Acuerdo Migratorio Entre México y EE.UU.

Caravana de Migrantes de Honduas

Acuerdo Migratorio y El Salvador
Por Rafael Ernesto Góchez

Trump presionó y López Obrador tranzó. El mundo ha sido testigo de la efectividad de la amenaza de subir los aranceles a todas las importaciones mexicanas si el gobierno no detenía la migración irregular y el tráfico de drogas. Este acuerdo es atípico porque mezcla el tema comercial con el migratorio (sigue vigente esa condicionante), pone en duda la pertinencia del nuevo tratado comercial entre Canadá-EUA-México y sucede días antes del anuncio del presidente Trump de buscar la reelección en 2020.

El acuerdo migratorio contempla "militarizar" la frontera con Guatemala para detener la ola migratoria centroamericana y retornar (permanecer) en México a los migrantes que soliciten asilo en EUA. Mientras estos trámites avanzan, México protegería los derechos humanos, ofrecería oportunidades laborales y daría acceso a salud y educación a los migrantes. EUA, por su parte, aceleraría la resolución de solicitudes de asilo. La duda razonable es si México podrá proporcionar todos esos servicios a tantas personas migrantes. Es probable, entonces, que la crisis humanitaria centroamericana le estalle en la cara a México.

El despliegue de miles de guardias en la frontera México-Guatemala equivale a ponerle un cerco a Centroamérica y la presión social podría subir en El Salvador (mayor demanda de servicios públicos y menor flujo de remesas). Otro efecto secundario sería que se eleven los costos del tráfico ilegal de personas y salga beneficiado el crimen organizado transnacional.

Por todo lo anterior, es conveniente la implementación del Plan de Desarrollo Integral para México y Centroamérica presentado por la CEPAL el 20/mayo/2019. Los puntos cardinales de ese plan son:

1. Abordar los problemas estructurales. El reto es elevar las tasas de inversión para lograr un crecimiento económico sostenido. Solo una tercera parte de los jóvenes que ingresan al mercado laboral logran un empleo formal. Las mujeres tienen importantes logros educativos, pero siguen las brechas en empleos y salarios. Los avances en protección social son modestos.

2. Atender las brechas territoriales. El abandono de lo rural, la desordenada urbanización y la informalidad empujan a miles de compatriotas a establecerse en zonas de alto riesgo. La debilidad fiscal conduce a bajos niveles de inversión pública. Esta situación ha creado "núcleos duros" de desempleo y descomposición social que están en la raíz de la migración masiva.

3. Adoptar el enfoque de ciclo migratorio. Lo primero es colocar en el centro de las políticas públicas a las personas. El llamado es a atender la movilidad humana en sus fases de expulsión, tránsito o retorno. Esto implica asegurar los derechos humanos en el tránsito, el refugio y el retorno voluntario y sostenible de las personas migrantes.

4. Alinear el conjunto de políticas económicas. La clave está en crecer y generar trabajo decente. También se requiere combatir la evasión y elusión fiscal, y mejorar la calidad del gasto público. La inversión en infraestructura, logística e interconexión eléctrica es determinante, así como la gestión del riesgo ante desastres naturales y la adaptación al cambio climático.

Reflexión: el Consejo de Ministros del GOES debería elaborar el Plan General de Gobierno 2019-2024 teniendo en cuenta el acuerdo migratorio EUA-México y el referido Plan de Desarrollo Integral. Lo previsible es que numerosos migrantes salvadoreños requerirán protección. El reto es evitar que la migración sea una necesidad impuesta por el desempleo, la violencia y la desigualdad.

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