omisión de la “h” o su colocación en lugares inadecuados, hacen que la situación sea de tener consideración, sobre todo si pensamos que incluso hay alumnos que hacen uso de su lenguaje SMS en los exámenes.
Para saber escribir bien, sin faltas de ortografía, no hace falta haberse sacado el doctorado, ni tan siquiera haber ido a la universidad. Es algo muy básico al alcance de cualquier persona que haya ido al colegio, independientemente de su nivel cultural, porque es allí donde nos enseñan a leer y a escribir correctamente -o al menos debiera ser así-.
Aunque la realidad aparentemente es otra y pudiera deducirse que entre los y las estudiantes de Secundaria se están produciendo “analfabetos funcionales” con grave déficit de redacción y expresión, y sin haber aprendido los conceptos necesarios para comunicarse en su propia lengua. De todos estos problemas no se puede culpar a los gobiernos autonómicos con otra lengua reconocida además del castellano, que han ido quitando preocupantemente horas lectivas de castellano en los colegios y haciendo bandera de su diferenciación lingüística como prácticamente la única base para otro tipo de reivindicaciones.
El problema de la ortografía como el del habla no es un problema solo de la escuela, es un problema social en el que interviene además la escuela, la familia y la sociedad en general y eso se ha descuidado mucho, hasta el extremo que ya donde quiera hay una falta de ortografía escrita. Es, por tanto, un problema de todos.
Es una mala práctica el hecho de utilizar voluntaria o involuntariamente un lenguaje para ahorrar caracteres en lugares donde el límite de caracteres no existe, puesto que ello agudiza más el problema. Hagamos un pequeño esfuerzo e intentemos utilizar correctamente nuestra lengua, por nuestros destinatarios, por el bien del lenguaje y por nuestra imagen, en especial cuando redactemos nuestras intervenciones, textos,…etc., en internet, para que el texto no degenere en una sucesión de errores ortográficos, ya que los jóvenes aprenden cada vez más a través de la Red.
Los docentes en las universidades tienen que corregir toda falta ortográfica en los escritos como una forma de motivar a los estudiantes para que se sensibilicen en la correcta expresión escrita. Este es un grito de auxilio del idioma castellano que no quiere dejar de ser bien utilizado.
Meraxis Guevara de Campos es Catedrática de la Universidad Evangélica de El Salvador y de la Universidad Modular Abierta
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