Roberto D'aubuison se queja de la justicia
Por Álvaro Cruz Rojas
El juicio por la matanza de los diputados salvadoreños en Guatemala cuenta con el testimonio del diputado, que perdió a su hermano Eduardo.
El diputado expresa su evidente desconfianza en las autoridades guatemaltecas pero espera que no se manosee más este caso.
Ha empezado en Guatemala el juicio por el asesinato de los tres diputados salvadoreños, incluyendo tu hermano. ¿qué esperas de este juicio?
Que se haga justicia, que no quede impune este crimen, eso es lo que espero.
¿Qué opinión tienes sobre el hecho que el fiscal que investigó el crimen está en prisión y las principales autoridades policiales al momento del asesinato, están cuestionadas por otra matanza?
Si recordamos lo sucedido en los primeros días después de ocurrido este horrendo crímen; vimos que tanto el ex-fiscal a cargo del caso como las autoridades de Gobernación y Policía, me refiero a Matus, Vielman, Esperinssen, Figueroa y Soto, entre otros; trataron de obstaculizar la investigación y evitar capturar a otros implicados; en más de alguna vez denuncié eso; si remembramos bien sus actuaciones, vuelve a la mente cuando ellos no permitieron la ayuda del FBI que llegó a Guatemala para colaborar con las investigaciones; en general, podemos decir que trataron de evitar invertigar a fondo el caso.
Si no hubiese sido porque las primeras evidencias conseguidas por los investigadores salvadoreños que acompañaron a Rodrigo Ávila, jamás habríamos conocido de arrestos ni del origen del crímen.
Es más, se conoció que en algún momento los policías implicados en el homicidio les propusieron a estas personas echarle la culpa a otros delincuentes a quienes convocarían a un determinado lugar, supuestamente para negociar y pensaban matarlos, ponerles las armas usadas en el crímen y decir que se resistieron al arresto; y estuvieron a punto de aceptar la propuesta, pero la presión por parte de los medios fue tal que no se atrevieron a hacerlo, por lo que decidieron arrestar a los policías que luego fueron asesinados dentro de una prisión, supuestamente de máxima seguridad. Me pregunto: ¿que clase de funcionarios eran si estaban dispuestos a falsear evidencias y permitir que se asesinara a sangre fría para salvar a unos policías corruptos? Solo puedo pensar que estaban implicados en cosas similares; no es por nada que los relacionan en Guatemala con actos criminales.
El juicio por la matanza de los diputados salvadoreños en Guatemala cuenta con el testimonio del diputado, que perdió a su hermano Eduardo.
El diputado expresa su evidente desconfianza en las autoridades guatemaltecas pero espera que no se manosee más este caso.
Ha empezado en Guatemala el juicio por el asesinato de los tres diputados salvadoreños, incluyendo tu hermano. ¿qué esperas de este juicio?
Que se haga justicia, que no quede impune este crimen, eso es lo que espero.
¿Qué opinión tienes sobre el hecho que el fiscal que investigó el crimen está en prisión y las principales autoridades policiales al momento del asesinato, están cuestionadas por otra matanza?
Si recordamos lo sucedido en los primeros días después de ocurrido este horrendo crímen; vimos que tanto el ex-fiscal a cargo del caso como las autoridades de Gobernación y Policía, me refiero a Matus, Vielman, Esperinssen, Figueroa y Soto, entre otros; trataron de obstaculizar la investigación y evitar capturar a otros implicados; en más de alguna vez denuncié eso; si remembramos bien sus actuaciones, vuelve a la mente cuando ellos no permitieron la ayuda del FBI que llegó a Guatemala para colaborar con las investigaciones; en general, podemos decir que trataron de evitar invertigar a fondo el caso.
Si no hubiese sido porque las primeras evidencias conseguidas por los investigadores salvadoreños que acompañaron a Rodrigo Ávila, jamás habríamos conocido de arrestos ni del origen del crímen.
Es más, se conoció que en algún momento los policías implicados en el homicidio les propusieron a estas personas echarle la culpa a otros delincuentes a quienes convocarían a un determinado lugar, supuestamente para negociar y pensaban matarlos, ponerles las armas usadas en el crímen y decir que se resistieron al arresto; y estuvieron a punto de aceptar la propuesta, pero la presión por parte de los medios fue tal que no se atrevieron a hacerlo, por lo que decidieron arrestar a los policías que luego fueron asesinados dentro de una prisión, supuestamente de máxima seguridad. Me pregunto: ¿que clase de funcionarios eran si estaban dispuestos a falsear evidencias y permitir que se asesinara a sangre fría para salvar a unos policías corruptos? Solo puedo pensar que estaban implicados en cosas similares; no es por nada que los relacionan en Guatemala con actos criminales.
¿Tú personalmente crees que los personajes acusados son los verdaderos responsables de esta masacre?
Tiendo a creerlo, todo apunta a ellos, hay un motivo, hay vínculos entre todos los implicados. Lo que confunde es que las autoridades guatemaltecas de Gobernación y Fiscalía de ese entonces actuaran de la forma a la que me referí en tu anterior pregunta, pero eso se explica por el hecho que querían evitar a toda costa que se supieran sus vínculos con el crímen organizado para el caso de los policías implicados y para los otros que se supiera que estaban realizando acciones ilícitas; podría verse como un asunto de conveniencia para todos ellos.
¿Crees que hay más responsables intelectuales de esta masacre fuera de este proceso?
Eso lo veremos durante el transcurso del juicio, pero si los hubiese, espero que se les formalice la acusación y se capturen para que paguen su deuda con la sociedad y con la justicia.
¿Crees en la tesis fiscal de que esto se originó por una venganza de Silva o crees en lo que dijeron las autoridades salvadoreños de que los mataron por " error"?
Como ya te dije, tiendo a pensar que así fue, ya que según la Fiscalía guatemalteca, esa tesis pueden probarla. Habrá que verlo durante el juicio. Pero si hay algo que decir es que Rodrigo (Ávila) me comentó que interrogó separadamente a cada uno de los policías cuando ya estaban capturados, y asegura que ellos no sabían que eran diputados cuando secuestraron a mi hermanos y sus acompañantes, fue después que se enteraron y surgieron las diferencias con quien los contrató y los contactos que tenían para la realización del crímen.
No dudo de sus palabras, él (Rodrigo) no tendría por que decirme eso si no lo creyera así, se lo mucho que le dolió la muerte de Eduardo a quien él quería mucho, así como la muerte de Don Moncho (Ramón Gonzalez) y William (Pichinte). Al analizar la información, se podría decir que estos malos policías aceptaron un "trabajo particular", para otros criminales, fuera de la línea de sus jefes (Vielman, Esperinssen y compañía) para quienes hacían otra clase de "trabajos"; ¿me explico?
Para nadie es un secreto que el crimen organizado ha infiltrado gran parte del Estado guatemalteco. En esas condiciones, ¿se puede confiar en este proceso?
Este es un caso de sobra publicitado, con unas implicaciones que trascienden el ámbito del país donde sucedió; está en juego el prestigio de las instituciones del Estado de Guatemala, hay nuevas autoridades y creo, voluntad política de ellas de que en este caso la justicia llegue.
Si en un caso como éste no hay justicia, ¿que podría esperar de las instituciones que imparten justicia un ciudadano cualquiera en Guatemala o en El Salvador? Está en juego demasiado como para que se arriesgue alguien a manosear el caso. Sin embargo, siempre cabe la duda, así que estoy vigilante y sigo muy de cerca el proceso, desde el principio y no será distinto durante su etapa final, como familia hemos demandado justicia y no esperamos menos que eso.
¿Cómo ha cambiado la vida de la familia d'Aubuisson después de este crimen?
Eso no lo puedo responder solo yo, sino mi madre, hermanas, la esposa de Eduardo, mi esposa e hijos. A mí me ha cambiado la vida ciertamente, solo el hecho de saber que Eduardo ya no está con nosotros ya es un cambio, máxime de la forma en que nos lo arrebataron.
Pero no guardo rencor ni odio en mi corazón, siento que esta prueba me ha fortalecido y me hecho madurar mucho; me permitido conocer aun más el valor de la vida y el respeto a la misma, por eso es que no comparto la pena de muerte a la que podrían enfrentarse los acusados, pues en Guatemala existe dicha pena en su constitución; con ello no revivirán a mi hermano ni a ninguno de quienes murieron ese fatídico día.
Lo que sí espero es que se haga justicia, pues sin ella no hay sociedad ni libertad. Esta experiencia ha permitido fortalecerme espiritualmente, acercándome más a Dios a quienle pido fortaleza para aguantar esta prueba al tener que revivir los momentos que pasé cuando Eduardo murió.
Tiendo a creerlo, todo apunta a ellos, hay un motivo, hay vínculos entre todos los implicados. Lo que confunde es que las autoridades guatemaltecas de Gobernación y Fiscalía de ese entonces actuaran de la forma a la que me referí en tu anterior pregunta, pero eso se explica por el hecho que querían evitar a toda costa que se supieran sus vínculos con el crímen organizado para el caso de los policías implicados y para los otros que se supiera que estaban realizando acciones ilícitas; podría verse como un asunto de conveniencia para todos ellos.
¿Crees que hay más responsables intelectuales de esta masacre fuera de este proceso?
Eso lo veremos durante el transcurso del juicio, pero si los hubiese, espero que se les formalice la acusación y se capturen para que paguen su deuda con la sociedad y con la justicia.
¿Crees en la tesis fiscal de que esto se originó por una venganza de Silva o crees en lo que dijeron las autoridades salvadoreños de que los mataron por " error"?
Como ya te dije, tiendo a pensar que así fue, ya que según la Fiscalía guatemalteca, esa tesis pueden probarla. Habrá que verlo durante el juicio. Pero si hay algo que decir es que Rodrigo (Ávila) me comentó que interrogó separadamente a cada uno de los policías cuando ya estaban capturados, y asegura que ellos no sabían que eran diputados cuando secuestraron a mi hermanos y sus acompañantes, fue después que se enteraron y surgieron las diferencias con quien los contrató y los contactos que tenían para la realización del crímen.
No dudo de sus palabras, él (Rodrigo) no tendría por que decirme eso si no lo creyera así, se lo mucho que le dolió la muerte de Eduardo a quien él quería mucho, así como la muerte de Don Moncho (Ramón Gonzalez) y William (Pichinte). Al analizar la información, se podría decir que estos malos policías aceptaron un "trabajo particular", para otros criminales, fuera de la línea de sus jefes (Vielman, Esperinssen y compañía) para quienes hacían otra clase de "trabajos"; ¿me explico?
Para nadie es un secreto que el crimen organizado ha infiltrado gran parte del Estado guatemalteco. En esas condiciones, ¿se puede confiar en este proceso?
Este es un caso de sobra publicitado, con unas implicaciones que trascienden el ámbito del país donde sucedió; está en juego el prestigio de las instituciones del Estado de Guatemala, hay nuevas autoridades y creo, voluntad política de ellas de que en este caso la justicia llegue.
Si en un caso como éste no hay justicia, ¿que podría esperar de las instituciones que imparten justicia un ciudadano cualquiera en Guatemala o en El Salvador? Está en juego demasiado como para que se arriesgue alguien a manosear el caso. Sin embargo, siempre cabe la duda, así que estoy vigilante y sigo muy de cerca el proceso, desde el principio y no será distinto durante su etapa final, como familia hemos demandado justicia y no esperamos menos que eso.
¿Cómo ha cambiado la vida de la familia d'Aubuisson después de este crimen?
Eso no lo puedo responder solo yo, sino mi madre, hermanas, la esposa de Eduardo, mi esposa e hijos. A mí me ha cambiado la vida ciertamente, solo el hecho de saber que Eduardo ya no está con nosotros ya es un cambio, máxime de la forma en que nos lo arrebataron.
Pero no guardo rencor ni odio en mi corazón, siento que esta prueba me ha fortalecido y me hecho madurar mucho; me permitido conocer aun más el valor de la vida y el respeto a la misma, por eso es que no comparto la pena de muerte a la que podrían enfrentarse los acusados, pues en Guatemala existe dicha pena en su constitución; con ello no revivirán a mi hermano ni a ninguno de quienes murieron ese fatídico día.
Lo que sí espero es que se haga justicia, pues sin ella no hay sociedad ni libertad. Esta experiencia ha permitido fortalecerme espiritualmente, acercándome más a Dios a quienle pido fortaleza para aguantar esta prueba al tener que revivir los momentos que pasé cuando Eduardo murió.
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