Salvadoreños que han dejado huella en la historia Costa Rica
Por Victor Valle
Es saludable para la vida de un país, conocer cómo su historia se nutre de esfuerzos propios y de aportes que vienen de lejos. En estos tiempos de problemas globales y regionales, y de aspiraciones para resolverlos global y regionalmente, es un buen ejercicio intelectual y de magisterio social, rememorar a quienes viniendo de otras latitudes han dejado una huella significativa en la historia nacional (Imagen: José María Cañas).
Como salvadoreño, me siento muy satisfecho de vivir en Costa Rica y orgulloso de algunos compatriotas notables que han dejado su vida como ejemplo: General José María Cañas, Profesor Marcelino García Flamenco, Ingeniero Ricardo Saprissa Aymá y Dr. Arturo Romero López.
Es saludable para la vida de un país, conocer cómo su historia se nutre de esfuerzos propios y de aportes que vienen de lejos. En estos tiempos de problemas globales y regionales, y de aspiraciones para resolverlos global y regionalmente, es un buen ejercicio intelectual y de magisterio social, rememorar a quienes viniendo de otras latitudes han dejado una huella significativa en la historia nacional (Imagen: José María Cañas).
Como salvadoreño, me siento muy satisfecho de vivir en Costa Rica y orgulloso de algunos compatriotas notables que han dejado su vida como ejemplo: General José María Cañas, Profesor Marcelino García Flamenco, Ingeniero Ricardo Saprissa Aymá y Dr. Arturo Romero López.
1. General José María Cañas (1809-1860)
Nació en El Salvador, en 1809. Llegó a Costa Rica en 1940, con el grado de Coronel, con las fuerzas federalistas del General Francisco Morazán. En 1849 fue nombrado Ministro de Hacienda y Guerra, por el Presidente José María Castro. En 1856, cuando William Walker intentaba dominar todo Centroamérica, el Presidente Juan Rafael Mora nombra a José María Cañas como General en Jefe del Ejército Costarricense, cargo que después se transformó, en virtud de la dinámica regional del conflicto en General en Jefe de la División Aliada de Costa Rica, El Salvador y Nicaragua.
En esta función se cubrió de gloria por sus dotes de líder humanista y valiente y sus actuaciones de gran capitán por la independencia y la dignidad de Centroamérica. Murió fusilado en Puntarenas, en 1860, por haber intentado la reinstalación en el poder al Presidente Juan Rafael Mora, quien había sido derrocado en 1859. Ahora al General Cañas se le venera en Costa Rica como uno de los adalides de la independencia y la dignidad nacionales. Cuando se transita del Aeropuerto Internacional hacia la capital del país, se hace sobre la Autopista General Cañas. Todos los días, por este hecho, vienen a la memoria viva la figura inspiradora del General José María Cañas, salvadoreño y costarricense.
2. Profesor Marcelino García Flamenco (1888-1919)
Nació en El Salvador, en 1888. Se graduó de maestro y viajó a Costa Rica a trabajar en las escuelas públicas. Estando en una escuela rural del sur del país, el 15 de marzo de 1918, se dio cuenta del asesinato, de parte de las fuerzas oficiales del gobierno de Federico Tinoco (llegado al poder por un golpe de estado de 1917), de un patriota: Rogelio Fernández Güell. En protesta cerró su escuela y se fue a Panamá a denunciar el asesinato y organizarse para ser parte de una invasión revolucionaria contra el gobierno de Tinoco. Regresó a Costa Rica como parte de un grupo en armas.
En un combate llevado a cabo en La Cruz, Guanacaste, murió el 19 de julio de 1919. Herido de muerte fue quemado aún en vida por sus captores. En Costa Rica se le venera mucho. Hay escuelas, monumentos y bustos y un pueblo –Quebrada Grande, en Guanacaste-, que llevan su nombre y se le reconoce como el héroe que dio su vida por las libertades de Costa Rica.
3. Ingeniero Ricardo Saprissa Aymá ( 1901-1990)
Nació en San Salvador, El Salvador, en 1901. En 1921, después de graduarse de ingeniero topógrafo se mudó a Barcelona, la tierra de sus padres, donde desarrolló tareas de comerciante y deportista polifacético y exitoso en el hockey sobre pasto, tenis, beisbol y futbol. Uno de sus biógrafos –José Antonio Pastor- lo ha calificado de campeón total.
En enero de 1932 regresó a Centroamérica. Por esos días El Salvador se agitaba con la insurrección obrero-campesina y posterior masacre. Probablemente esa circunstancia hizo que Saprissa se enrumbara a Costa Rica, donde se desempeñó como empresario y promotor del deporte, principalmente del futbol. Cuando llegó a Costa Rica se vivían las agitaciones políticas alrededor de la elección para su tercer mandato del Presidente Ricardo Jiménez Oreamuno.
En 1935 un equipo infantil humilde fue bautizado con el nombre de Saprissa. Ahora, el Deportivo Saprissa es un equipo de gran presencia en la vida nacional y Don Ricardo Saprissa es recordado y venerado como una persona de gran don de gentes, espíritu de servicio público y promotor de los deportes.
4. Dr. Arturo Romero López (1904-1965).
El Dr. Arturo Romero, El Salvador. Estudió medicina en Francia. A su regreso a El Salvador se dedicó a ejercer la medicina y a escribir en la prensa sobre temas sociales. El 2 de abril de 1944 dio una gran sorpresa cuando fue el líder civil de una rebelión contra el dictador Hernández Martínez. Metralleta en mano, se tomó una radio para dar lectura a un pronunciamiento contra la dictadura. El movimiento fue reprimido pero fue el comienzo de la crisis que, cinco semanas después, dio fin a la dictadura de Hernández Martínez. Después de estos hechos y de haber sido calificado como el hombre símbolo de la revolución, el Dr. Romero se radicó en Costa Rica donde vivió hasta 1965. Fue un educador en materia de salud pública y el mismo año de su muerte fue declarado por la Asamblea Legislativa de Costa Rica, el 28 de septiembre de 1965, como Ciudadano de Honor. Murió, el 29 de junio de 1965, en un accidente que tuvo lugar en Honduras, donde también murieron su esposa Coralia y varios miembros de una compañía de Ballet que dirigía su esposa. Iban para actuar en una actividad de beneficencia en pro de los niños con poliomielitis de Honduras. El Auditórium de la Facultad de Educación de la Universidad de Costa Rica tiene en sus paredes una fotografía del Dr. Romero, como reconocimiento a su paso, como educador, por esa institución.
Esta es una prueba histórica de que los salvadoreños en el mundo son capaces de dejar huellas de buenas acciones en cualquier lugar que la vida los haya llevado.
Víctor Valle es columnista colaborador de Salvadoreños en el Mundo
Nació en El Salvador, en 1809. Llegó a Costa Rica en 1940, con el grado de Coronel, con las fuerzas federalistas del General Francisco Morazán. En 1849 fue nombrado Ministro de Hacienda y Guerra, por el Presidente José María Castro. En 1856, cuando William Walker intentaba dominar todo Centroamérica, el Presidente Juan Rafael Mora nombra a José María Cañas como General en Jefe del Ejército Costarricense, cargo que después se transformó, en virtud de la dinámica regional del conflicto en General en Jefe de la División Aliada de Costa Rica, El Salvador y Nicaragua.
En esta función se cubrió de gloria por sus dotes de líder humanista y valiente y sus actuaciones de gran capitán por la independencia y la dignidad de Centroamérica. Murió fusilado en Puntarenas, en 1860, por haber intentado la reinstalación en el poder al Presidente Juan Rafael Mora, quien había sido derrocado en 1859. Ahora al General Cañas se le venera en Costa Rica como uno de los adalides de la independencia y la dignidad nacionales. Cuando se transita del Aeropuerto Internacional hacia la capital del país, se hace sobre la Autopista General Cañas. Todos los días, por este hecho, vienen a la memoria viva la figura inspiradora del General José María Cañas, salvadoreño y costarricense.
2. Profesor Marcelino García Flamenco (1888-1919)
Nació en El Salvador, en 1888. Se graduó de maestro y viajó a Costa Rica a trabajar en las escuelas públicas. Estando en una escuela rural del sur del país, el 15 de marzo de 1918, se dio cuenta del asesinato, de parte de las fuerzas oficiales del gobierno de Federico Tinoco (llegado al poder por un golpe de estado de 1917), de un patriota: Rogelio Fernández Güell. En protesta cerró su escuela y se fue a Panamá a denunciar el asesinato y organizarse para ser parte de una invasión revolucionaria contra el gobierno de Tinoco. Regresó a Costa Rica como parte de un grupo en armas.
En un combate llevado a cabo en La Cruz, Guanacaste, murió el 19 de julio de 1919. Herido de muerte fue quemado aún en vida por sus captores. En Costa Rica se le venera mucho. Hay escuelas, monumentos y bustos y un pueblo –Quebrada Grande, en Guanacaste-, que llevan su nombre y se le reconoce como el héroe que dio su vida por las libertades de Costa Rica.
3. Ingeniero Ricardo Saprissa Aymá ( 1901-1990)
Nació en San Salvador, El Salvador, en 1901. En 1921, después de graduarse de ingeniero topógrafo se mudó a Barcelona, la tierra de sus padres, donde desarrolló tareas de comerciante y deportista polifacético y exitoso en el hockey sobre pasto, tenis, beisbol y futbol. Uno de sus biógrafos –José Antonio Pastor- lo ha calificado de campeón total.
En enero de 1932 regresó a Centroamérica. Por esos días El Salvador se agitaba con la insurrección obrero-campesina y posterior masacre. Probablemente esa circunstancia hizo que Saprissa se enrumbara a Costa Rica, donde se desempeñó como empresario y promotor del deporte, principalmente del futbol. Cuando llegó a Costa Rica se vivían las agitaciones políticas alrededor de la elección para su tercer mandato del Presidente Ricardo Jiménez Oreamuno.
En 1935 un equipo infantil humilde fue bautizado con el nombre de Saprissa. Ahora, el Deportivo Saprissa es un equipo de gran presencia en la vida nacional y Don Ricardo Saprissa es recordado y venerado como una persona de gran don de gentes, espíritu de servicio público y promotor de los deportes.
4. Dr. Arturo Romero López (1904-1965).
El Dr. Arturo Romero, El Salvador. Estudió medicina en Francia. A su regreso a El Salvador se dedicó a ejercer la medicina y a escribir en la prensa sobre temas sociales. El 2 de abril de 1944 dio una gran sorpresa cuando fue el líder civil de una rebelión contra el dictador Hernández Martínez. Metralleta en mano, se tomó una radio para dar lectura a un pronunciamiento contra la dictadura. El movimiento fue reprimido pero fue el comienzo de la crisis que, cinco semanas después, dio fin a la dictadura de Hernández Martínez. Después de estos hechos y de haber sido calificado como el hombre símbolo de la revolución, el Dr. Romero se radicó en Costa Rica donde vivió hasta 1965. Fue un educador en materia de salud pública y el mismo año de su muerte fue declarado por la Asamblea Legislativa de Costa Rica, el 28 de septiembre de 1965, como Ciudadano de Honor. Murió, el 29 de junio de 1965, en un accidente que tuvo lugar en Honduras, donde también murieron su esposa Coralia y varios miembros de una compañía de Ballet que dirigía su esposa. Iban para actuar en una actividad de beneficencia en pro de los niños con poliomielitis de Honduras. El Auditórium de la Facultad de Educación de la Universidad de Costa Rica tiene en sus paredes una fotografía del Dr. Romero, como reconocimiento a su paso, como educador, por esa institución.
Esta es una prueba histórica de que los salvadoreños en el mundo son capaces de dejar huellas de buenas acciones en cualquier lugar que la vida los haya llevado.
Víctor Valle es columnista colaborador de Salvadoreños en el Mundo
NO ES PUES UNA RESEÑA DE LA PUJANZA DEL SALVADOREÑO EN CENTROAMERICA HACIENDO PATRIA CENTROAMERICANA?
ReplyDeleteEL SALVADOR ACTUALMENTE ES REFERENTE DE CENTROAMERICA PERO TODAVIA FALTA MOSTRAR MAS DE NUESTROS PAISANOS LO BUENO QUE HACEMOS, MAS SIN EMBARGO, NOS DUELE QUE A VECES NOS DISTINGUIMOS EN AMBITOS DE LOS ANTROS Y DEMAS QUE PULULAN SIN SABER DEFINIR SUS VOCACIONES.
LA LABOR, EL ENTUSIASMO Y LA VALENTIA, CARACTER INDOMABLE DEL SALVADOREÑO EN DISTINTAS LATITUDES DEL MUNDO ES NOTABLE EN SU CARACTER.
ESTIMULAR LA HISTORIA SALVADOREÑA CON PERSONAJES TICO-SALVADOREÑO ES EMOCIONANTE!
Jose Matatias Delgado Y Del Hambre.