La Deuda Pública de El Salvador Por José Manuel Ortiz Benítez
Mandatarios y la Deuda Pública en El Salvador |
“El Salvador debe pagar puntualmente sus obligaciones de deuda para evitar la calificación basura,” le han dicho, más o menos, las calificadoras de deuda al gobierno de Sánchez Cerén, quien no ha dudado ni un momento en culpar a la oposición por la falta de acuerdo en el pago de la deuda vencida a las Agencias de los Fondos de Pensión (AFPs).
No hay que enfrentarse a los que administran el dinero, hay que condescender con ellos para sobrevivir, sobre todo en tiempos difíciles como los que vive El Salvador. Se necesita dinero a un tipo de interés bajo, pero eso no se consigue si las calificadoras dicen a los que prestan el dinero que el gobierno de El Salvador es mal pagador.
Pelearse con las agencias calificadoras equivale a pelearse con el cardiólogo antes de operarte del corazón.
A pesar de que a las agencias Fitch y Standard and Poor’s no les interesa si El Salvador gasta $10 millones al mes para alimentar a niños desnutridos en las escuelas, sino el pago puntual de la deuda a sus clientes, no es aconsejable abrir una guerra con ellas, porque puede resultar más caro, sobre todo, teniendo en cuenta que Venezuela ya no rescata países con problemas de pago de deuda como hacía Hugo Chávez en tiempos en los que el petróleo se vendía a $200 el barril.
Pero cuál es realmente el problema de la deuda?
Ministro de Hacienda Carlos Cácerez |
El otro problema, el serio, es el problema de siempre, que los partidos políticos gobiernan al país como una hacienda privada con el interés particular sobre el interés general, pero según los que gobiernan el problema es de la oposición, y, según la oposición, el problema es de quien gobierna, y así el debate de nunca acabar. Cuando esto termine, y se asuma la responsabilidad por parte de quien tiene responsabilidad, iremos mejor como país.
A febrero de 2017, la deuda pública total de El Salvador era de $18,151 millones, cerca del 67% del producto interno bruto, una catástrofe macroeconómica, para los entendidos en economía.
El reparto del descalabro macroeconómico según el libro de Hacienda es de $10,387 millones adquiridos en la era de ARENA y $7,764 millones adquiridos en la era del FMLN.
El pago que hace el país sólo en los intereses de la deuda es más alto que cualquier otro rubro del gobierno. Es decir El Salvador gasta más en intereses ($900 millones va para intereses y gastos financieros) de la deuda pública que en educación, salud y vivienda juntas, un modelo de país insostenible.
Qué hacer ante esta situación? No tengo la más mínima idea.
Pero mi estimado tocayo Don Manuel dice que “el gobierno, este o el que venga, tiene que gestionar más eficientemente los recursos financieros que tendrá a su disposición, aplicar aquel difícil principio que dice ‘hacer más con menos’, y adoptar como medida urgente lo que ha dicho un alcalde recientemente, ‘cuando no se roba’, la deuda basta.”
José Manuel Ortiz Benítez es columnista salvadoreño en la
ciudad de Washington, DC.
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