Funes veta ley anti-tabaco
Funes veta ley que regula venta y consumo de tabaco
La ley contempla multas de $57 y decomiso del producto hasta 30 salarios mínimos urbanos mensuales más la cancelación total de la autorización para vender tabaco.
Por Amadeo Cabrera/Amílcar Mejía
El presidente de la República, Mauricio Funes, vetó “por inconveniente” la ley para el control del tabaco que regula la importación, promoción, publicidad, patrocinio, comercialización, consumo, reducción de la demanda del tabaco y la protección a personas no fumadoras.
Funes vetó la normativa pues considera inconveniente la utilización innecesaria de la figura de la prohibición, la afectación a industrias tabacaleras y la implementación total de la normativa.
El congreso aprobó el 23 de junio pasado, con 64 votos, la ley para el control del tabaco, tras años de discusión al interior de la comisión de salud.
“Al indagar dentro del cuerpo normativo, no es difícil verificar que el fin de la ley es el establecimiento de una auténtica prohibición a las actividades enmarcadas en este”, advierte el gobernante, quien recuerda al congreso: “Existen formas más adecuadas de enfrentar las consecuencias negativas derivadas del consumo del tabaco, sin necesidad de establecer una prohibición de tal magnitud” .
Funes también objeta que “la libertad individual se ve disminuida con las prohibiciones” que establece el decreto, devuelto al parlamento el pasado lunes.
El Ejecutivo también veta la ley porque con esta “se ve perjudicada la libertad económica de los agentes que participan en el mercado” de la venta del tabaco.
Funes sostiene que el daño a la actividad económica es “tanto por las restricciones a la comercialización, como por aquellas destinadas a la publicidad y promoción, como parte integrante de la estrategia de ventas de cualquier empresa”.
Con la aprobación de esta norma, el congreso afecta “negativamente no sólo a la industria tabacalera, sino a otros privados que desarrollan actividades conexas, tales como las agencias de publicidad”, dijo el mandatario.
Funes, por otra parte, justifica su decisión de vetar la legislación porque esta “establece su cumplimiento de manera tajante e inmediata” tanto para consumidores como para empresas.
“La experiencia internacional en temas de regulación de este tipo de productos nos indica que la forma más eficiente y eficaz de poner en marcha estos marcos normativos es la implementación gradual y paulatina de las disposiciones”, explica en su razonamiento el gobernante.
El Ejecutivo, por otra parte, advierte a los legisladores: “No resulta conveniente la regulación en los términos planteados, por cuanto la complejidad de que reviste todo el entramado humano, empresarial y estatal involucrado, puede llevar a una puesta en funcionamiento defectuosa e irregular” de la normativa. El congreso conocerá el veto en su sesión plenaria de mañana.
La ley contempla multas de $57 y decomiso del producto hasta 30 salarios mínimos urbanos mensuales más la cancelación total de la autorización para vender tabaco.
Por Amadeo Cabrera/Amílcar Mejía
El presidente de la República, Mauricio Funes, vetó “por inconveniente” la ley para el control del tabaco que regula la importación, promoción, publicidad, patrocinio, comercialización, consumo, reducción de la demanda del tabaco y la protección a personas no fumadoras.
Funes vetó la normativa pues considera inconveniente la utilización innecesaria de la figura de la prohibición, la afectación a industrias tabacaleras y la implementación total de la normativa.
El congreso aprobó el 23 de junio pasado, con 64 votos, la ley para el control del tabaco, tras años de discusión al interior de la comisión de salud.
“Al indagar dentro del cuerpo normativo, no es difícil verificar que el fin de la ley es el establecimiento de una auténtica prohibición a las actividades enmarcadas en este”, advierte el gobernante, quien recuerda al congreso: “Existen formas más adecuadas de enfrentar las consecuencias negativas derivadas del consumo del tabaco, sin necesidad de establecer una prohibición de tal magnitud” .
Funes también objeta que “la libertad individual se ve disminuida con las prohibiciones” que establece el decreto, devuelto al parlamento el pasado lunes.
El Ejecutivo también veta la ley porque con esta “se ve perjudicada la libertad económica de los agentes que participan en el mercado” de la venta del tabaco.
Funes sostiene que el daño a la actividad económica es “tanto por las restricciones a la comercialización, como por aquellas destinadas a la publicidad y promoción, como parte integrante de la estrategia de ventas de cualquier empresa”.
Con la aprobación de esta norma, el congreso afecta “negativamente no sólo a la industria tabacalera, sino a otros privados que desarrollan actividades conexas, tales como las agencias de publicidad”, dijo el mandatario.
Funes, por otra parte, justifica su decisión de vetar la legislación porque esta “establece su cumplimiento de manera tajante e inmediata” tanto para consumidores como para empresas.
“La experiencia internacional en temas de regulación de este tipo de productos nos indica que la forma más eficiente y eficaz de poner en marcha estos marcos normativos es la implementación gradual y paulatina de las disposiciones”, explica en su razonamiento el gobernante.
El Ejecutivo, por otra parte, advierte a los legisladores: “No resulta conveniente la regulación en los términos planteados, por cuanto la complejidad de que reviste todo el entramado humano, empresarial y estatal involucrado, puede llevar a una puesta en funcionamiento defectuosa e irregular” de la normativa. El congreso conocerá el veto en su sesión plenaria de mañana.
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Salud
Solo referido al aspecto fiscal, las medidas legales del antitabaquismo han sido aplicadas en otros países luego del estudio sobre el impacto que el tratamiento sanitario implica en el presupuesto de Salud Pública. Se ha demostrado que es mayor el gasto público en el tratamiento de enfisemas, insuficiencias respiratorias y cáncer del pulmón en comparación a los impuestos recaudados por el tabaco y derivados. Ahora bien, aquí prima el interés político por agradar a una parte de la población consumidora y medra sobre el tan insolente y reiterado llamado a la recaudación fiscal. De todas formas es seguro que ni el Ministerio de Hacienda ni el de Salud han contrastado sus cifras. Y menos que les importa saber de las consecuencias negativas de saber que se gasta más en Salud tratando a los adictos que cobrando impuestos al tabaco. Falta todavía por ver las otras implicaciones del tabaco: sociales, monopólicas, de publicidad, etc. Pero el Príncipe ha decidido, por tanto a inclinar el espinazo se ha dicho como afirma un conocido seudo comentarista de medio pelo de columna invertebrada.
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