La Relación de Nayib Bukele, Estados Unidos y la Diáspora Salvadoreña
Nayib Bukele y el Senador de Delaware Tom Carper en San Salvador |
Escrito Por José Manuel Ortiz Benítez*
“Me reuní con Nayib Bukele, quien me dejó una impresión favorable. Él inspiró a los jóvenes salvadoreños que desean tener la oportunidad de llevar una vida próspera en El Salvador” dijo el Senador de Delaware Tom Carper, tras una reunión privada con el Presidente Electo Nayib Bukele y su equipo en San Salvador.
Después, la embajadora de EE.UU. en El Salvador, Jean Manes, dijo que la reunión de Nayib Bukele y la delegación de congresistas de EE.UU., había sido una buena visita para “fortalecer nuestra relación”.
Lo cierto es que en los últimos 10 años la relación bilateral de El Salvador y EE.UU. ha sido una relación a medias, cargada de altibajos, como las viejas parejas que llevan demasiado tiempo viviendo juntas.
Cuando Mauricio Funes llegó al poder en el 2009 no supo cultivar una relación fuerte con EE.UU. El primer pequeño error de Funes fue llamar al Senador Patrick Leahy “el senador de Massachusetts” cuando en realidad Patrick Leahy es senador del estado de Vermont.
Después Funes, mal asesorado o embriagado por ser el “presidente mejor evaluado” en Latinoamérica, se enredó tontamente con el Senador de Vermont, y el Sr. Leahy, con su aplastante poder, le retrasó la ayuda de Fomilenio II a El Salvador hasta después de que Funes dejara el poder.
Más tarde, llegó el presidente Salvador Sánchez Cerén, quien hizo caso omiso a la sugerencia de nombrar en otro puesto a Manuel Melgar. Sánchez Cerén nombró a Melgar como Secretario Privado de la Presidencia (el puesto más importante de la Presidencia), cuando había evidencia de que Melgar era uno de los implicados en el asesinato de 4 marines estadounidenses en 1985.
En los viajes a EE.UU. que hizo Sánchez Cerén, Melgar nunca lo acompañó porque está vetado por el Departamento de Estado de EE.UU. por aquel asesinato de 1985. El FMLN puso a Melgar en el cargo de más peso en la Presidencia, sin importarle en absoluto su pasado contra EE.UU.
A pesar de los problemas tácticos y la cabezonería del FMLN de aliarse con Venezuela y defender el régimen de Chávez/Maduro a cualquier precio, el Fomilenio II y una pequeña parte de la ayuda a la Cooperación y Desarrollo al Triángulo Norte por parte de EE.UU. llegó a El Salvador, durante la Administración de Sánchez Cerén.
Pero la relación bilateral entre El Salvador y EE.UU. no ha sido desarrollada a su máximo potencial por parte del actual gobierno, sencillamente porque el FMLN no ha querido hacerlo. Su prioridad nunca fue los 3+ millones de salvadoreños que viven en EE.UU. y el aporte que hacen a la riqueza nacional. La prioridad del FMLN siempre fue Alba Petróleos y la Defensa de Venezuela como un modelo de democracia en la región.
Ahora le toca al Presidente Electo Nayib Bukele corregir el renglón y crear “la nueva relación bilateral” de El Salvador y EE.UU.
El nuevo gobierno de Bukele va a trabajar con el Presidente Donald Trump y Mike Pence, el representante de EE.UU. ante los 3 países del Triángulo Norte, y se va a buscar toda la ayuda disponible para mejorar la seguridad y disminuir la emigración ilegal y clandestina de la región, la única cosa que le interesa a la administración actual de EE.UU.
También se va a trabajar una agenda cercana con el congreso de EE.UU, especialmente con los Senadores Patrick Leahy, Tim Kaine, Mark Warner, Tom Carper, Marco Rubio, entre otros, quienes han demostrado un gran interés por El Salvador.
Por último y lo más importante, hay que crear una relación de verdad con los cerca de 3.5 millones de salvadoreños que componen la Diáspora Salvadoreña, de los cuales el 95% vive en EE.UU. quienes, con sus distintos aportes y esfuerzos, no sólo crean buena parte de la riqueza nacional salvadoreña, sino que también tienen buenas conexiones con sectores productivos y con los gobiernos a nivel estatal y municipal, otra fuente de cooperación para El Salvador que el gobierno de Bukele puede aprovechar.
Esas son las tres grandes áreas que hay que fortalecer y corregir así los descuidos cometidos en el pasado por los gobiernos de ARENA y el FMLN, descuidos que el gobierno de Bukele ya no se puede permitir.
José Manuel Ortiz Benítez es columnista salvadoreño en la ciudad de Washington, DC. @jjmmortiz
“Me reuní con Nayib Bukele, quien me dejó una impresión favorable. Él inspiró a los jóvenes salvadoreños que desean tener la oportunidad de llevar una vida próspera en El Salvador” dijo el Senador de Delaware Tom Carper, tras una reunión privada con el Presidente Electo Nayib Bukele y su equipo en San Salvador.
Después, la embajadora de EE.UU. en El Salvador, Jean Manes, dijo que la reunión de Nayib Bukele y la delegación de congresistas de EE.UU., había sido una buena visita para “fortalecer nuestra relación”.
Lo cierto es que en los últimos 10 años la relación bilateral de El Salvador y EE.UU. ha sido una relación a medias, cargada de altibajos, como las viejas parejas que llevan demasiado tiempo viviendo juntas.
Cuando Mauricio Funes llegó al poder en el 2009 no supo cultivar una relación fuerte con EE.UU. El primer pequeño error de Funes fue llamar al Senador Patrick Leahy “el senador de Massachusetts” cuando en realidad Patrick Leahy es senador del estado de Vermont.
Después Funes, mal asesorado o embriagado por ser el “presidente mejor evaluado” en Latinoamérica, se enredó tontamente con el Senador de Vermont, y el Sr. Leahy, con su aplastante poder, le retrasó la ayuda de Fomilenio II a El Salvador hasta después de que Funes dejara el poder.
Más tarde, llegó el presidente Salvador Sánchez Cerén, quien hizo caso omiso a la sugerencia de nombrar en otro puesto a Manuel Melgar. Sánchez Cerén nombró a Melgar como Secretario Privado de la Presidencia (el puesto más importante de la Presidencia), cuando había evidencia de que Melgar era uno de los implicados en el asesinato de 4 marines estadounidenses en 1985.
En los viajes a EE.UU. que hizo Sánchez Cerén, Melgar nunca lo acompañó porque está vetado por el Departamento de Estado de EE.UU. por aquel asesinato de 1985. El FMLN puso a Melgar en el cargo de más peso en la Presidencia, sin importarle en absoluto su pasado contra EE.UU.
A pesar de los problemas tácticos y la cabezonería del FMLN de aliarse con Venezuela y defender el régimen de Chávez/Maduro a cualquier precio, el Fomilenio II y una pequeña parte de la ayuda a la Cooperación y Desarrollo al Triángulo Norte por parte de EE.UU. llegó a El Salvador, durante la Administración de Sánchez Cerén.
Pero la relación bilateral entre El Salvador y EE.UU. no ha sido desarrollada a su máximo potencial por parte del actual gobierno, sencillamente porque el FMLN no ha querido hacerlo. Su prioridad nunca fue los 3+ millones de salvadoreños que viven en EE.UU. y el aporte que hacen a la riqueza nacional. La prioridad del FMLN siempre fue Alba Petróleos y la Defensa de Venezuela como un modelo de democracia en la región.
Ahora le toca al Presidente Electo Nayib Bukele corregir el renglón y crear “la nueva relación bilateral” de El Salvador y EE.UU.
El nuevo gobierno de Bukele va a trabajar con el Presidente Donald Trump y Mike Pence, el representante de EE.UU. ante los 3 países del Triángulo Norte, y se va a buscar toda la ayuda disponible para mejorar la seguridad y disminuir la emigración ilegal y clandestina de la región, la única cosa que le interesa a la administración actual de EE.UU.
También se va a trabajar una agenda cercana con el congreso de EE.UU, especialmente con los Senadores Patrick Leahy, Tim Kaine, Mark Warner, Tom Carper, Marco Rubio, entre otros, quienes han demostrado un gran interés por El Salvador.
Por último y lo más importante, hay que crear una relación de verdad con los cerca de 3.5 millones de salvadoreños que componen la Diáspora Salvadoreña, de los cuales el 95% vive en EE.UU. quienes, con sus distintos aportes y esfuerzos, no sólo crean buena parte de la riqueza nacional salvadoreña, sino que también tienen buenas conexiones con sectores productivos y con los gobiernos a nivel estatal y municipal, otra fuente de cooperación para El Salvador que el gobierno de Bukele puede aprovechar.
Esas son las tres grandes áreas que hay que fortalecer y corregir así los descuidos cometidos en el pasado por los gobiernos de ARENA y el FMLN, descuidos que el gobierno de Bukele ya no se puede permitir.
José Manuel Ortiz Benítez es columnista salvadoreño en la ciudad de Washington, DC. @jjmmortiz
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