Elecciones en Francia, entre la razón y la emoción

Votante francesa expone imagen de Putin, Le Pen y Trump - Igor Dolgov | Dreamstime.com

Francia: entre la razón y la emoción
Por Sergio Servellón*

En nuestra anterior contribución acerca de la estabilidad de la gobernanza futura en Francia, hacíamos una paráfrasis sobre el Principio de Incertidumbre del físico Karl Heisenberg quien establecía la imposibilidad de conocer, simultáneamente, la velocidad y la posición del electrón. En política también sucede cuando las condiciones establecidas fallan en su pronóstico. A la hora de escribir estas líneas, estamos a 72 horas de conocer el resultado de las elecciones francesas. Nos reafirmamos en nuestra convicción de la elección de Emmanuel Macron quien se presenta con una nueva formación, En Marche!

La incertidumbre reside en la imposibilidad de conocer, al mismo tiempo, el efecto de un liderazgo desconocido y su eventual gobernanza. Las razones ya las hemos expuesto en nuestra convicción de la fragmentación del marco político de partidos franceses. Llegan a la segunda vuelta dos candidatos surgidos de dos formaciones fuera de la tradición de la V república tal como la confeccionó, a su medida, Charles De Gaulle.

Macron será presidente, incluso con 2% de diferencia, a pesar de que las encuestas le acrediten una ventaja de 20 puntos sobre Le Pen. Ante la evidencia, surgen voces que llaman a la cautela y prudencia. Se dice que los resultados no están cantados y que puede haber sorpresas. ¿A qué sorpresas pueden referirse? En una contienda a dos no hay sorpresas; en elecciones presidenciales no hay subcampeones. ¿Qué impide decir abiertamente que Le Pen puede ganar? ¿Es esto una sorpresa en un marco de dos posibilidades? En este juego de imprecisiones campea una actitud de incertidumbre política, pero, sobre todo, la postura pusilánime de no implicarse claramente en un pronóstico por temor a quedar en evidencia. En el papel de las Casandras o malos augures, subyace una postura de tímida huída con el fin de curarse en salud y proclamar oportunamente: ¡Lo habíamos anunciado!

Esta actitud responde a una reacción emocional más que política. La confluencia de factores que cambian los usos y costumbres siempre causan un impacto sentimental; sea este de rechazo o negación. Sin embargo, generalmente causa desasosiego y desazón e impulsa a reaccionar de forma defensiva sin expresar clara y concisamente una opción o, en este caso, una opinión expresada en el voto. De acuerdo a Rosa María Calaf, “cada vez vivimos más en un mundo no de opinión pública, sino de emoción pública. Y eso es muy peligroso dado que basar las decisiones en las emociones tiene un riesgo extraordinario porque las emociones son muy difíciles de controlar”.

En el caso francés, esta incertidumbre ha producido una fractura en la mentalidad de su población. En Francia, históricamente se han preciado del “espíritu cartesiano”, vale decir, racional y lógico. Esta dimensión intelectual les ha servido como una forma de preeminencia elitista en relación con sus vecinos en particular y con el mundo en general. Ahora, la reacción emocional ha primado sobre la racional ante la verosimilitud de la llegada al gobierno de la nación de la ultraderecha representada en la figura de Marine Le Pen.

Las reacciones emocionales se han plasmado políticamente en el espectro de los partidos clásicos quienes, ante su exclusión taxativa de la contienda, no aciertan a definir una postura clara de cara a su propio futuro nacional. La derecha clásica será quien aportará el mayor caudal de votos con el intento de incorporarse al nuevo gobierno. Las esperanzas de Le Pen se ven acortadas por la emoción suscitada en el cuerpo electoral. El reciente debate entre los candidatos, dejó palmariamente establecido que el Frente Nacional no tiene una propuesta creíble de gobierno, pero sí, la fuerza de apelar al orgullo nacionalista y al descontento surgido de la crisis, el desempleo y el mal gobierno socialista.

En la izquierda, el desconcierto es casi total, acostumbrados a ser parte importante en el país, hoy, se ven reducidos a la parte congruente. El elemento emocional trastorna su clásica postura de ser el árbitro moral por encima de los candidatos de las finanzas y del sector empresarial. Tanto socialistas como la izquierda radical no definen de manera homogénea el reto al que se enfrentan: dejar que gobierne el representante del ultraliberalismo o darle paso a la xenofobia, racismo y proteccionismo a ultranza. El sector más afectado por el síndrome de la incertidumbre se encuentra en la Francia Insumisa puesto que, al rechazar de dar una orientación de voto, arriesga su credibilidad de fuerza movilizadora así como también, sus resultados en las próximas legislativas. Desde una postura de impoluta moralidad, Mélenchon se ve, con razón o no, acusado de servir de puente de plata a Le Pen. El problema de un líder es la asunción de su responsabilidad y de indicar la postura adecuada según sus principios dado que, para eso es líder. No se puede hacer dejación de responsabilidades en la conciencia de sus votantes.

El último hecho a reseñar es la reacción de una parte del electorado de Francia Insumisa; haciendo uso de un subterfugio que permite la ley electoral plantean que “Es posible bloquear a Le Pen sin votar a Macron”. Esto parte del hecho que el Ministerio del Interior anuncia oficialmente la tasa de participación a las 12 y 17 horas. Votando a Macron después de este horario esperan no aparecer en los anuncios oficiales, aunque en el fondo siempre voten a Macron. La fineza cartesiana convertida en disloque esquizofrénico.

Y claro que hay una parte emocional, de empatía política en el proceso electoral, pero esa emoción debe estar anclada en un conocimiento y una parte racional. Francia está sumergida en un psicodrama político existencial del cual surgirá una posible catarsis sobre la manera de concebirse en Europa y en el Mundo. En todo caso, Macron será presidente y entonces, el Principio de Incertidumbre de la Gobernanza pasará de contenido latente a ser contenido manifiesto.

Sergio Servellón es colaborador de SPMNEWS

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