El Salvador: Entrampamiento
José Manuel Ortiz Benítez
La Corte Suprema de Justicia de El Salvador, por medio de su Sala de lo Constitucional, ha entrado con el machete desenvainado a poner orden al contubernio político nacional construido por los partidos políticos en los últimos 200 años. La Sala quiere desbaratarles el negocio.
Los cuatros fantásticos están claros: su independencia es innegociable. Pero en un país políticamente caótico como el nuestro, la independencia judicial tiene consecuencias.
Lo estamos viendo. Aquí la política va por delante de la independencia judicial. Siempre lo fue.
Belarmino Jaime, presidente de la Sala rebelde, no quiere más líos de los que ya hay. Prefiere que no lo vean entre políticos porque eso puede dar cabida a sospechas.
El Sr. Jaime dice que la justicia no entra en la mesa de temas a tratar porque ese terreno no es tema idóneo para políticos.
Los partidos políticos, por su parte, no han dudado ni un minuto en neutralizar el poder judicial de la Sala insurrecta. Dicen, los políticos, que la Sala ha teledirigido sus sentencias en contra de los partidos, es decir, en contra de la representación popular personificada en la Asamblea Legislativa.
Las sentencias “entran a decirle a la Asamblea Legislativa cómo debe legislar” dijo Medardo González, Coordinador General del FMLN. Eso no se lo vamos a permitir replicó por el televisor, con su bigote bien espeso.
El hombre fuerte del PDC, Rodolfo Parker, fue más allá y dijo a Nacho Castillo en su entrevista, que ahora “tienen que aguantarse, que no son uno, sino dos partidos” con los que tendrán que lidiar, el PDC normal y el PDC Plan B.
En sus cálculos, don Rodolfo Parker cree que va a multiplicar los votos por dos. “Estamos más vivos que nunca” dijo con una sonrisa muy seria.
El Partido de Conciliación Nacional (PCN) anda en la misma jugada. Don Ciro Cruz Zepeda se ha sacado de la chistera una nueva formación política, Partido de Concertación Nacional, un hijito hecho a imagen y semejanza del viejo y rancio PCN de aquellos tiempos en los en este país estaba prohibido hablar de política.
La creatividad del salvadoreño en apuros no tiene precio. La inventiva pecenista es infinita.
La insignia ARENA tampoco se salva. 20 años de corrupción masiva y de amaños judiciales no se echan al olvido así como así. “Hay que ser coherente” dijo un buen arenero, con su chaleco tricolor puesto hasta las mangas.
Ahora que la marca vuela bajo, ARENA se une a la independencia de los jueces, así como quien dice “nosotros siempre apoyamos la independencia judicial,” cuando todos sabemos que las sentencias por encargo se fortalecieron durante los 20 años que gobernaron.
Por su parte el Presidente Mauricio Funes, dice que la crisis no es crisis, sino, como mucho, un mini atasco institucional, que tiene que ver más, que con una nación, con cuatro jueces de un barrio de San Salvador, quienes han tirado demasiado fuerte de la “pureza judicial”, algo para el cual, según el presidente, el país todavía no está preparado.
Otros artículos de este autor aquí- José Manuel Ortiz Benítez es columnista salvadoreño.
La Corte Suprema de Justicia de El Salvador, por medio de su Sala de lo Constitucional, ha entrado con el machete desenvainado a poner orden al contubernio político nacional construido por los partidos políticos en los últimos 200 años. La Sala quiere desbaratarles el negocio.
Los cuatros fantásticos están claros: su independencia es innegociable. Pero en un país políticamente caótico como el nuestro, la independencia judicial tiene consecuencias.
Lo estamos viendo. Aquí la política va por delante de la independencia judicial. Siempre lo fue.
Belarmino Jaime, presidente de la Sala rebelde, no quiere más líos de los que ya hay. Prefiere que no lo vean entre políticos porque eso puede dar cabida a sospechas.
El Sr. Jaime dice que la justicia no entra en la mesa de temas a tratar porque ese terreno no es tema idóneo para políticos.
Los partidos políticos, por su parte, no han dudado ni un minuto en neutralizar el poder judicial de la Sala insurrecta. Dicen, los políticos, que la Sala ha teledirigido sus sentencias en contra de los partidos, es decir, en contra de la representación popular personificada en la Asamblea Legislativa.
Las sentencias “entran a decirle a la Asamblea Legislativa cómo debe legislar” dijo Medardo González, Coordinador General del FMLN. Eso no se lo vamos a permitir replicó por el televisor, con su bigote bien espeso.
El hombre fuerte del PDC, Rodolfo Parker, fue más allá y dijo a Nacho Castillo en su entrevista, que ahora “tienen que aguantarse, que no son uno, sino dos partidos” con los que tendrán que lidiar, el PDC normal y el PDC Plan B.
En sus cálculos, don Rodolfo Parker cree que va a multiplicar los votos por dos. “Estamos más vivos que nunca” dijo con una sonrisa muy seria.
El Partido de Conciliación Nacional (PCN) anda en la misma jugada. Don Ciro Cruz Zepeda se ha sacado de la chistera una nueva formación política, Partido de Concertación Nacional, un hijito hecho a imagen y semejanza del viejo y rancio PCN de aquellos tiempos en los en este país estaba prohibido hablar de política.
La creatividad del salvadoreño en apuros no tiene precio. La inventiva pecenista es infinita.
La insignia ARENA tampoco se salva. 20 años de corrupción masiva y de amaños judiciales no se echan al olvido así como así. “Hay que ser coherente” dijo un buen arenero, con su chaleco tricolor puesto hasta las mangas.
Ahora que la marca vuela bajo, ARENA se une a la independencia de los jueces, así como quien dice “nosotros siempre apoyamos la independencia judicial,” cuando todos sabemos que las sentencias por encargo se fortalecieron durante los 20 años que gobernaron.
Por su parte el Presidente Mauricio Funes, dice que la crisis no es crisis, sino, como mucho, un mini atasco institucional, que tiene que ver más, que con una nación, con cuatro jueces de un barrio de San Salvador, quienes han tirado demasiado fuerte de la “pureza judicial”, algo para el cual, según el presidente, el país todavía no está preparado.
Otros artículos de este autor aquí- José Manuel Ortiz Benítez es columnista salvadoreño.
estos juecisitos lo que tienen que hacer es cumplir la ley.
ReplyDeleteFirma: Rodolfo Parker.
La calaña politica salvadoreña es la responsable del 50% de nuestra desgracia.
ReplyDeleteEl otro 50% es culpa nuestra.
Mas bien, cientificamente la culpa de nuestra desgracia, se divide asi:
ReplyDelete-La calaña politica partidaria (partidos politicos) 50%
-El otro 50% de culpa, es de la calaña de la poblacion civil y se divide asi:
-10% La Iglesias Protestantes
o Evangelicas y demas grupitos de poder religioso, ligados a una empecinada Ideologia Conservadora-Opresora-Religiosa.
-15% La Iglesia Catolica y su Ideologia de Poder Imperial Romano suceptible al subordimamiento del Estado a su creencia plasmada en un arraigo de no distincion Iglesia-Estado.
-25% De la Empresa Privada corrupta. Al igual que la Iglesia se cree sobre el Estado Salvadoreño para mandar ordenes al Ejecutivo, Legislativo y Judicial.
POR ESO ESTAMOS COMO ESTAMOS PAISANOS !!!